En los años 60 y 70 las reproducciones de las serigrafías del op art, el arte que provoca ilusiones ópticas, estaba en todas partes, faldas, vajillas, papeles pintados, camisas y hasta en la música. Ahora el Museo Thyssen inaugura una gran exposición dedicada al padre de este movimiento, Victor Vasarely.
Victor Vasarely. El nacimiento del op art es el título de la muestra que se inaugura hoy en el Thyssen, organizada con fondos del Museo Vasarely de Budapest, del Museo Victor Vasarely de Pécs, de la Fundación Vasarely de Aix-en-Provence y otros préstamos de coleccionistas privados.
La muestra de este creador de engaños visuales o paradojas ópticas forma parte de las otras dos grandes exposiciones que se llevarán a cabo el próximo año sobre este “artista radical”. Una en Fráncfort, y la otra en París, en el Centro Pompidou, cuya creación está ligada al artista, como señaló ayer el director del Museo Thyssen, Guillermo Solana, en la presentación.
“Victor Vasarely fue al op art, lo que Andy Warhol al pop. El mérito de Vasarely, más allá de los hechos tradicionales, fue que convirtió el goce de la creación en la interacción con el espectador. Dio un impulso fundamental en llevar el arte a las masas mediante la explotación de sus imágenes en todos los medios posibles”, explicó Solana sobre el artista húngaro que se estableció en París, donde desarrolló la mayoría de su trabajo.
“Y yo que tengo memoria para ello —ha precisado Solana— recuerdo cómo en los 60 y 70 las reproducciones baratas de su obras estaban en todos los lados, en la consulta del médico, en las minifaldas, camisetas.... Quiso, siguiendo la utopía soviética o la menos radical de la Bauhaus, disminuir la distancia entre el arte y la vida”, precisó Solana.
MULTIPLICIDAD
“Ayudó a industrializar el arte con el concepto de multiplicidad. Quería hacer obras que mejoras en la sociedad, que la clase media pudiera comprar, que no estuvieren en subasta o galerías. Quería acabar con el concepto de arte que se tenía en los 60”, precisa el curador.
Dividida en ocho secciones, estructuradas en un orden cronológico, la muestra se abre con Estructuras Vega, que no es la primera en orden, pero es la serie más simbólica que realizó el artista en la cumbre de su carrera y cuyo nombre deriva de la estrella que más brilla en las noches de verano del hemisferio norte.
Aquí se ven los cuadros que se basan en distorsiones cóncavo y convexas de una retícula, una compleja combinación del cubo y la esfera.
A esta serie le siguen: Periodo gráfico, Estudios precinéticos, Belle-Isle/Cristal/Denfert, Periodo Blanco y Negro, Algoritmos y permutaciones, Folclor planetario y Múltiples.
ARTE CINÉTICO
GEOMETRÍA ABSTRACTA
Figura que pregonaba la búsqueda de la geometría en el interior de la naturaleza, Vasarely buscaba que el espectador se tuviera que desplazar para captar el efecto óptico deseado y que fuera el auténtico creador de la obra.
El creador, que llamaba arte cinético a su estilo, creó un algoritmo que pensaba que podrían ser de utilidad para su trabajo; “unas obras que hoy podría haber sido creadas por ordenador, lo que le hace estar de máxima actualidad”, dijo el curador de la muestra.