José Manuel Ruiz Salazar y Roberto Abraham heredaron el talento de su afamado padre, Roberto Ruiz, y desde hace varios años se dedican a tallar impresionantes esculturas en huesos.
“Mi padre trabajó la talla en miniatura en hueso durante 58 años y nosotros, los hijos menores, continuamos con su legado. Le agradezco haberme dado el don y mostrarme el mundo del arte”, cuenta a MILENIO José Manuel, quien estuvo acompañado de su hermano Roberto en su taller de Nezahualcóyotl.
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Cada una de sus esculturas es hecha a mano y de forma artesanal, se toman su tiempo para crear nacimientos, calaveras, diablos, cristos y lo que les piden distintos coleccionistas privados, su mercado principal.
“Nos llaman de museos de otros países, coleccionistas que nos piden ver las piezas que ya tenemos o nos piden algo especial. Uno de los que nos han absorbido es Fomento Cultural Banamex”, agrega el entrevistado.
En su taller hay taladros pequeños, buriles, esmeriles eléctricos, brocas finas y delgadas que sirven para crear personajes de cuentos y leyendas.
—¿Qué tan complicado es conseguir los huesos?
No es problema y vamos a un rastro que tenemos cerca. Pero ahora el problema es que como le están dando algo a los animales para engordarlos rápido, los huesos están muy grasosos y manchados de sangre, lo que quiere decir que están muriendo de una manera muy brusca. Además, los huesos ya no tienen tanto grosor, antes había fémures enormes que nos daba para sacar dimensiones, calados y plasmar tridimensional, como si fuera marfil.
José Manuel presume una de sus piezas, una torre de casi seis centímetros de altura con 33 personajes adentro.
“Los que nos caracteriza son las miniaturas y tenemos un nacimiento en una sola torre con todos los personajes, me llevó meses hacerla”.
—¿El arte de tallar huesos está en peligro?
Sí, a lo mejor está a punto de desaparecer. El buen arte, la buena creación, el confeccionar un rebozo, una vasija, un buen canasto o una buena talla en hueso, porque cada pieza lleva tiempo y no son pulseritas. Desafortunadamente corremos un riesgo porque pocos se están involucrando con esto; sí hay trabajo de artesanía pero ya se está industrializando mucho, están sacando nuevos conceptos que ya pierden la raíz y la tradición.
Un museo para su padre
Entre los planes de los hermanos Ruiz está abrir su taller al público y montar un pequeño museo con la obra de su padre Roberto Ruiz (1928-2008), quien conquistó a la reina Isabel II. Ella declaró sus piezas como “joyas de la corona”.
“Ojala la gente nos siga viendo y apoyando. No sabemos cuánto tiempo va a durar este oficio del arte miniatura en hueso”, dice José Manuel.
¿Quiénes son?
Roberto Abraham y José Manuel Ruiz Salazar forman parte del programa Grandes Maestros del Arte Popular, gracias a su trabajo, que convierte huesos en finísimas esculturas en miniatura.
Roberto y José comenzaron a incursionar en el mundo del arte popular a los ocho y 13 años, heredando las técnicas y el gusto por trabajar de su padre, el maestro artesano Roberto Ruiz, quien obtuvo el Premio Nacional Ciencias y Artes en la rama de Artes Tradicionales Populares en 1998.
Los hermanos Ruiz ganaron en 2011 el primer galardón del Concurso Nacional de Nacimientos, presentando una pieza que rescata las tradiciones, costumbres y técnicas antiguas.
Roberto Abraham fue ganador del tercer lugar, en la categoría cantería y lapidaria, en el Concurso Nacional de Nacimientos Mexicanos con una pieza miniatura tallada en hueso y base de madera, con representaciones bíblicas en la misma estructura: desde los peregrinos pidiendo posada hasta la huida a Egipto, de acuerdo con la página Grandes Maestros del Arte Popular, un programa de Fomento Cultural Banamex A.C.
PCL