La que fuera la sala privada del Museo del Prado para la monarquía hasta 1865, lugar de descanso de los diferentes monarcas españoles desde la apertura de la pinacoteca en 1819, ahora vuelve a vivir aquellos momentos con casi todo su realismo, lo que ha obligado a incluir el retrete de Fernando VII.
El Gabinete de Descanso de Sus Majestades es el nombre de esta exposición que desde ayer y hasta el próximo 24 de noviembre se podrá visitar en la sala 39 del Museo del Prado, un espacio que recupera en “gran medida” las mayoría de pinturas que colgaron en ella desde 1828, un total de 44 de las 54 que había originalmente.
“En toda sala de descanso es imprescindible un retrete”, destacó Andrés Úbeda, director adjunto de Conservación e Investigación de la Pinacoteca Nacional, haciendo referencia a la salita anexa a la sala principal, el emplazamiento original de esta zona destinada a la higiene familiar.
En esta sala está el retrete auténtico que en 1830 realizó Ángel Maeso para el rey: el único mueble original que se conserva de esta época.
Viaje al pasado
En su 200 aniversario, se pretende evocar cómo era el museo en su nacimiento.
Núcleo
En este caso, se llama la atención sobre la Colección Real como su núcleo fundacional.
Como antes
Los cuadros, colocados en su disposición original, cubren todas las paredes.