Cosmovitral de Toluca y su simbolismo etéreo

Especial de Fin de Semana

La obra de Leopoldo Flores retrata su particular visión del papel de la humanidad frente a la cosmogonía representada en el mosaico de colores.

La obra tardó tres años en ejecutarse con ayuda de 60 artesanos. (Sergio Sánchez-Hidalgo)
Toluca /

Dualidad, día, noche, evolución y destrucción, son algunos de los significados del vitral más grande del mundo ubicado en el corazón de la capital mexiquense: el Cosmovitral.

Catalogada como la obra más importante de Leopoldo Flores, el Cosmovitral retrata su particular visión del papel de la humanidad frente a la cosmogonía, la creación y los antagonismos de las fuerzas cósmicas que son representadas en el mosaico de colores en cada uno de los 500 mil fragmentos de vidrio metódicamente insertados en 30 mil secciones de plomo. Luz que renace cada equinoccio de primavera y otoño desde el corazón del Hombre Sol, la pieza más importante de este espacio.

Las 75 toneladas de estructura metálica y 45 toneladas de vidrio soplado se transformaron para darle identidad no solo a Toluca sino al Estado de México y al país al convertirse en un ícono del abstraccionismo mexiquense, pero en cada uno de sus lados mantiene un simbolismo escondido en el matiz de sus colores.

Macro y microcosmos

Ligado siempre al existencialismo del hombre y sus conflictos, con el Cosmovitral Leopoldo Flores volteó hacia el cielo y ensambló constelaciones a lo largo y ancho de 3 mil metros cuadrados de la superficie ventanal del antiguo Mercado 16 de Septiembre, así como en parte de su techumbre; pero con el valor agregado de su imaginación etérea que retrató la relatividad entre el micro y macro universo.


En equilibrio y en contraparte con el Hombre Sol, al oriente, se halla la figura de la Nebulosa Andrómeda, en donde se localiza al hombre y a la mujer en movimiento rotatorio, místico y con el sentido a las manecillas del reloj y en su centro, dos núcleos, el primero que representa al macrocosmos y el segundo al vientre de la mujer, que da origen a la vida y, por ende, al microcosmos.

Según nos relata uno de los encargados de este sitio es aquí donde se origina el mágico viaje al interior del Cosmovitral, pero también es aquí donde el artista plasmó una perspectiva entre el bien y el mal. Entre el día y la noche. La fuerza y la debilidad. El tiempo y el movimiento. De los fenómenos contradictorios y a la vez complementarios de la materia, en una visión cosmogónica para llegar a una síntesis de color, forma y contenido, que sincroniza el todo con las partes: materia y espíritu.

Inmerso en tonalidades obscuras, frías, al fondo a la izquierda está ubicada la constelación de Orión, que nos relatan, más que el simbolismo de la noche, este módulo transporta a la destrucción y la muerte vigiladas por aves furiosas que crecen y se multiplican “con la fuerza destructora en vuelo nocturno”.

A la derecha, la nebulosa de Trífida en la constelación de Sagitario, que en forma de ave levanta el vuelo en una gama multicolor, apuntando hacia el sur en donde se representa el día, la luz y la vida por medio de colores vivos, intensos y alegres.


En un armonioso contraste de colores y materiales, surgen el hombre y la mujer en unión y procreación para desarrollarse en un vuelo ascendente. Una parvada de hombres que se introduce al Sol, a la luz, la vida, la verdad y el conocimiento. El Hombre Sol es uno de los vitrales más conmovedores de la obra que representa el conocimiento, la energía y la fuerza.

Del Hombre Sol surgen hombres en decadencia: representa el ocaso, la muerte. La transformación de la humanidad, del fin del día al inicio de la noche.

“Atrapado en el encanto de imágenes de vidrio, se llega al vitroplafón, la última parte construida de esta obra. En ella se representa la Vía Láctea o Bóveda Celeste, de la que surge un esperma convertido en aves buscando el óvulo en el vientre del universo para fecundarlo”, relatan.

Dador de vida

En la base del Herbario del Estado de México participó un explorador y botánico japonés de nombre Eizi Matuda, quien por sus trabajos de recolección y selección de especies es recordado con un busto y una placa que están situados en medio del jardín. Matuda se incorporó a los trabajos herbolarios de México en 1922 y trabajó para el estado durante 28 años.

Esta obra requirió de un año de planeación de diseño del vitral y tres más para su ejecución realizada por 60 artesanos, que empalmaron con especial dedicación 75 toneladas de estructura metálica, 45 de vidrio soplado y 25 toneladas más de cañuelas de plomo, además de alrededor de 5 mil fragmentos de vidrio en 30 mil secciones.


Una sola historia contada a través del ensamble de materiales que conforman una pieza, característica que hace del Cosmovitral una obra peculiar y única a nivel mundial, que hoy está bajo el resguardo del Instituto Mexiquense de Cultura, pues es considerado el vitral más grande del mundo.

Inauguración

Fue en 5 de julio de 1980 por el gobernador en función, Jorge Jiménez Cantú, pero fue hasta 1990 que se concluyó la obra plástica con la colocación del vitroplafón como la última parte de la construcción.

El edificio cultural está abierto al público en horario de martes a domingo de 10 de la mañana a las 6 de la tarde con visitas guiadas de aproximadamente una hora.

Resulta todo un deleite apreciar una obra de arte que juega con la posición del sol al transcurrir del día. La cámara fotográfica es indispensable, pues los colores y reflejos del sol a través del vidrio te inspirarán a querer retratar la cronológica historia de la vida contada en imágenes.

Estructura regia

En 1909 la Compañía de Fierro y Acero de Monterrey S. A. ganó la licitación emitida por el ayuntamiento de Toluca para construir la estructura metálica del Cosmovitral.

De acuerdo con los costos el municipio entró en pláticas con dos compañías: la Compañía United States Steel Products Export C.O. y la Compañía de Fierro y Acero de Monterrey S.A. para revisar a detalle las propuestas de la compañía.


Las propuestas de ambas empresas eran similares ya que se comprometían a edificar la obra en un periodo no mayor a nueve meses, los costos de flete y transporte corrían a cargo de la empresa, ambas compañías pedían un adelanto del pago para iniciar el trabajo, otro pago correspondiente cuando la obra fuera a la mitad y un último pago cuando el armazón del mercado estuviera terminado y montado como lo establecían los planos.

El ayuntamiento se decidió en contratar a la Compañía de Fierro y Acero de Monterrey a pesar de que los costos eran más elevados que la Compañía United States Steel Products Export C.O.

La finalidad del contrato consistía en que la Compañía de Fierro y Acero de Monterrey debía suministrar y armar la estructura metálica para un mercado que se construía en la Ciudad de Toluca, el cual tendría las siguientes dimensiones: 39.50m de ancho por 140m de largo. En el mencionado contrato se explicaban y detallaban 6 puntos de importancia para ambas partes, que involucraban tanto al ayuntamiento como la compañía de acero.

MMCF

  • Fabián Rodríguez

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