La digitalización de obras de arte es algo que museos e instituciones, públicas y privadas, han hecho desde hace tiempo para fines de catalogación o para tener un mayor control sobre las cuestiones técnicas de la obra, sin embargo, en los últimos años estos archivos digitales se han abierto al público cada vez con mayor frecuencia, sobre todo a partir de la pandemia de covid-19.
Además de aquellos lugares a los que comúnmente nos dirigimos para acceder a un acervo artístico también están aquellas empresas que cuentan con una colección de arte privada, como la compañía de seguros SURA, que desde 1972 ha conformado una archivo con más de 200 años de historia de arte latinoamericano en la que hay una gran representación de artistas colombianos como Fernando Botero, Alejandro Obregón, Débora Arango, Luis Caballero y Francisco Antonio Cano y artistas mexicanos como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y David Alfaro Siqueiros.
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Recientemente SURA lanzó un sitio en el que se encuentran disponibles más de mil obras de manera gratuita. En entrevista Sylvia Márquez, curadora de la colección, explica que el acervo engloba lo que fue el arte moderno en México y en América Latina, principalmente.
“Las obras que tenemos corresponden a géneros como la pintura de paisaje del siglo XIX y XX también hay mucha pintura costumbrista del siglo XIX y principios del XX; lo que predomina es el arte moderno y algunas muestras de arte contemporáneo, arte abstracto, surrealismo y retrato”.
Una de las partes más importantes de la colección de arte SURA, destaca Márquez, son los “artistas patrimoniales, estamos hablando de arte y cultura que le pertenece a todos como Frida Kahlo o María Izquierdo; también los grandes muralistas de México como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera, o Saturnino Herrán, José María Velasco y Doctor Atl”.
"Estamos siguiendo una tendencia a la digitalización de los acervos como el Museo Nacional del Prado o el Louvre porque lo que se busca, tanto en esas instituciones como nosotros, en SURA, es democratizar el arte; creemos que el patrimonio tiene que ser accesible y las instituciones que resguardan colecciones como esta tienen la obligación y la responsabilidad, no solamente de preservar las obras físicamente, sino también de difundir y mantener accesible todo este conocimiento".
Además de las obras en línea, disponibles en la página de arte y cultura de SURA, también se pueden consultar fichas con la biografía del autor, además de anécdotas y la historia de las piezas. Estos elementos —dice la curadora de la colección— tienen un impacto no sólo a nivel profesional, sino también educativo.
¿Para qué sirve la digitalización de obras
de arte?
“Tener este conocimiento abierto es muy valioso para cuestiones educativas, tanto para alguien de primaria, secundaria o incluso a nivel superior o para un investigador. La función educativa, además de la función comunicativa, a través de los medios digitales, es muy importante para saber qué es lo que tenemos, a nivel patrimonio, y quién lo tiene”.
La aplicación de la tecnología en este tipo de procedimientos es cada vez más novedosa, explica Sylvia Márquez, y aunque ver una obra en vivo es una experiencia única, la digitalización te permite ver cosas que no se pueden ver a simple vista en los museos —ya que por cuestiones de seguridad se debe mantener cierta distancia de la obra— como el tipo de pincelada o apreciar detalles minúsculos que puedes recorrer haciendo zoom a una parte específica de la obra, siempre que las imágenes sean en alta resolución.
La digitalización también permite ver el paso del tiempo en las obras de arte, algo que es muy útil en cuestiones de restauración ya que "siempre puedes regresar a ella para ver en qué temas hay que enfocarse en la próxima restauración, si ha sufrido daños o no, o incluso ver el paso del tiempo normal en cualquier pigmento o soporte de obra”.
PCL