Antes de llegar a la escritura, el escritor español Francisco Narla se desempeñaba como comandante de una línea aérea, pero como la narrativa histórica siempre había estado dentro de sus intereses como una herramienta no solo para acercarse a procesos o territorios, sino en especial para aproximarse a la Historia con mayúscula, decidió que lo mejor es darle más tiempo a la creación, aunque no deja del todo su faceta como piloto.
Autor de títulos como Los lobos del centeno, Caja negra, Assur, Ronin, Laín. El bastardo o Fierro, se muestra convencido de que una de las tareas más importantes del escritor es el tratar de ser todo lo veraces que se pueda dentro de un contexto histórico.
“Podemos abrir cualquier página de mis novelas y te darás cuenta que te trasladan a otra época, pero lo importante siempre es contar una buena historia, pensada desde el punto de vista de la novela: si a veces tienes que retocar una fecha, no importa, la prioridad debe ser siempre contar una buena historia, veraz y plausible”.
Desde su perspectiva, las buenas historias son aquellas que se recuerdan, que después de leerlas quedan grabadas y terminan por sorprender al lector, porque son cosas con las que nada tiene que ver o no conoce, “aunque sé que a veces la literatura de aventuras o con trasfondo histórico le parece lejana al lector mexicano”.
“Al menos trabajo muy duro para que sea así y como prueba, todas mis novelas se siguen publicando, siguen vivas en todos los lugares donde se leen, y creo que eso prueba que merecen la pena leerse”.
Una de sus novelas más recientes es Fierro, en la que aborda la historia de un hombre que lo ha perdido todo, con un pasado maldito, vive un presente inmundo, en una frontera terrible, y no tiene absolutamente nada: “no tiene que adherirse a la verdad, pero lo importante es contar una historia”
“Su pasado es el que la da una respuesta para enfrentar el futuro, es un arco literario muy habitual: el hombre atormentado y terrible encuentra que en su presente no tiene nada y es su pasado el que le explica cómo tener un futuro. Esa es una preocupación literaria como tal, pero debemos buscar la fotografía para enfocar cómo contar esa historia”, asegura en entrevista el escritor español.
En el caso concreto de Fierro (Edhasa), Narla está convencido de que se trata de una historia que cae muy cerca del alma mexicana, porque es la historia de un hombre que lucha no solo contra un Estado, sino contra dos poderes: está peleado no solo con cristianos, sino además con moros: “Es un hombre que vive en una frontera maldita, que ha perdido todo su pasado y, a pesar de ello, es capaz de enfrentarse a ellos, lo que de alguna manera tiene que ver con el pasado de México”.
Especialista sin grado académico
Francisco Narla, quien obtuviera la primera edición del Premio Edhasa de Narrativas Históricas con la obra Laín. El bastardo, no tiene formación como historiador y, sin embargo, hay dos universidades en España que tienen propuestas como tesis doctoral a dos de sus novelas: “La academia de historia me trata bien, pero la prioridad es contar una historia”.