"Antes de los españoles ya había guerras y conflictos en Tenochtitlan": Clementina Battock

México: 500 años

Clementina Battock, especialista en las crónicas novohispanas de tradición indígena, recrea y explica la Conquista, y reflexionan sobre los significados que ha adquirido desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Clementina Battock | MILENIO
Guadalupe Alonso Coratella
Ciudad de México /

Antes de la llegada de Cortés existía una multiplicidad de pueblos con diferentes tradiciones, culturas y prácticas. Es lo que los historiadores y arqueólogos han denominado el posclásico tardío, un periodo de conflictos y tensiones entre grupos diversos. 

El ejemplo más concreto lo tenemos en la cuenca de México, donde se centra el poder a partir de una organización tripartita liderada por México-Tenochtitlan, Tlacopan o Tacuba y Texcoco. Este intento de equilibrar el poder no deja de lado las tensiones entre los centros. Hay que romper esta utopía, esta idea de que antes de la llegada de los hispanos a esta tierra había un equilibrio. Al contrario, encontramos guerras, conflictos.

Cada vez sabemos más, desde la historia y la arqueología. Conocemos más sobre los gobernantes, la idea de familia, la importancia de los linajes, de ser hijo de... Hemos puesto el ojo en el rol de las mujeres. Hasta hace unas décadas no se le reconocía a las mujeres un papel destacado en la historia oficial mesoamericana, es decir, su presencia, no solo como dadoras de vida sino como quienes otorgan legitimidad al gobernante que va a asumir. En la historia oficial han sido invisibilizadas; sin embargo, hay estudios donde se muestra el rol de las mujeres en diferentes lugares.

Malintzin, que ha pasado a la historia como Malinche, generó las ideas sobre el malinchismo. Me parece injusto. Ella no traicionó, es una figura clave en la Conquista. Tuvo sus intereses, sus deseos e intencionalidades, pero es clave porque no solo es la mano derecha y la que le habla al oído al conquistador sino quien conoce las prácticas del mundo mesoamericano y los gestos. 


La voz de la Malinche aparece pocas veces en las crónicas; sin embargo, tiene un protagonismo básico, no solo en la cuestión estratégica sino en la decodificación. Malintzin pasa a la historia porque estuvo al lado de Cortés. Ella, junto con otras mujeres nahuas, totonacas y tlaxcaltecas, tuvieron un lugar importante como compañeras de muchos de los conquistadores, pero también como madres de sus hijos. Son mujeres que están atentas, que tienen una sexualidad muy abierta, muy libre, pero también están en un lugar clave en la sociedad. Pensemos en las hijas de Motecuhzoma, cómo van a tener hijos de los conquistadores que, a su vez, van a ser objeto de alianzas políticas entre lo que queda del linaje tenochca y el nuevo conquistador. Es significativo porque rápidamente surgen los nuevos hijos “mestizos”.

La caída de Tenochtitlan dará inicio a otras conquistas que no van a parar desde el siglo XVI hasta el XX, con diferentes actores e intencionalidades, pero conquistas al fin. Tampoco podemos reducir la Conquista a un hecho bélico que va a realzar determinados momentos de la historia o la idea de buenos y malos. Acá no hay buenos y malos: hay intereses y grupos. 

La mal llamada Conquista ha resultado fácil porque es un término que pega, simplista. La caída de Tenochtitlan hay que entenderla, no juzgarla, desde su propio contexto, entender a cada uno de los involucrados, no reducirla a que de la noche a la mañana el mundo cambió.


yhc