Hace poco más de 30 años, Martín Caparrós comenzó un periplo que no se detiene: una aventura personal, periodística y literaria por varios países de América Latina –por no decir todos– en busca de la esencia de un territorio unido por la lengua; es una travesía que no se detiene ni después de concretar un proyecto largamente acariciado, como lo es la publicación de Ñamérica (Literatura Random House, 2021).
“Tengo muchas ganas de seguir conociendo este territorio, tantas que no me detengo: el lunes tuve un rato libre y me fui a la zona del Mercado de Sonora para reencontrarme con la energía de quienes andan buscándose la vida, haciendo o deshaciendo, y lo hice sin ningún objetivo profesional, simplemente porque tengo la sensación de que hay muchas cosas que vale la pena mirar”, cuenta a MILENIO el periodista argentino, considerado uno de los cronistas más importantes de nuestro tiempo.
Ñamérica es, de esta manera, una aproximación a ese territorio y a sus problemas y desafíos, siendo una de sus preocupaciones principales el generar dudas, no producir respuestas, “para que eso sirva como un incentivo, que contribuya a movilizar el pensamiento, no a calmarlo.
“Lo que decidí al trabajar el libro fue tratar de recorrer ciudades para tomarles el pulso y pensar cuáles eran los temas comunes que quería tratar en el volumen, por eso está dividido entre crónicas de las grandes ciudades y discusión de temas comunes, como la desigualdad y la miseria, la violencia, la corrupción, la religión, el machismo, la política, el deporte, la cultura”.
De alguna manera, se trata de aprovechar esa experiencia de décadas y sintetizar todos esos recorridos, esas ideas, esas visiones en un libro en el que pudiera tratar de contar y de pensar “¿qué es nuestro continente? Hace mucho que no se intentaba esa mirada global para ver qué somos, cómo somos.
“Cuando uno mira las cosas con cierto detenimiento y trata de despojarse de ciertos prejuicios, se da cuenta de que algunos de esos lugares comunes que aceptaba sin cuestionamiento son falsos o más complicados de lo que parecen, y no terminan de dar cuenta de la realidad”.
Prejuicios y lugares comunes
No aparecía como el primer objetivo de Martín Caparrós, pero con el transcurrir del tiempo, ya no se diga de la escritura de Ñamérica, el volumen se convirtió en una herramienta para ir en contra de los mitos o de los prejuicios, siendo el tema de la violencia ilustrativo en su búsqueda.
“Cuando me puse a trabajar en el capítulo sobre la violencia, se me ocurrió ver cómo había sido en el siglo XX el tema de las muertes violentas en el mundo, y resultó que en Europa se habían dado 85 millones de muertes violentas, en Asia 100 millones, en África 15 millones y en Ñamérica menos de dos millones, lo cual es mucho, pero es infinitamente menos que cualquier otra región del mundo”.
Por ello, el capítulo dedicado a este asunto lo inicia diciendo que Ñamérica es “la región más pacífica del mundo”; aunque sin dejar de matizar su aseveración, parte de la idea que, así como es tan especial que hay 20 países que hablan el mismo idioma, también es especial que haya 20 países que no se guerrean entre sí: “¿No que éramos los más violentos?”.
“Por eso, la intención de Ñamérica fue tratar de repensar las cosas que damos por supuestas. Hace ocho años vivo en España y la lejanía me permite ver menos las particularidades y más el conjunto: cuando estás en América, no vives en América Latina, sino en México, en Argentina o en Colombia; cuando estás a la distancia tienes una visión más de conjunto, cosa que es buena por un lado y mala por otro, y te permite ver más ciertos hechos particulares. A mí me interesa esa manera de mirar y, en el caso del libro, me sirvió porque el proyecto consistía en mirar los rasgos generales”.
Por cierto, de su recorrido por el Mercado Sonora, Caparrós compró incienso, y se quedó con las ganas de llevarse un gato, que no se llevó porque vive en Madrid, y de México se va a Argentina.