"Uno de los grandes precedentes del movimiento estudiantil de 1968 se dio dos años antes en la misma UNAM. La huelga estudiantil de 1966 es un movimiento que gana el pase automático de las preparatorias a la universidad y la creación del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) les enseña a los estudiantes universitarios a crear ese consejo estudiantil que es una especie de parlamento de conducción democrática del movimiento."*
Volver a estar ahí, poner en relieve el paso del tiempo; la sucesión de acontecimientos que ocurren en un espacio de alguna manera lo determinan, ¿cierto? Como volver a la escena del crimen, volvemos a probar el mismo ángulo, la misma perspectiva. Obturamos los mismos encuadres, compartimos sus memorias.
[Restos de la estatua de Miguel Alemán inaugurada el 18 de noviembre de 1952 en la explanada de Rectoría de la UNAM y dinamitada en 1966]
"En el 68 no sólo se viven transformaciones políticas muy importantes, sino que se dan también en el ámbito cultural, El testimonio del 68 mexicano es: empecé el movimiento escuchando a Los Panchos y terminé escuchando a Los Doors. Caen en cuenta que el movimiento los llevó a escuchar otras cosas, a abrirse al mundo y darse cuenta de que estaban formando parte de algo más".*
[Jóvenes detenidos en los primeros enfrentamientos cerca de la Ciudadela.]
"El detonante mayor del movimiento fue fundamentalmente la brutalidad del 26 de julio y el allanamiento de la prepa de San Ildefonso con el bazukazo. Frente a la gran mayoría de estudiantes son ya inadmisibles esos niveles de intolerancia y represión".*
"Decíamos lo que escribíamos, escribíamos lo que queríamos, tomamos las escuelas, tomamos las calles, tomamos los muros, tomamos la palabra".**
"Efectivamente el movimiento del 68 fue una fiesta popular. La manifestación del 27 de agosto es inenarrable; un periódico, por cierto, decía que había 800 mil en las filas de aquella manifestación, pero yo me acuerdo que todavía no salían los de la ENAH cuando ya habían llegado al Zócalo los primeros contingentes, o sea, era verdaderamente una maravilla".***
"La experiencia del Poli es muy distinta a la que vivieron los universitarios. Los chavos de la vocacional y del Poli se enfrentaron a lo largo de la historia del movimiento a la represión de manera particularmente violenta".
[En la imagen de la izquierda, revisión de documentos en los alrededores del Casco de Santo Tomás, mientras era tomado por las fuerzas del Estado]
Referencias
*Argel Gómez, maestro en Estudios Latinoamericanos.** Francisco Pérez Arce en la Asamblea General del movimiento estudiantil, "Conversatorio 50 años". 26 de julio de 2018.
*** César Enciso en la Asamblea General del movimiento estudiantil, "Conversatorio 50 años". 26 de julio de 2018.
27 de julio de 1968
Después de que dos marchas estudiantiles coinciden en el Hemiciclo a Juárez y salen juntos hacia el Zócalo de la ciudad por la calle de Madero se enfrentan a granaderos durante varias horas.
Los granaderos también atacan a los estudiantes de la Preparatoria 2, los cuales responden acuartelándose en su plantel y secuestrando y quemando camiones del transporte público.
Diálogo de miradas
"En la lucha contra el ruido está en juego la tranquilidad de nuestros nervios; en la lucha contra el silencio, la vida humana". Ryszard Kapuściński.
Dentro de cada fotografía se encuentra su verdad, muy de ella, muy propia. Dentro de muchas fotografías se encuentra la memoria visual de su época.
Eso lo sabía el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, por eso fue implacable en la censura, en la persecución e intimidación de los fotógrafos de prensa; debía haber pocas fotos o ninguna, y si las había, mejor que fueran de los fotógrafos “de casa”.
El hecho que los fotógrafos sufrieran el robo de sus rollos por parte de los golpeadores al servicio del régimen no fue algo generalizado al principio. Después ya fue el modus operandi por parte del gobierno. Todo para dejar que el silencio hiciera lo suyo. El silencio visual.
13 de agosto de 1968
Al término de la inmensa manifestación popular que por primera vez toma el Zócalo de la Ciudad de México, algunos estudiantes permanecen ahí para "acampar" hasta que son desalojados por la policía, que se vale de patrullas y grúas para lograrlo.
A la primera gran manifestación que culminó en el Zócalo de la ciudad, según estimaciones, asistieron más de 150 mil personas, entre estudiantes, obreros y de otros sectores que se fueron uniendo al movimiento.
Anterior a la masacre perpetrada por el gobierno en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968, se desarrolló un gran mitin estudiantil en ese lugar el 7 de septiembre.
27 de agosto de 1968
El movimiento se transforma y crece constantemente, no sólo con la extraordinaria y diversa adhesión de los estudiantes, sino con la participación activa de otros sectores sociales, como los obreros y campesinos. Incluso de madres que apoyan a sus hijos.
24 de septiembre de 1968
El catedrático Martín Dozal Jottar, tras las rejas del Juzgado 21 de lo Penal, lanzó una arenga a los 54 detenidos y a sus visitantes. Luego hablaron tres oradores más, quienes acusaron de ineptos a los jueces y de inmorales a todos los funcionarios.
El profesor fue uno de los tantos detenidos durante el movimiento estudiantil de 1968 y fue compañero de celda en el Palacio de Lecumberri del escritor José Revueltas.
3 de octubre de 1968
Después de la masacre realizada durante el mitin la tarde anterior en la Plaza de las Tres Culturas, ventanas y paredes del edificio Chihuahua perforadas por las balas fueron muestra de lo ocurrido ahí.
En la manifestación del 27 de agosto de 1968, cerca de las 10 de la noche la multitud encendió antorchas y cantó el Himno Nacional.
13 de agosto de 1968
Una de las protestas estudiantiles, en la que con pancartas se pronuncian en contra de la represión por parte del gobierno.
Marzo de 1971
Varios estudiantes, escritores y activistas detenidos fueron recluidos en el penal de Lecumberri.
Entre los presos se encontraba el activista y dirigente del movimiento estudiantil del 68, Raúl Álvarez Garín.
La disputa por la memoria
¿Cómo se llama el país donde matan y desaparecen a sus jóvenes y casi cincuenta años después sigue sucediendo lo mismo?: Ha de llamarse Olvido.
La conmemoración del 50 aniversario del movimiento estudiantil de 1968 nos brinda la oportunidad de revitalizar la memoria histórica de esos días desde los matices que brinda la suave decantación del tiempo.
Para Argel Gómez, maestro en Estudios Latinoamericanos “es importante enmarcar el 68 en su contexto, no son movimientos que vienen de un día para otro.
"En una perspectiva global, es muy importante no perder de vista esto: tienen un horizonte revolucionario los estudiantes de la generación de los sesenta, tienen esa expectativa porque los movimientos de liberación que se habían vivido en buena parte del sur de Asia y de África, la experiencia de Cuba, la resistencia de Vietnam, el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos hablan de esa posibilidad: marcan un camino.
“En el caso del 68, evidentemente es el allanamiento de la prepa de San Ildefonso un detonante mayor que la primera represión que se dio en las broncas de los estudiantes. Ahora las crónicas arrancan ahí porque están vincula- dos los acontecimientos, pero lo que provoca el gran rechazo es la represión del 26 de julio e inmediatamente después el bazukazo.
"Evidentemente en el 68 se vivió una derrota en su momento. Inicialmente lucharon por la libertad de los presos políticos que estaban en ese tiempo como Valentín Campa, Demetrio Vallejo y demás; y terminaron más presos políticos y además cientos de muertos. La represión acabó con el movimiento y eso significó una derrota”.
Sin embargo, está claro “que fue directamente el Presidente, su secretario de Gobernación y algunos de los mandos tanto del Ejército como de la policía los que instrumentaron la represión que vivió el movimiento a lo largo de los días y la masacre del 2 de octubre.
"Creo que eso es una victoria muy importante posterior al 68, es decir, se ganó la batalla frente a la mentira, frente a teorías encaminadas a decir que eran los estudiantes quienes habían estado armados y habían provocado al Ejército en Tlatelolco. Es difícil encontrar a alguien que sostenga eso y ese es probablemente el juicio de la historia muy importante, lo mas relevante que dan estos 50 años posteriores al 68”.
Es en este triunfo donde la disputa por la memoria ya ha sido resuelta, donde dialogan el “2 de octubre no se olvida” y el “Fue el Estado”: estos crímenes atroces comparten en el tiempo hilos que entretejen una misma historia.
José Guadalupe Gandarilla Salgado y Víctor Hugo Pacheco, en su ensayo Aires de familia y tensiones no resueltas del sesenta y ocho mexicano mencionan: “No olvidemos que la desaparición forzada de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa (un 27 de septiembre de hace ya casi cuatro años) se opera justamente en la ciudad de Iguala, Guerrero, donde la policía los detienen mientras intentan darse los medios para viajar a la capital para la marcha conmemorativa de los estudiantes masacrados hace 50 años”.
Incluso en la distancia y en sus contextos propios, comparten silenciosamente su suerte en las preguntas que sin respuesta aún les definen: ¿quiénes, cuántos murieron?, ¿quiénes, cuántos son los desaparecidos?, ¿quién ordenó estos crímenes?, cuando se plantará la justicia?
bgpa/VJCM