En Metepec, innovan tradición artesanal con diseño y pintura

Karen Pichardo Beltrán crea macetas de barro y convirtió esta tradición en un modo de vida que le permite expresarse de forma creativa.

Sus obras han llegado a la Ciudad de México, Playa del Carmen, Guadalajara y en diversas partes del Estado de México. (Tania Contreras)
Aura Moreno
Toluca /

En Metepec, el arte de transformar un puño de tierra en figuras de barro es una tradición que perdura entre los artesanos, quienes se las ingenian para crear desde objetos cotidianos hasta quimeras, como el caso de Karen Pichardo Beltrán quien da forma a macetas únicas.

Convirtió esta tradición en un modo de vida que le permite expresarse de forma creativa, si bien aún aprende sobre la técnica, dejó su trabajo “convencional” y su pasatiempo pasó a ser su nuevo oficio.

A cada maceta de barro le agrega pinturas de rostros, animales o incluso mezclas abstractas que requieren varios días de trabajo para afinar todos los detalles, proceso que consideró choca con una sociedad que no indaga sobre lo que hay detrás de un producto.

“Cuando les digo que me tardo una semana en terminar un trabajo se sorprenden, porque siempre que compramos algo desconocemos cómo está hecho o las horas que requirió, creo que es parte de la cultura de querer todo de inmediato, pero obtienen cosas que también duran poco”.

La labor que hay detrás es proporcional al desinterés de muchos compradores que desconocen el valor artesanal, por lo que muchos se enfrentan a las bajas ventas o incluso al regateo.

“Es algo que no se aprecia justo porque no saben de dónde vienen las cosas, que por llamarse artesanía lo demeritan y a veces se malbarata el trabajo, es triste que a veces se aprecia más internacionalmente”.

Aunque lamentó que las nuevas generaciones de las familias de artesanos parecen no estar interesados por preservar este conocimiento, mencionó que se trata de una práctica viva que perdura en las manos de los hombres y mujeres que invierten su tiempo, creatividad y cariño en cada pieza.

“Mis allegados que hacen cosas increíbles a sus hijos ya no les interesa, yo qué daría porque me enseñaran, pero aún hay quienes mantienen esto que es de quienes aprendo”.

Pese a los retos que representa este trabajo su obra ha llegado a la Ciudad de México, Playa del Carmen, Guadalajara y en diversas partes del Estado de México, por ello, continúa su labor y se inspira de la vida diaria, de peticiones particulares o incluso de un cuento.

Para conocer más sobre su propuesta se puede consultar su Instagram como Irma Nera y en Facebook como Bazar Macetas.

MMCF

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