La canción Algo más, de Armando Ávila y Natalia Jiménez. El dibujo es del maestro Alejandro Barrón. Los seres humanos estamos insatisfechos por naturaleza. Conocemos el amor y esperamos algo más, lo buscamos, aun con riesgo de destruir lo que tenemos, para seguir en esa búsqueda infinita.
Detrás de cada canción hay inspiración y una historia, nos cuenta Armando: “En el año 2003, estábamos grabando el disco de La Quinta Estación. Cuando estábamos por terminar, ellos ya se iban a regresar a España. Me llama Natalia y me dice que se le ocurrieron unos versos, que podrían ser una buena canción. Nunca se me va a olvidar. Ella había estado en un bar. Llegó a mi estudio, me cantó los versos, que estaban hermosos; y me dijo por dónde ella sentía que iba la canción. La compusimos en un par de horas. Ahí mismo grabó la voz que se quedó finalmente en la canción. Cuando la quiso volver a grabar, no tenía el mismo sentimiento de esa noche. Hubo mucha magia. Jamás me imaginé que fuera a ser un sencillo de radio. La canción dura más de cuatro minutos, y trae una armonía que no es muy comercial. ¿Y cuál fue mi sorpresa cuando me va diciendo la disquera que era el segundo sencillo? El tema que nos cambió la vida tanto a La Quinta Estación como a mí, a Natalia. Le tengo mucho cariño a ese tema”.
Alejandro Barrón realiza un dibujo con una visión sensible a ese amor: “El amor es muy honesto y a veces es tan confuso. La mujer del dibujo está desnuda. La desnudez es justamente esa exposición de los sentimientos, cuando estás enamorado, cuando amas, no puedes ocultar ese sentir. Estás expuesto y entregado a la persona, al sentimiento. La esencia de la letra de la canción, traté de sintetizarlo en esta celestialidad, en algo más allá de lo terrenal, sin tocar los pies en la tierra. Estás volando. Así lo entendí”.
Algo más es una invitación a la libertad. Es un salto al vacío y nos comenta Armando: “La gente captó y atrapó la canción de una manera muy bonita. Nunca se me va a olvidar un día que me invitaron a una boda. Llegaron los novios, suena mi canción y la empiezan a bailar. Fue un reconocimiento tan hermoso, el que una pareja la haya escogido para el momento más importante de su vida”.
La obra de Alejandro y su trayectoria se basan en la honestidad en su trabajo, nos dice: “Soy de la idea de que la honestidad va a vender. Porque estás expuesto, y el arte pues está fabricado de sentimientos. El arte, cuando es honesto, es transparente, las personas se identifican. A mí me costó años entenderlo. A la fecha, pues hago lo que quiero, como quiero, como me nace. Casi siempre son trabajos autorreferenciales. En este caso, era el dibujo, que es una experiencia de otra persona pero no deja de ser una cosa que yo podría sentir. Es la universalidad del arte: ese compartir esas emociones quizá no de la misma manera, incluso de la misma intensidad, pero siempre hay una identificación”.
Es un gran regalo profundizar en el arte.