En cinco años de existencia, el Mexico Opera Studio (MOS) de Monterrey ha producido 15 óperas, entre ellas cuatro de compositores mexicanos, y ha colocado a un buen número de sus beneficiarios en instituciones líricas de Europa, además de haber sobrevivido a una pandemia y a una tormenta tropical, Alberto.
Rennier Piñero y Alejandro Miyaki, fundadores y directores de escena y musical del MOS desde 2019, respectivamente, retoman para el festejo el montaje de Manon, de Jules Massenet, cuyas funciones fueron canceladas en junio por inundaciones que provocó la tormenta en la Sultana del Norte, una ópera que contará con la última escenografía de Arturo Nava, quien falleció el 26 de enero de 2023.
- Te recomendamos “El agente Pierre Le Noir me ayudó a enfrentarme a los surrealistas”: Martín Solares Cultura
Las presentaciones de Manon, con las que también se conmemoran 140 años de su estreno en la Ópera Comique de París, finalmente podrán verse el viernes 22, sábado 23 y domingo 24 de noviembre en la gran sala del Teatro de la Ciudad de la capital de Nuevo León, para cerrar los festejos del primer lustro del MOS, un centro de alto rendimiento para jóvenes cantantes profesionales y pianistas repertoristas.
“Manon es una producción muy especial para el MOS porque con ella celebramos nuestro quinto aniversario de actividades ininterrumpidas, pero, además, tiene el valor especial de que es nuestra decimoquinta ópera en esos cinco años”, dice Piñero sobre las tres funciones de la próxima semana.
El elenco reúne a cantantes de distintas generaciones del MOS: las sopranos Carolina Herrera y Katia Alejandra Romero, quienes se alternan el rol principal de Manon; el tenor Eduardo Niave (Des Grieux), que ha cantado dos años con la Ópera de Roma, y el barítono José Manuel Caro (Brétigny), entre otros.
El MOS ha montado desde 2019: Fausto, de Charles Gounod; The Telephone, or L'Amour à trois, de Gian Carlo Menotti; Il segreto di Susanna, de Ermanno Wolf-Ferrari; Misa de seis, de Carlos Jiménez Mabarak; I Capuleti e I Montecchi, de Vincenzo Bellini; La serva padrona, de Giovanni Battista Pergolesi; La légende de Rudel, de Ricardo Castro; Madama Butterfly, de Giacomo Puccini; Anita, de Melesio Morales; Carmen, de George Bizet; Les Bastianes, a partir de Bastián y Bastiana, de Wolfgang Amadeus Mozart, y Don Giovanni; La hija de Rappaccini, de Daniel Catán, Los 7 pecados capitales, de Kurt Weill, y Manon. Además, galas con las estrellas Elīna Garanča, Ailyn Pérez y Mattia Olivieri.
El MOS tendrá en 2025 la quinta edición de su ciclo Ópera Mexicana, en el que estrenará Paso del Norte (2011) en Monterrey, ópera de Víctor Rasgado —autor también de Anacleto Morones (1996), basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo en El llano en llamas—, fallecido el 18 de enero de 2023.
—En cinco años ha hecho casi el mismo número de montajes que la Ópera de Bellas Artes, ¿cómo se sienten al respecto?
—Es un halago que mencione eso. Nosotros no entramos en esa comparativa porque puede ser un poco antipática. Pero, sí, estamos muy orgullosos del trabajo hecho hasta ahora. Y hemos colocado a cantantes en las óperas de Bremen, Dresde, Hannover, Stuttgart, Colonia, Roma y Holanda.
Libre albedrío
En el caso de esta Manon, Piñero reconoce que es una apuesta muy grande por una ópera que habla sobre la capacidad de elegir, de ejercer el libre albedrío, pero también de asumir las consecuencias.
“Es una ópera cuya historia es profundamente vigente, hace unos años el príncipe Harry (de Inglaterra) se casó con una actriz en ejercicio de su libertad de decidir con quién, cómo y dónde estar. Y eso, que parece decimonónico, sigue estando vigente”.
“Nuestra Manon es una chica de 14 años que busca ese ejercicio de libertad, de poder encontrar su lugar en el mundo. Y Des Grieux, también muy joven, elige estar con ella renunciado a todo aquello que impida el ejercicio de elegir estar con su amor. Contar eso al público contemporáneo, nos parece que es profundamente vigente y nos permite reflexionar sobre el libre albedrío”, añadió el venezolano.
Piñero planteó una puesta en escena ambientada en el siglo XIX en cuanto a vestuario, aunque con escenografía fija de Arturo Nava que representa unas olas que van cayendo sobre el espacio escénico y que representan olas que van devorando a Manon, lo que irónicamente le ocurrió a Monterrey en junio.
De hecho, se trata de una escenografía que hizo hace cinco años Arturo Nava, que falleció en enero de 2023, y a quien estará dedicado el montaje de esta ópera de cinco actos y seis escenas de Massenet.
“Es una cosa muy bonita. Este proyecto lo soñamos el maestro Arturo y yo a finales de 2019. Lo habíamos soñado, lo acariciamos, incluso se maquetó, pero no habíamos encontramos el momento para desarrollarlo. Y, entonces, para el quinto aniversario del MOS fue el momento maravilloso para hacerlo. Su asistente, Sonia Flores, ha terminado la planimetría y el trabajo con ello, además que va a hacer la iluminación. De alguna manera será un tributo al maestro Nava”, expuso Rennier Piñero.
Para el director musical Alejandro Miyaki es uno de los diseños escenográficos más potentes plásticamente que hizo Nava, quien recibió la medalla Xavier Villaurrutia del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en 2019, el mismo año en que entró en operaciones el México Opera Studio.
“Es el último diseño que nos queda pendiente con el maestro Arturo Nava. Se hizo hace seis años, ya no pensábamos que iba a ver la luz. Originalmente iba a ser La bohème, pero al tenerlo que cambiar por razones estratégicas dentro de la ciudad, recuperamos este proyecto”.
“Es como si fuera un reloj de arena o una gran ola que parece tragarse a los personajes. Es un espacio que desde lo monumental nos dibuja atmósferas muy íntimas en que podemos atestiguar esos pensamientos, esos deseos de los personajes; atmósferas muy segmentadas, plásticamente”, refiere.
El diseño de colormetría está basado en el pintor Eduard Manet; la iluminación es Sonia Flores, asistente de Nava; el vestuario es de Carolina Vanegas y el maquillaje de Esmeralda Meme García.
Bella y apasionada
Miyaki explicó que la Manon de Massenet, basada, como la Manon Lescaut de Puccini, en la novela homónima del abate Prevost, es una historia con la que es muy fácil conectar, en el drama y la música.
“La música de Massenet en ella es bella, apasionada, muy fácil de entender, ayuda a conectar con lo que está sucediendo dramáticamente, con las emociones de los personajes y sus situaciones dramáticas. Es muy intensa y, a la vez, tiene su complejidad y densidad, porque tanto la historia como la música poseen muchas capas, se logra entender en una primera lectura, pero, entre más la escuchas y la vas analizando, te das cuenta que es más profunda de lo que parecía en primera instancia”, dice el director.
“Manon es un bombón muy delicado, un cofre que guarda una joya impresionante; una ópera rica en matices, en detalles, los personajes para nada ameritan o permiten una lectura simple, son personajes que se debaten en un sistema de expectativas y de deseos muy grandes, en un momento en que desear o pretender estaba muy mal visto o iba en contra de la naturaleza del conjunto social”, añade Miyaki.
- Te recomendamos Segunda edición de la Feria Arte Capital busca promover el trabajo de mujeres artistas Cultura
Como Piñero, el también director concertador subraya que la protagonista busca encontrar su espacio de vida, poder decidir lo que quiere hacer y cuándo, a pesar de que esto implique enormes sacrificios.
“Es una adolescente que, no por rebeldía, sino por deseo de conocer, experimentar, vivir, va en contra del statuo quo. Y, con ella, Des Grieux, un joven estudiante de filosofía de acaudalada familia, emprende este viaje en común con Manon, busca acompañarla, ser un poco su voz redentora, pero como en las vicisitudes del amor, recibe el amor de Manon pero también los dolores”, agrega Miyaki.
Una trayectoria productiva
El director de orquesta coahuilense destacó la labor que ha hecho el MOS con las óperas mexicanas.
“Fue muy satisfactorio el trabajo que hemos hecho con las óperas mexicanas, en específico con La leyenda de Rudel, Anita y La hija de Rappaccini. Esas producciones han sido muy valiosas porque no existen muchos referentes, y es un honor poder formar parte de ese impulso a la ópera mexicana”, dijo.
“Poner una ópera mexicana genera un movimiento en muchos niveles: en el público, en nosotros como artistas, que vamos descubriendo estas óperas y al involucrarnos nos damos cuenta de la calidad en ellas. Sólo hace falta que se pongan de pie estas óperas no sólo como rescate o pieza de museo, sino producirlas a la par de una ópera de Puccini o de Mozart, y darles esa importancia”, agregó el músico.
Subrayó que las galas con Elīna Garanča, Ailyn Pérez y Mattia Olivieri han dado al MOS mayor proyección, y destacó la colaboración con orquestas estatales como la de Coahuila y la de Nuevo León.
El MOS cambió este 2024 de directiva en el patronato que mantiene el proyecto: entró a la presidencia Jorge Vázquez, que era parte del Consejo Directivo del MOS, en relevo de Alejandro Pérez Elizondo.
“Este cambio muestra cómo está comprometido el patronato por apoyar el arte y, en específico, al MOS. Viene a reforzar el proyecto. Jorge Vázquez está muy empapado de todo lo que es e implica el MOS. Viene a impulsar el proyecto más allá de lo que hasta ahora hemos podido lograr”, dijo Miyaki.
El MOS cerrará el año con homenajes por los centenarios luctuosos de Puccini (29 de noviembre) y Gabriel Fauré (4 de noviembre), y el 150 aniversario del natalicio de Reynaldo Hahn (9 de agosto).
Además del montaje de Paso del Norte de Rasgado, el MOS grabará con la Filarmónica de Coahuila su versión de Anita, de Melesio Morales; montará Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti, y plantea galas con el barítono italiano Mattia Olivieri, la soprano moldava Irina Lungu y con Aida Bousselmà.
- Te recomendamos “Escribir te enseña a fracasar”: Margaret Atwood Cultura
BSMM