Si en enero de este año alguien le hubiera dicho a Milena Warthon todo lo que iba a conseguir en los meses siguientes, tal vez no lo hubiera creído: en febrero, gracias a su canción Warmisitay, ganó la Gaviota de Plata en la Competencia Folclórica del Festival de Viña del Mar; en mayo lanzó su primer disco, Pop andino; en junio se presentó en el prestigioso Gran Teatro Nacional del Perú; en septiembre colaboró con otro ídolo actual de su país, Lenin Tamayo, para el tema Chaskallay; y este octubre está por primera vez en México como parte del Festival Internacional Cervantino (FIC).
“Estoy en un proceso de crecimiento y soy fiel a que en la vida siempre tiene que haber un equilibrio; uno tiene que tener el amor propio suficiente para afrontar las cosas y creérsela, pero sin llegar a un exceso, tocando tierra, saber de dónde vienes”, comenta la cantante de 23 años sobre este ‘hilo’ de logros en entrevista exclusiva con MILENIO.
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De su primera visita a México, que ocurrió gracias a la Cancillería de Perú, habla con emoción, pues considera a nuestro país como “un lugar donde muchas puertas se pueden abrir, estamos yendo por todo lo bueno que pueda pasar, que la gente pueda escuchar mi música. El objetivo es seguir cruzando fronteras”.
“Y quiero conocer todo el Cervantino, me encanta la idea que sea un aprendizaje cultural masivo; sé que es un Festival donde se unen muchas culturas y quiero aprender de otros artistas”.
Otra meta de la celebridad peruana es dejar en sus escuchas un mensaje de empoderamiento femenino y cultural: “En Perú ha habido mucha migración de los Andes hacia la capital, Lima, donde nací, debido a la centralización y a la falta de oportunidades. Y esa es más o menos mi historia: de cómo una generación ha crecido con una crisis de identidad, negando un poco nuestras raíces andinas porque todavía está la discriminación muy presente.
“Soy una mujer que puede alzar la voz a comparación de muchas otras que no tienen la oportunidad porque en Perú todavía hay una brecha social grande a nivel de educación, a nivel servicios básicos”, agrega.
El orgullo por sus raíces lo tiene inculcado desde que era niña gracias a su familia, el eslabón de su camino musical: “Al inicio todo era más como un hobby, la ilusión de una niña, pero tuve el respaldo de mis papás y empecé a prepararme de una manera no profesional”.
A los 18 años, estando en la Universidad de Lima como estudiante de la carrera de Comunicación, Milena tomó la decisión que cambió su vida: profesionalizarse en lo musical. Entonces, consultó con sus padres, recibió su respaldo y debutó oficialmente en la industria con un cover de la canción Tú y yo, original de Gian Marco.
Desde entonces, no ha dejado de crecer tanto en acervo musical, impacto regional y en redes sociales, por ejemplo: en TikTok ostenta 2.7 millones de seguidores y en YouTube presume más de 523 mil suscriptores.
“Había sido el sueño de mi vida”, reflexiona Milena al recordar sus inicios artísticos, que están plasmados en su primer disco, pues dicho material “es una manera de contar mi historia”.
Guiada por la estela de Selena Quintanilla, a quien ve como “un modelo a seguir”, la princesa del pop andino - como la llaman sus fans en redes sociales - piensa en la música como una forma de “romper esquemas personales y estereotipos porque el Perú sigue siendo un país que cae mucho en el machismo, la discriminación y el racismo, y nosotros vivimos con eso y no nos damos cuenta”.
“Me siguen muchas niñas, después de la Gaviota (su premio en Viña del Mar) ha sido alucinante el cariño. Por eso otro mensaje que doy es el abrazo a mi niña interior: le canto y trato de protegerla para que pueda salir adelante, y así decirle a las niñas que me siguen que también pueden lograrlo”.
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