Desobediente, memoria subterránea de la CdMx

El repositorio digital reúne material de creadores, colectivos y proyectos vinculados a prácticas culturales alternativas.

Fragmento de un cartel de Disco Bar el 9, parte del archivo Desobediente. (Foto: Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Hace 15 años comenzó a gestarse en el Museo Universitario del Chopo la idea de construir un archivo que pudiera ofrecer un recorrido por las prácticas culturales alternativas de la Ciudad de México. Primero fue una mediateca que permitiera acceder a la memoria visual de la historia del recinto a través de carteles, catálogos, invitaciones y demás material gráfico.

Con la llegada de José Luis Paredes Pacho a la dirección del museo, se suma la idea no sólo de involucrar la historia del recinto, sino llamar a otros actores vinculados con éste, aunque el material se hubiera generado por editores o artistas independientes de otros espacios, “gente vinculada a la práctica artística, pero más bien cercana por ser algo más alternativo, independiente, medio under”, a decir de Carlos Gasca Posadas, coordinador del repositorio digital Desobediente.

Pacho convoca a estos actores y se suman al proyecto varias colecciones especiales. También se crea la Fanzinoteca, un proyecto transversal que tiene una parte de archivo físico, aunque la intención también es digitalizar el material y ponerlo a disposición. Todo se reúne para construir una plataforma sostenible hacia el futuro, con una serie de reglas que debe tener un repositorio digital: sumar el material que se tiene, se tenía y se va a tener”.

Para el Museo Universitario del Chopo se trata de un avance importante en la medida en la que se crea una herramienta para contar su historia y ponerla a disposición de la gente, quienes pueden acceder de una manera más abierta a los materiales de su historia, sus actores, los colectivos que han participado en el museo y “que han hecho de él un lugar de encuentro, ya sea en los 70 y hasta la actualidad”.

Acervo Desobediente

Por el momento, el acervo de Desobediente se integra con el Fondo Histórico, Colecciones Heterodoxias y la Fanzinoteca, a través de los cuales se acercarán a colectivos, proyectos y personas vinculadas a prácticas culturales consideradas marginales, underground, “desobedientes”, aun cuando el proyecto irá creciendo de manera paulatina.

“Confiamos en que sea una herramienta lo suficientemente robusta para ser utilizada durante un largo tiempo, que se pueda ir modificando, pero con los elementos para desarrollar un trabajo de documentación serio del museo. Y eso es una tendencia en otros museos del mundo, donde lo más importante es ofrecer una herramienta en la que se pueda consultar material de forma digital, remota y que ofrezca calidad en los datos, para que se puedan utilizar”.

De acuerdo con Carlos Gasca, historiador de arte interesado en prácticas culturales disidentes, el Archivo Desobediente apuesta a convertirse en una herramienta para que pueda ser utilizada de forma amplia, por un público también grande, que se vincule con estos proyectos, con la historia del museo y que la utilice para poner atención a esas otras voces que no han sido escuchadas.

“No sólo es un archivo de museo, es el Archivo Digital del Museo del Chopo con todo lo que eso implica: sí tiene una historia muy peculiar, un museo universitario cercano a expresiones y prácticas que no tenían un lugar para desarrollarse. Entonces, tener este programa es ofrecer esos proyectos que no tuvieron un espacio a fin de reconocer su valor pasado y presente. Estamos contando una historia muy peculiar, la que define al Museo Universitario del Chopo”.

Así, por ejemplo, como parte del archivo, conviven lo mismo el diseño gráfico de Mongo, que los documentos del Tianguis Cultural del Chopo y el archivo personal del músico Jorge Reyes (1952-2009), entre otros acervos.

El último catálogo integrado al archivo, lo que define la identidad de Desobediente, se integra con carteles de difusión de actividades. A partir de esos impresos, ahora digitales, se puede hacer un recorrido institucional, gráfico, de cómo se fue modificando el recinto universitario. También incluye carteles desarrollados en los 80 de solidaridad con Nicaragua o con El Salvador, “una parte que no conocía de la historia del museo y que le da otro enfoque a un parte que no teníamos tan identificado”.

Una de las características del archivo digital Desobediente es que está construido con el software de código abierto Collective Access, lo que permite seguir buenas prácticas de catalogación y descripción de objetos culturales y obras de arte, al tiempo de responder a las necesidades de los investigadores en disponibilidad, operatividad, publicidad, estabilidad y sostenibilidad. El repositorio se puede consultar en este link.

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