“Por ser una novela que retrata a un personaje maldito, Juan Nepomuceno Almonte, en el laberinto existencial que significa haberlo perdido todo y no tener más opciones”, se concedió el Premio de Novela Histórica Claustro de Sor Juana/Grijalbo al título Hijo de tigres, del escritor veracruzano, radicado en Guadalajara, Mario Heredia.
De acuerdo con el acta del jurado, integrado por Mónica Lavín, Eduardo Antonio Parra y Andrés Ramírez, director editorial y representante de Penguin Random House México, el relato ofrece “la visión de los vencidos, sobre el México que va de la Independencia hasta los tiempos de Juárez”.
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“La novela ostenta una audacia estructural que, a través de la combinación de recursos y un estilo ágil, nos propone una nueva interpretación del siglo XIX mexicano”.
De acuerdo con Mónica Lavín, la novela ofrece una nueva interpretación de personajes malditos, como es el caso de Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de José María Morelos y Pavón, que cambió del bando liberal al conservador, para ofrecernos el último tramo de su vida en el exilio y que nos permite comprender las contradicciones del personaje.
“Es una lectura a contrapelo de la visión oficial, porque nos mete en el pellejo de un hombre que ha perdido todo y, sin embargo, sigue buscando su lugar a través de la lectura, le confiere a la lectura una posibilidad de supervivencia”.
La obra de Mario Heredia fue elegida de entre 67 novelas que respondieron a la convocatoria, con lo que se hizo acreedor a un monto económico de 150 mil pesos y la medalla José Lopez Portillo y Rojas. El premio se iba a fallar el año pasado, pero por la emergencia sanitaria se pospuso y se decidió hacer un concurso bianual.
El galardón significó un esfuerzo excepcional “que legitima el compromiso de la Universidad del Claustro de Sor Juana y de la editorial Grijalbo de encontrar y apoyar nuevas voces de la literatura mexicana”, en palabras del editor, Andrés Ramírez.
Rescatar a un ser humano olvidado
Aunque el protagonista de Hijo de tigres fue hijo de José María Morelos y Pavón, su nombre se ha perdido con el paso de los años, de ahí el planteamiento del autor del libro: ¿por qué el hijo de uno de los grandes héroes de la patria era un personaje tan olvidado?
“En México siempre se ha manejado la historia oficial, donde está el ganador y el perdedor. Nosotros, como novelistas, lo que buscamos es crear al ser humano. Del personaje sí hay mucha información, pero también muchas lagunas y es ahí donde uno puede darle este sentido humano, no dejarlo como el héroe tieso o como el malo, sino como un ser humano que vivió bajo ciertas circunstancias, por eso actuó de una u otra manera”.
De esa manera, Almonte se convirtió en el personaje principal de una obra que pretende encender las luces en torno a su vida y a su obra, a través de una historia que se centra en sus últimos años, en París, pero sin hacer a un lado algunos de los pasajes que lo marcaron, como el hecho de estar al mando de un batallón de niños en la época de la independencia a ser uno de los promotores de la llegada de Maximiliano.
“En París vivía olvidado, derrotado y empieza a recordar toda la historia de su vida. No es una novela lineal, sino traté de que cada capítulo tuviera una estructura diferente, funcionara diferente, con un narrador diferente, para no hacer este tipo de novela histórica tiesa, con demasiada información”, explica Heredia en entrevista, convencido de que resultaba indispensable “rescatar al ser humano de ese olvido”.
“De la esposa, por ejemplo, se sabe muy poco: una mujer del siglo XIX a quien le apodaban la generala, porque decían que tenía un carácter muy fuerte. Con esa información empiezo a crear su relación ya de viejos, el apoyo que le daba ella, pero siempre como la esposa sumisa. Pero también se aparecen los personajes que estaban en París cuando él ya era un hombre derrotado, poco conocido, y todo lo fui uniendo para crear a un personaje a partir de datos históricos, mezclado con lo que fui inventando”.
Mario Heredia fue galardonado en 2002 con el Premio Internacional de Novela “Sergio Galindo”, por su novela A la diestra del padre. En 2006 obtuvo el premio Nacional de Cuento “Agustín Yáñez” por su libro Historias de amor y de monstruos, y en 2008 el Internacional de Narrativa “Ignacio Manuel Altamirano”, por su novela La otra cara del tiempo.
Convencido de que la historia es la interpretación de los datos, lo que el escritor quiso hacer con Hijo de tigres fue acercarse a la vida de Juan Nepomuceno Almonte: cómo vivió, cómo amó, por qué de pronto traiciona. “Se dijo mucho que había traicionado al país, aunque no es tan sencillo afirmarlo de esa manera, precisamente por todas las facetas que podemos encontrar en un ser humano”, reflexiona el autor.
PCL