La pintora mexicana Margarita Morales expresó que con sus cuadros trata de transmitir “una historia vinculada a un sentimiento”, ya que pone “todo el acento en mis raíces, en mi nación, pero no deja de ser una fusión con el país en el que vivo (Alemania) o de los lugares a donde viajo”.
“El ambiente, la gente, el clima, todo ejerce una fuerza enorme sobre mi ser y eso es producto del arte que hago (…) tal vez el espectador mismo podría descubrir y decir qué peculiaridades o qué elementos de influencia alemana ve en mi obra”, indicó.
Margarita nació en El Mante, Tamaulipas. El calor es la primera impresión que le viene a la mente cuando piensa en esa ciudad.
Ahora reside parte del año en Alemania con amplias estadías en México.
Recientemente expondrá en el Instituto Cultural Mexicano de Copenhague, y también lo hará en el Museo de Arte Moderno de África Central, así como en varias salas de la Ciudad de México.
Como lo ha hecho en numerosas veces en Berlín, donde tiene su atelier, “pero pinto en cualquier lado a donde viajo”.
En la República de Azerbayán, en Asia, por ejemplo, fue invitada a realizar una gira por todo el país con su pintura.
Expuso en el Museo Nacional de Arte de Azerbayán como pintora contemporánea mexicana, y pintó también en ese país.
Le dieron un espacio para que lo hiciera en el Adra Museum. “No me esperaba lo moderno que es Azerbayán”.
La fuerza del color es característica de su pintura, así como también los grandes formatos.
La amalgama de las culturas mexicana y alemana en ella “es ya un híbrido que tengo completamente asumido, que ni siquiera lo veo como algo que tenga que dividir, o que deba verlo racionalmente como dos unidades.
Dentro de mí, México y Alemania son una fusión”, señaló.
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Consideró que el público alemán tiene una sensibilidad diferente al mexicano pero que los temas que aborda en su pintura son universales.
“Como artista no estoy produciendo con el objetivo de agradar otras sensibilidades; sin embargo, gracias a la reacción del espectador, me he dado cuenta que encuentran mucha afinidad”.
“Hay muchas veces que la gente ve los cuadros y se sienten transportados a un mundo de fantasía que les agrada, las tonalidades en la obras que realizo les producen sobre todo mucha alegría”, comentó.
Se describió como una artista establecida y madura, “pero ello no quita que me guste experimentar con el arte y ejercer nuevas expectativas. Uno siempre está constantemente aprendiendo”.
Ahora está trabajando “en el tema de la naturaleza en sus diferentes formas, expresada a través de los colores, pero siempre en el contexto de contar la situación en la que se encuentra, ya sea en la oscuridad, en la nostalgia, en la alegría, en la luz, en la dinámica, en la tranquilidad“.
Actualmente trabaja en una serie en la que pone todo el acento en sus raíces mexicanas .
ELGH