En su conferencia “Mysterium tremendum”, dictada en el simposio ¿Qué sigue en Occidente? Superman conoce a Beethoven: George Steiner (París, 1929) afirmó que nada le atemorizaba más “que la carencia de música seria en las vidas de millones de pequeños. El reemplazo de muchas formas de música por la barbarie del ruido organizado. La ensordecedora locura de no dejar que un niño encuentre buena música”.
Crítico y teórico de la literatura y de diversos temas de cultura, a lo largo de su fructífera vida el filósofo ha tenido una entrañable —y crítica— relación con la música. A Rafael Vargas Escalante le debemos Necesidad de música. Artículos, reseñas y conferencias (Grano de Sal, México, 2019), imprescindible antología que comparte ricas reflexiones sobre autores como Beethoven, Liszt, Berg, Gould, Schönberg, Verdi, Wagner, Britten y muchos temas afines.
Si su primer poema incluye una referencia al tema —“Toca el clavecín por amor al claro sonido”—, en 1974 afirmaba: “En mi vida privada, en mi vida personal, cada vez tengo mayor necesidad de música (…) me ofrece una mejor compañía que la propia”.
Visionario, desde hace medio siglo Steiner habla de la proliferación de la música en nuestro entorno, la cual hoy alcanza cuotas tan altas que el silencio es una provocación. “Las cintas, la radio, el fonógrafo, el caset, emitirán un flujo interminable de música en cualquier momento o circunstancia del día”. Refiere que el registro discográfico nos permite acceder a todo tipo de música, a cualquier hora y circunstancia, lo que da como resultado que “pueda darse una interiorización sin precedentes, pero asimismo una devaluación (desacralización). Una sublime muzak nos envuelve”.
El filósofo habla de la capacidad de una colección de discos para crear una “sala de conciertos imaginaria” en la que es posible crear “nuevas ideas y placeres”, al permitirnos reunir autores y ejecutantes de todas las épocas. “Se escucha más música que nunca antes —refería ya en 1960—, pero la comunidad en general toca menos. Así la propia diseminación de la música tiende a producir una especie de analfabetismo muy particular: el analfabetismo de quienes oyen música pero no la escuchan”.
CODA
LISZTOMANÍA
George Steiner hace referencia al culto por las estrellas de rock, pero afirma que éste no se compara al fenómeno desatado por Franz Liszt: “mesmerismo, éxtasis místico, histeria colectiva en una escala sin precedentes son lugares comunes en las descripciones de la época”.