La frase: “pasó correspondencia extraordinaria del Paquete Inglés” podría sonar sospechosa en estos días en que nos comunicamos con mensajes de texto, pero pasó a la historia por ser la primera comunicación telegráfica en nuestro México.
El mensaje, enviado de Nopalucan, Puebla, a Ciudad de México, ponía en servicio la primera línea telegráfica inaugurada el 5 de noviembre de 1851 por el presidente de la república, Mariano Arista.
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De acuerdo con la investigadora María Luisa Santillán, “con su llegada, el telégrafo permitió que se acelerara la comunicación y la vida social de los mexicanos en ese momento. Asimismo, permitió una modernización del Estado y hubo un incremento de actividad económica y política. Revolucionó las telecomunicaciones y la manera de pensar el territorio y cómo trabajar en él”.
Olvidémonos de pensar en el telégrafo como en una antigualla, considerémoslo como una importante herramienta que prefiguró las comunicaciones que ahora utilizamos con tanta cotidianidad. De ahí la invitación a visitar el Museo del Telégrafo, que reabre sus puertas a partir del 16 de marzo para invitarnos penetrar en la historia de la telegrafía desde sus inicios hasta la aparición del satélite.
Situado en lo que alguna vez fue el Salón de Telegramas del antiguo Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas, el museo ofrece testimonios de los inicios y usos del sistema de comunicación creado por Samuel Morse; la llegada de la telegrafía al territorio nacional, la era dorada del telégrafo; la historia de Guillermo Marconi, impulsor de la radiotransmisión a larga distancia; la importancia del telégrafo en la Revolución Mexicana, y el fin de la era Morse, entre otros temas.
Para su visita, el recinto cuenta con todas las medidas sanitarias: aforo del 20 por ciento, ingreso del público con toma de temperatura, uso de gel antibacterial y tapetes sanitizantes, así como portar cubrebocas durante todo el recorrido.
Ubicado en Tacuba 8, con entrada por la calle Xicoténcatl, en el Centro Histórico de Ciudad de México, el Museo del Telégrafo se puede visitar de martes a domingo de 11 a 17 horas. Entrada libre.
PCL