El Museo Azcapotzalco presenta la exposición Tridimensionalismo experimental a partir del viernes 15 de Marzo y hasta el 2 de Mayo 2024.
Los curadores Frank Turón y Gabriela Gorab indican que la diferencia entre dos y tres dimensiones se manifiesta en la profundidad, una dimensión no plasmada en una fotografía plana, sino percibida como un intrigante efecto óptico.
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Aseguran que “la tridimensionalidad en la arquitectura, escultura y pintura va más allá de lo bidimensional gracias a la perspectiva y al juego de sombras mediante la luz”.
En un comunicado señalan que el desarrollo tridimensional del tercer milenio se refleja en proyectos de animación 3D, gráficos, películas, juegos y la integración de realidad virtual y aumentada.
Los avances tecnológicos permiten a los artistas contemporáneos explorar diversas formas de expresión, incorporando experiencias propositivas como la integración de realidad aumentada y la aplicación de realidad virtual, transformando la interacción del público con el arte.
La exposición colectiva muestra la obra de artistas como Fabián Chairez, Antonio Gritón, Carlos Jaurena, Gabriel Macotela, Rocío Caballero, Sandra del Pilar, Flor Minor, Daniel Lezama y Darío Ortiz; los curadores sostienen que en esta revolución digital, algunos artistas se erigen como activistas de la desobediencia civil digital.
“Sus obras, trascendiendo la categoría de meros artefactos digitales, provocan una reflexión profunda sobre la posibilidad de concebir el arte tridimensional de maneras alternativas y significativas. Al distanciarse del mero espectáculo, exploran la esencia del ser en la creación artística, logrando así un resultado estético con una profundidad intelectual que va más allá de ser simplemente un experimento tangible, sino que se revela como un logro trascendente de la expresión artística”.
Hacen una presentación desde la evolución del arte tridimensional y la intención del ser que se entrelazan a lo largo del tiempo, conformando un viaje conceptual.
“Desde las primitivas esculturas, como el emblemático hombre león de Hohlenstein Stadel con 40 mil años de antigüedad, ofrece un vistazo a la necesidad ancestral de la humanidad de creer y expresar conceptos más allá de la realidad tangible hasta la contemporánea creaciones de los artistas participantes quienes exploran en las profundidades de la expresión artística”.
Argumentan que el recorrido comienza en los albores de la escultura, manifestándose como el anhelo humano de plasmar la figura humana, evidenciado en reliquias milenarias como la Venus de Hohle Fels y la Venus de Willendorf quienes representan la creatividad humana a través de símbolos de la divinidad femenina.
Plantean que el dibujo tridimensional, originado en 1833 con el “Mirrorscope” de Charles Wheatstone, introduce una complejidad conceptual. La tridimensionalidad, que se explora desde sus raíces matemáticas, encuentra un eco intrigante en la noción de la Trinidad.
“En esta danza geométrica donde longitud, altura y anchura entrelazan prismas, esferas, lo rectangular, la cara, el cilindro, el cubo y el cono, se percibe una resonancia trinitaria. La esencia tridimensional, definida mediante tres vistas, revela la singularidad de cada pieza, evocando simbólicamente la complejidad y unidad que caracterizan a la Trinidad, donde tres aspectos coexisten en armonía divina”.
Aseguran que en esculturas, esculto-pinturas, instalaciones, arte objeto y diseños tridimensionales, la autenticidad del volumen se vuelve primordial.
PCL