Marie-Jo, la musa del poeta Octavio Paz

Inspiración del premio Nobel mexicano, fue “la causa fundamental de su segunda y permanente juventud”, expresa Enrique Krauze a MILENIO.

“Fue una anfitriona hospitalaria, amiga generosa y solidaria con escritores más jóvenes”: Christopher Domínguez Michael. (Claudia Guadarrama)
Jesús Alejo Santiago
México /

La anécdota la contó en distintas ocasiones la misma Marie José Tramini: al momento de llenar documentación durante un viaje, se quedó con la duda de qué le pondría en el espacio de “Ocupación” y le preguntó a Octavio Paz. Tras descartar algunas respuestas, como ama de casa o artista, el poeta le propuso: “Pon musa”. Y lo escribió.

En eso se convirtió Marie-Jo Paz desde 1964, cuando contrajo matrimonio con el poeta mexicano, hasta el último día de vida de él, el 19 de abril de 1998; después se convirtió en vigilante de su legado literario. La mañana de ayer fue encontrada sin vida en su casa, según confirmó la Secretaría de Cultura. “Siento profundamente el fallecimiento de Marie-Jo Paz, viuda de Octavio Paz y amiga entrañable. Comparto mi pena con sus amigos cercanos y la comunidad intelectual”, escribió la titular de la dependencia, María Cristina García Cepeda, en Twitter.

La relación entre Marie-Jo y el poeta comenzó cuando se conocieron en India, ella casada con un diplomático francés. Después de un primer encuentro en una recepción no volvieron a encontrarse sino hasta una tarde en París, donde el azar los colocó en el mismo camino, que siguieron juntos durante 34 años. Una de las primeras consecuencias de esa relación fue el libro Viento entero, dedicado a ella.

Christopher Domínguez Michael recuerda un comentario de Alejandro Rossi sobre la pareja: “Es probable que nunca hubieran pasado una noche separados durante las más de tres décadas de su matrimonio”.

“Lamento la pérdida de Marie-Jo, compañera entrañable de Octavio Paz e integrante importante de la comunidad cultural de México. Mis condolencias a sus familiares y amigos”, escribió en Twitter el presidente Enrique Peña Nieto.

Elena Poniatowska evocó en un escrito al poeta Richard Berengarten, quien escribió: “Por mi parte no puedo dejar de mencionar lo espléndidos que fueron los momentos que pasé en compañía de Octavio y Marie-Jo. Ese año se vio vitalizado por su presencia. Ambos tenían una chispa, un brillo, una joie de vivre contagiosa. Marie-Jo contribuía enormemente a eso”.

La misma Marie-Jo solía confesar que no había una relación necesariamente intelectual con Octavio, sino más bien sentimental: “No me enamoré precisamente de su arte epistolar: era un gran poeta, pero me enamoré de un hombre”, señaló en distintas entrevistas tras la muerte del poeta, en 1998.

Los restos de Marie José Paz fueron velados anoche en la Funeraria Gayosso de Félix Cuevas.

EL GRAN AMOR DEL NOBEL

Para Enrique Krauze, con la partida de Marie-Jo no solo se pierde a la pareja de un poeta, sino en lo personal a una muy buena amiga, “una mujer brillante y generosa, muy sensible.

“Octavio Paz tuvo una vida amorosa, hasta cumplir los 50 años, llena de dificultades, apasionada pero también desdichada, en la búsqueda permanente de un buen amor. Ese buen amor lo encontró a los 50 años de edad en India, con Marie-Jo Paz.

“Los conocí una década después, y puedo atestiguarle que eran una pareja muy unida, muy dichosa: a todos lados iban juntos, se acompañaban siempre. Sobra decir que Marie-Jo fue la inspiración de Octavio, la causa fundamental de su segunda y permanente juventud”, dijo a MILENIO vía telefónica desde Europa.

Al enterarse de la noticia, el director de la revista Letras Libres escribió en su cuenta de Twitter: “’Fue lo mejor que me ocurrió en la vida, después de nacer’, recuerdo que decía Octavio Paz de Marie José, su esposa y compañera, que acaba de morir. Lo lamento profundamente”.

Para Domínguez Michael, la que formaron el poeta y la pintora podría definirse como una “pareja indisoluble: el amor de la vida de Octavio Paz, y para ella, Octavio fue el hombre de su vida.

“Es evidente que a partir de Salamandra, Marie-Jo invade la poesía de Octavio, sobre todo en el periodo en el que fueron más felices, en India. Mientras vivió Octavio fue una anfitriona hospitalaria, amiga generosa y solidaria con escritores más jóvenes que nos acercábamos o trabajábamos con él. De ese periodo los amigos guardamos un recuerdo enternecedor”.

Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, escribió en su cuenta de Facebook: “Querida Marie-Jo no solo estás en paz, amiga mía, estás con Paz”.

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