Mattia Olivieri: “Descubrí un mundo nuevo con la ópera mexicana”

Edición Fin de Semana

“Nadie más que los mexicanos puede interpretar la ópera escrita por un mexicano, porque la sienten distinta, la sienten mucho más, es algo increíble”, sostiene el barítono en entrevista durante su visita a Monterrey para ofrecer master classes a jóve

Mattia Olivieri.
Ciudad de México /

El barítono italiano Mattia Olivieri (Sassuolo, 1984) confiesa estar enamorado de la ópera mexicana tras debutar en la Metropolitan Opera House de Nueva York (MetOpera) con Florencia en el Amazonas, pero cree que los mexicanos deben cantarla porque está hecha para ellos y la sienten mejor.

Olivieri interpretó al mítico Riolobo en la ópera de Daniel Catán (música) y Marcela Fuentes-Berain (libreto), que hizo historia el 16 de noviembre pasado como la primera cantada en español y mexicana en la MetOpera, que protagonizó la soprano estadounidense de padres jaliscienses, Ailyn Pérez.

El barítono, que se ha presentado en los más importantes escenarios de Europa, como el Teatro Alla Scala de Milán o las óperas de Berlín, Viena, Múnich, el Teatro Real de Madrid o la Arena de Verona, pudo escuchar en Monterrey los ensayos de otra ópera de Catán, La hija de Rappaccini, que reestrenó la semana pasada el MOS, bajo la dirección escénica de Rennier Piñero y musical de Alejandro Miyaki, fundadores de esta institución que promueve la carrera de jóvenes cantantes mexicanos del arte lírico.


¿Cómo fue su primera experiencia con ópera mexicana, con Florencia en el Amazonas?

Ha sido una experiencia fenomenal, porque he descubierto un mundo nuevo. No conocía para nada Florencia en el Amazonas; cuando me la propusieron para mi debut en la MetOpera dudé, porque no conocía. Me mandaron la partitura, la miré, quise escuchar algo en YouTube y al hacerlo dije: “¡Guau!”. Al principio, cuando la estudiaba, como que no era algo dentro de mí, como un Rossini o un Donizetti, compositores cercanos a mí. Pero, después ha sido algo muy, muy especial, porque además coincidió con mi debut en la MetOpera. Y me enamoré de mi papel de Riolobo, de Florencia en el Amazonas, en general. Y he aconsejado las arias de Florencia a muchísimas sopranos que buscan repertorio contemporáneo para concursos. Merece la pena que en Europa se conozca a Daniel Catán.

¿Quién fue para usted Riolobo? Da la impresión que toda Florencia gira en torno a él.

Totalmente. Es un ser mágico, es como un factotum, como el barbero de Sevilla, que dice que es el factotum de la ciudad, que él hace todo. Riolobo al final es un poco todo eso. Es un papel muy, muy bonito, una mezcla entre la realidad y la magia. Tengo que decir que me enamoré de este papel y de toda la ópera de Florencia en el Amazonas en general. Es fantástica.


¿Qué les ha enseñado a los jóvenes cantantes mexicanos en el MOS en sus master classes?

El día que llegué, con mi amigo Rennier, quise escuchar a los chicos que ensayaban La hija de Rappaccini. Tengo una carrera de casi 17 años, empecé a los 23. Y les compartí las dudas y miedos que tenía cuando inicié, porque al final el canto es algo muy personal y particular. Cuando alguien canta en un escenario es como si se desnudara frente a las personas; sacamos el alma. Yo, cuando canto, pongo algo de mí muy íntimo. Compartí con ellos momentos muy bellos y otros muy difíciles de mi carrera, importantes, porque llega el tiempo en que tú ya no puedes pensar más como estudiante, cuando tú estás en un escenario ya no eres más un estudiante, aunque seas súper joven; tienes que ser profesional. Este es un mundo difícil, necesitas muchos sacrificios, de amor, familiares, y un montón de trabajo.

Mattia Olivieri.


¿Qué opina del trabajo del MOS para rescatar la ópera mexicana?

El trabajo del MOS es enorme. Nadie más que los mexicanos pueden interpretar esta música porque la sienten de manera distinta. El trabajo que están haciendo es increíble, los chicos mexicanos pueden sacar mucho más para cantar ópera de su país. Tuve la fortuna de cantar con Ailyn Pérez, que es fabulosa y te da latinidad, se creó una magia entre nosotros, con todo el elenco de Florencia, porque casi todos eran latinos. Hablo perfectamente español, pero no es lo mismo. Es como el italiano: canté I vespri siciliani (Verdi) en Napolés, en el teatro San Carlo, y el director artístico me dijo que cuando escuchaba a un Donizetti o a un Verdi cantado por italianos era muy distinto que con extranjeros, porque está en nuestras raíces, hemos crecido con Donizetti, Verdi, el bel canto. Es la misma cosa con los mexicanos cuando cantan una ópera escrita por un mexicano, la sienten más, es algo increíble.

Aceptó debutar en la MetOpera con una ópera mexicana y en español. Le gustan los riesgos, experimentar. Ha cantando en los grandes escenarios de Europa ¿Qué cambió en Nueva York?

Además, Florencia en el Amazonas se estrenó en el nuevo escenario de la MetOpera (inaugurado el 16 de septiembre de 1966, día de la independencia mexicana), fue la primera vez que se cantó en español ahí; en el viejo teatro de la MetOpera (inaugurado en 1880) hubo alguna ópera hace más de un siglo, pero en el nuevo fue la primera vez. Y fue súper emocionante. El estreno (el 16 de noviembre de 2023) estaba lleno de latinos por todas partes, era bellísimo, se respiraba este aire de gente que por fin tuvo la ocasión de hacer escuchar su voz. Al final, la ópera de Catán debe de ser para los mexicanos llevar la voz de México por todos lados. La MetOpera tiene uno de los grandes teatros del mundo, es una de las mayores instituciones de ópera, así que al final la idea de dar voz al pueblo mexicano es algo importantísimo, porque la comunidad latina en Estados Unidos es enorme; en Nueva York casi todo mundo hablaba español. El estreno fue espectacular. Alguien llegó tarde y mientras se sentaba detrás del maestro (Yannick Nézet-Seguin), una persona gritó: “Viva la ópera en español”. Y todo mundo coreó: “¡Bravo!”. Fue súper emocionante. La comunidad latina necesitaba un reconocimiento así.


A diferencia de Riolobo, los papeles de barítono casi siempre son de malos. ¿Qué le gusta más?

Me gusta siempre personificar un rol que sea muy lejano de mi personalidad real. Más que un cantante, soy un actor. Cuando estoy en el escenario no sólo pienso en cantar; la cosa más importante para un cantante moderno, de nuestra época actual, es tener que interpretar a un personaje y ser un personaje, no sólo cantar. Mi idea de interpretar a alguien lejano a lo que soy normalmente en la vida siempre me ha encantado, personajes locos y súper malos. En las master classes que tomé con grandes cantantes ellos me decían que las personas buenas son las que pueden hacer a los mejores malos, porque una persona mala en la vida real, cuando sale a escena, nunca puede hacerla de malo, su malo es estereotipado; mientras que una persona buena, básicamente de carácter generoso en la vida, cuando interpreta a un malvado, al malo, saca algo que de verdad es más impresionante que alguien malo real.

¿Quién es su personaje de barítono favorito?

Son dos papeles que no he cantado pero espero hacerlos en algunos años: Iago, de Otelo (Verdi) y Scarpia, de Tosca (Puccini), un personaje malo de verdad, basado en un personaje real que era horrible. Me gustaría profundizar en estos papeles, pero con el tiempo. Finalmente sigo siendo bastante joven para estos personajes, tengo que hacer otros antes.

Pues muy joven ya hizo Don Giovanni.

Don Giovanni al final es un personaje que no tiene edad; es una idea, un concepto. Don Giovanni no es una persona o personaje, es una manera de ser, de vivir; puede ser un joven o un súper joven. Si vemos el papel sus arias son las más feas de la ópera; todos los personajes tienen una gran aria con un gran recitativo; él no. Don Giovanni tiene tres arias pequeñas, la primera en realidad es serenata canzonetta, no un aria; es muy difícil, no tiene nada de bajo, sólo la mandolina y el pizzicatti en la orquesta; luego otra que Mozart deliberadamente escribió a la manera de Leporello, porque Don Giovanni se camufla, se disfraza de Leporello para que no le peguen. Y la última es un aria de champaña, de fiesta, muy difícil, pero no interesante. Lo que a mí me encanta de Don Giovanni es que no es una persona, es un ser, está en el aire. Es un personaje muy filosófico. La gente piensa que Don Giovanni es un casanova, pero es algo mucho más complicado que sólo un casanova.

¿Vendrá pronto a cantar a México?

Me encantaría, espero sea posible. Me fascina la manera de vivir aquí, pero por el momento no hay planes, tengo una agenda súper comprometida ya. En marzo debutó como Filippo Maria Visconti en Beatrice di Tenda (Bellini), en el Teatro Carlo Felice de Génova, una ópera rara, que se hace poquísimo. Luego Malatesta en Don Pascuale en La Scala; más adelante iré a la Arena di Verona; haré al Conde Almaviva de Las bodas de Fígaro (Mozart) en Múnich; Don Giovanni en Berlín, luego Viena y Barcelona. Pero, ahora que conocí ya La hija de Rappaccini, me gustaría un día hacer Rappaccini, el personaje para barítono; también ya escuché Il postino, y tiene un papel fenomenal para mí. Tuve la suerte de conocer a este compositor, Daniel Catán.


evt

  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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