Nahui Olin: Del erotismo, la transgresión y la vanguardia

El Museo Nacional de Arte inaugura este 15 de junio la exposición ‘Nahui Olin. La mirada infinita’, un estudio sobre la vida y obra de la artista Carmen Mondragón

“Me retraté desnuda porque tenía un cuerpo tan bello que no iba a negarle a la humanidad su derecho a contemplar esta obra”.
Ciudad de México /

La exposición Nahui Olin. La mirada infinita es un estudio claro y puntual de la vida y obra de la artista María del Carmen Mondragón Valseca (1893–1978), mujer vanguardista que durante la primera mitad del siglo XX experimentó con una gran variedad de géneros artísticos como la poesía, la literatura, el performance, la música y, especialmente, la pintura.

La exposición que se inaugura en el Museo Nacional de Arte el 15 de junio, desentraña el genio creativo de esta artista única y de su obra, que al igual que su vida, estuvo regida por la pasión y el erotismo. Una mujer que no fue comprendida en toda su dimensión y por ello fue relegada de los estudios historiográficos, dejando en el olvido su legado artístico.

Era la hija de un renombrado general pero su arte y su actitud transgresora le ganaron su propio nombre: Nahu Olin. Carmen Mondragón nació en una familia acaudalada en 1893 en Tacubaya, Ciudad de México. 

Su padre Manuel Mondragón y su madre, Mercedes Valesca, la criaron con los lujos y pompa típicos de la burguesía. Desde pequeña aprendió a tocar el piano y a escribir, gracias a su madre. Cuando Carmen tenía cuatro, años la familia se mudó a París, donde vivieron durante ocho años. 

A los veinte, Carmen se casó con el entonces cadete Manuel Rodríguez Lozano, quien más tarde se convertiría en pintor. Antes de descubrir su homosexualidad, él y Carmen vivieron en París y se hicieron amigos de artistas como el muralista Diego Rivera y Pablo Picasso

Mira aquí imágenes de la exposición Nahui Olin. La mirada infinita:

De su unión nació un bebé que murió con apenas días de nacido, se dice que a manos de su madre durante un ataque de locura, según lo señaló un testimonio del propio Rodríguez Lozano. Pero esta historia nunca se confirmó.

Una vez de regreso en México, Carmen conoció a Gerardo Murillo Cornado, el Dr. Atl. Entre ambos artistas se entabló un especial romance y fue precisamente el pintor mexicano quien la bautizó como Nahui Olin, que en náhuatl significaría “el cuarto movimiento del Sol” si se escribiera "Ollin" con doble ele.

Dr. Atl y Nahui Olin vivieron en un ex convento de La Merced. Su relación, maniática y explosiva desbordaba genialidad, pero el amor no fue suficiente contra los celos y las discusiones. La niña inteligente y sensitiva que había sido Carmen se convirtió bajo el estímulo de Atl en pintora y escritora. Sus poemas delirantes rompen con todo, constituyen verdadera antipoesía y podrían formar parte del vanguardismo y experimentalismo mexicano.

A Nahui Olin le gustaba posar desnuda para enaltecer su libertad y la capacidad de las mujeres a vivir a su manera, cosa que no satisfacía al Dr. Atl. Para ella la desnudez era una manera de enfrentar los tabúes; varios fotógrafos y pintores la plasmaron en sus obras, entre ellos Edward Weston, Antonio Garduño y Juan Ocón.

Su obra va del arte naife al figurativismo oriiginal

Olin dedicó su juventud a ser la encarnación de la liberación femenina: vestía faldas cortas, llevaba el pelo corto y vivía su sexualidad sin tapujos. Su lucha por la liberación de la mujer fue acompañada por Antonieta Rivas Mercado, Frida Kahlo y Lupe Marín, entre otras mujeres mexicanas.

Su obra plástica se clasifica dentro del arte naif por sus detalles espontáneos y sus temas. Sus desnudos revelan a una Olin disruptiva, inteligente y con clase. La hija de Mondragón posó para Hollywood y su imagen figuró en postales y en alguna revista para caballeros.

Luego de separarse del Dr. Atl, sus inquietantes y encantadores ojos verdes cautivaron a Eugenio Agacino, un marino originario de España con quien que mantuvo un amor más dulce hasta que falleció intoxicado en Cuba .

Este fue un duro golpe para la artista, que luego de perder a su amado a los 54 años se recluyó con sus gatos y se limitó a dar clases de pintura durante 40 años antes de fallecer en 1978. Nahui continuó escribiendo algunos poemas pero sólo por placer personal.

La exposición Nahui Olin. La mirada infinita permanecerá en el Munal hasta el 9 de septiembre.

Nahui posó para varios pintores y fotógrafos e incluso apareció en varias postales (Especial)

AG



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