Desde hace cinco años la asociación Moorelear emprendió una iniciativa cultural que con el paso del tiempo ha sumado a artesanas, ambientalistas, creadores, músicos e incluso a productores agrícolas locales que aportan su conocimiento y talento para compartirlo de manera gratuita a través de 17 estaciones donde se exhiben sus productos.
En ese sentido Rosario Pedraza comentó a MILENIO que no sólo en México sino en varias partes del mundo, debido a que se considera un activo que promueve el conocimiento, activa los lazos sociales, genera empatía e impulsa la creatividad entre la población, la cultura no se cobra y menos aún por ocupar un espacio público.
Esta visión la comparte el profesor Rodolfo Silva quien dijo, se sumó a esta iniciativa aportando su dinero y su tiempo aún en tiempos de pandemia, más aún ahora que los jóvenes pueden poco a poco reintegrarse a los espacios públicos, donde comparten su talento con la comunidad.
“El día de mañana, sábado estaremos presentando las estaciones culturales como cada sábado. Estamos trabajando de Ramón Corona a la calle Cepeda y estamos impulsando que este espacio no se venda porque es un espacio cultural para la ciudadanía, es un espacio familiar donde se muestra el arte y la cultura”, dijo Pedraza.
Esta postura fue reforzada por el maestro Silva quien acotó, a Moorelear se sumaron las instituciones educativas para que la gente pueda acceder a los activos culturales y se sume a la participación artística, en tanto que los niños puedan estar dentro de un espacio amable y seguro donde tengan sus primeras aproximaciones a los contenidos educativos, de ciencia, cultura y arte.
“Lo que dice Rosario es muy importante porque nosotros hemos continuado trabajando, llevando la cultura al pueblo y que más que la avenida Morelos, que es la representativa de la ciudad, pero parece que ahora existe la situación de que alguna persona anda por ahí queriendo vender los espacios y con eso no estamos de acuerdo porque en primer lugar el espacio es público y en segundo lugar nosotros ya tenemos años. Por eso estamos protestando”.
Cabe mencionar que este ejercicio ciudadano no fue cancelado durante el tiempo de pandemia y para continuar la cercanía con los públicos que ya crearon, se idearon una serie de estrategias y programas virtuales, sólo con los recursos que aportan sus participantes, respetando al mismo tiempo las normas sanitarias impuestas ante la presencia del covid-19.
“Con el paso del tiempo ya se bajando el aspecto del contagio y comenzamos a trabajar porque de todos modos la gente va a la Morelos, pero lo que no queremos es que sin cobrar nosotros, poniendo de nuestros recursos, salgan con que andan vendiendo las esquinas”, estableció el maestro Silva.
Rosario Pedraza reiteró que los integrantes de Moorelear no han dejado de trabajar en el espacio que han construido durante cinco años consecutivos con 17 estaciones donde los paseantes se pueden acercar cada sábado a temas de ciencia, ecología, música, fotografía o danza folclórica, a la que se ha integrado una estación más, la K-LUV (Korea, Laguna Urban Variation), donde los jóvenes pueden manifestar su gusto por la cultura asiática.
En suma, ambos entrevistados coincidieron en que el espacio ha mantenido una visión incluyente donde se ha invitado a académicos, campesinos, estudiantes, artesanos, ambientalistas y jóvenes que se inclinan por la cultura pop global.
“La Laguna la conformaron etnias y la cultura japonesa y coreana es algo que los muchachos disfrutan. Ellos se acercan a nosotros y nos han sorprendido gratamente porque son personas muy organizadas y fortalecieron su estación”, refirió Pedraza.
CALE