Hace poco más de tres años, cuando Catalina Serna comenzó a buscar mayor información sobre el autismo, se encontró con que había muy poca para explicarlo a la gente cercana con este trastorno, a los familiares o a los amigos, por lo cual decidió escribir Mi hermano Luca. Un cuento acerca del autismo (Pollo blanco Editorial, 2017), enfocado a ofrecer información a su hija menor sobre un tema del que se habla mucho, pero en la realidad se conoce poco.
“Escribí el libro a raíz de que mi hija me empezó a hacer muchas preguntas sobre su hermano, como que llegó a una edad en la que empezaba a notar que era diferente y no entendía por qué. Así me empezó a hacer preguntas sobre qué era el autismo, por qué su hermano lo tenía y ella no, y no sabía qué contestarle, porque era complejo, difícil de explicar, y empecé a buscar herramientas para poderle decirle a una niña de cinco años lo que era el autismo”.
Lo más importante no sólo radicaba en ofrecer información sobre el tema, sino buscar su entendimiento desde una perspectiva de inclusión, de tolerancia, “de aceptar las cosas como son y respetar nuestras diferencias”, lo que de alguna manera se logró con el libro ilustrado.
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Transcurrido el tiempo se halló frente a otro dilema, que no dejó de parecerle extraño: “nos vinimos a vivir a Ciudad de México y me rechazaron a Luca de 21 escuelas: no lo conocieron, no me preguntaron nada, sólo escucharon la palabra autismo y me dijeron ‘aquí no’.
“Nunca me lo imaginé, porque hablamos de Ciudad de México. Antes, cuando me fui a Querétaro viví una situación parecida, me rechazaron de tres escuelas, y encontré una maravillosa. Pensé encontrar algo así en Ciudad de México, pero hasta nos tuvimos que cambiar de casa cuando hallamos una, para mí fue un shock impresionante: estábamos en 2018”.
Ante tal situación, Caty Serna se aventuró a generar una reflexión más amplia sobre el autismo, ahora a través de un cortometraje, para el cual tuvo el apoyo del realizador Carlos Algara, a fin de desarrollar una película animada, con el mismo título, Mi hermano Luca, que ya se encuentra en un listado de candidatos al Premio Oscar en 2021.
“Estar en esa posición permite que más gente lo vea. Para nosotros es muy importante, porque no existen muchos cortos ni material al respecto y se convierte en una manera de mostrar temas humanos; creo que estamos en un lugar privilegiado, que nos puede abrir puertas no solo a nosotros, sino a otras personas que quieran hablar de asuntos como el autismo”, cuenta la autora en entrevista con MILENIO.
El reto de llevar a la pantalla la historia de Luca
A diferencia de un libro, realizar una película siempre resulta más complejo por la cantidad de personas que terminan por involucrarse, de ahí que Caty Serna buscó entre sus conocidos a quien pudiera apoyarla a levantar el proyecto de un cortometraje.
“En el corto, desde un punto de vista de la hermana menor, el autismo no es visto como una discapacidad, sino como un súper poder”, Carlos Algara
De esta manera se acercó al realizador y productor Carlos Algara, con el fin de despertar su interés. “Nos conocemos desde hace muchos años, por lo tanto estoy familiarizado con el caso de Luca desde que lo diagnosticaron y me interesaba formar parte de algo que lleve un mensaje de inclusión”, recuerda el cineasta.
“Es muy importante tener un mensaje fuerte y humano dentro de las cosas que hago. Lo primero que le dije (a Caty) fue: el libro, que me encanta, es muy didáctico, habría que tomarlo como base, pero haciendo una historia más narrativa, en donde se entienda lo mismo que explica el libro, las condiciones con las que vive un niño autista desde un punto de vista de la hermana menor, pero contando una historia chiquita, en la que el autismo no sea visto como una discapacidad, sino como un súper poder”.
Esto porque la intención general del corto es quitarle la connotación negativa a la palabra autismo, que muchas veces viene desde la parte médica, sobre todo porque al recibir un diagnóstico “usualmente los médicos te dicen todo lo que no va a poder ser y hacer el hijo”, entonces como papá o como mamá se vive un proceso más negativo, que los niños no viven, ellos crecen sin prejuicios, por eso es el contraste, en este caso, entre el punto de vista de la niña y el de los papás.
“Me interesaba mucho que se viera ese contraste, porque son momentos difíciles, pero también hay un lado positivo, una manera de acompañar a los papás y a la gente más cercana, en este caso con la hermana, para que pueda comprenderlo más gente que vive el autismo en su día a día”, a decir de Caty.
¿Qué es el autismo?El autismo es una forma de ser, de funcionar. Es una manera distinta de percibir y procesar estímulos externos. Su forma peculiar de experimentarlos se ve reflejada en su forma de comunicarse y relacionarse con quienes los rodean.
La inclusión como objetivo
Carlos había hecho cosas breves de animación, pero no un cortometraje ya en forma, que durara 10 minutos, esto fue todo un reto; así se acercaron a la productora de animación Llamarada, donde hallaron un estilo de animación cercano a lo que buscaban.
Ahora, después de proyectarse en diversos festivales cinematográficos, en México y en otras partes del mundo, Mi hermano Luca se encuentra en un listado que lo aproxima al Oscar: “Tuvimos mucha suerte y estuvimos seleccionados en más de 30 festivales entre 2019 y 2020. Eso le da una reputación en la industria, especialmente en la rama de animación; incluso, obtuvimos un segundo lugar en el Chicago International Childrens Film Festival y una mención especial en España. Lo siguiente que pasa es que los miembros de la academia votan para hacer un short list, en donde sólo quedan 10 y luego de eso se nominan a los cinco finalistas: estamos en el proceso de pasar al short list, para eso necesitamos que la mayoría de los miembros de la academia pueda ver el corto”, explica Carlos Algara.
Más que ganar el premio, se trata de crear conciencia y alcanzar las audiencias más amplias posibles, coinciden ambos realizadores de Mi hermano Luca, por lo que ya ser elegibles para el Oscar y estar en la lista corta o entre los nominados, le da a la película una función mucho más relevante no solo a los ojos de la industria, sino de la sociedad en general, insiste Caty.
“Lo principal es dar el mensaje de que no necesitamos que los otros sean iguales a nosotros para que el mundo sea mejor, necesitamos que el mundo sea más inclusivo con las personas que son diferentes para que el mundo sea mejor”.
En México, el cortometraje se ha proyectado en los festivales de cine de Morelia y de Guanajuato, con lo cual han podido llegar a pequeñas poblaciones, uno de los esfuerzos que se desarrollan dentro de esos encuentros; en la actualidad, se puede ver en la aplicación de Cinépolis Click, aunque el esfuerzo de todos los involucrados no se queda ahí y uno de los objetivos de Catalina es acercarse a la Secretaría de Educación Pública, “porque sí creemos que, tanto el libro como el cortometraje, pueden ayudar a ser más inclusivos en general”.
nerc