Miguel Peraza, escultor mexicano, denunció el daño a una de sus esculturas, conocida como El hombre del portafolio, la cual se encontraba ubicada en Paseo de la Reforma, frente a la Torre Bancomer en la Ciudad de México; los hechos sucedieron sin que autoridad alguna se diera cuenta.
”Me informaron que mi obra monumental 'El hombre del portafolio' fue severamente dañada, de hecho la derrumbaron. Nadie se percató de nada, las autoridades de la Ciudad de México no se dieron por aludidas, por lo que no ha habido una investigación oficial, pero lo ocurrido, la vandalización de una obra de arte, fue en plena vía pública, y nada menos que en el Paseo de la Reforma, frente a la Torre Bancomer”, aseguró el artista.
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La pieza forma parte de un conjunto escultórico preparado para la casa de bolsa Probursa, ya desaparecida, que retomaba el emblema de la empresa, un caballo de ajedrez, con la figura de un escultor que con un cincel está labrando una gran roca de la que surge la cabeza de un caballo de dos metros, el saco del artista está colgado de un clavo de la propia escultura y muy cerca un personaje urbano con traje y portafolios a tamaño natural para representar al personal y los clientes.
“Se trataba de una pieza sin pedestal, a pie de tierra, a ras de suelo vamos, que rompía con la tradicional escultura heroica, se trata de una tendencia estética que busca encontrar en la vida cotidiana su trascendencia”, señala Peraza al denunciar la destrucción de la obra.
El hombre del portafolio primero fue colocada sobre Periférico, más tarde trasladada a Paseo de la Reforma y Montes Urales, y finalmente frente a la Torre Bancomer.
“A pocos meses de ser colocada, un automóvil Minicoper, con dos personas a bordo y conduciendo a más de 170 km por hora, fue a estrellarse directamente contra la escultura de la cabeza de caballo y el escultor, destruyéndola y quedando los fragmentos de bronce regados.
Las piezas de la obra las recuperó y junto a otros expertos se dio a la tarea de restaurarla y, cuando ya estaba a punto de concluir el trabajo, se le informó a Miguel Peraza que lo que quedaba del conjunto escultórico, había sido “atacado y derribado con absurda saña fracturando otra vez el bronce en varias partes”.
“Este no debería ser el final de estas obras tan significativas, por eso solicito la intervención de las autoridades y recurro a la solidaridad de intelectuales, artistas y sociedad civil para que estas obras sean recuperadas y reintegradas a su sitio. El desinterés generalizado por el arte y el destino de las obras no demuestra si no desprecio por lo más excelso que ha producido el ser humano, cuando la pandemia acabe ¿qué va a quedar de nuestra cultura?”, se pregunta el artista.
amt