Hace 110 años las primeras gotas de lluvia caían sobre Monterrey. Sería una tormenta que no pararía hasta un día después, convirtiendo a la ciudad en una tragedia de 3 mil muertos.
La inundación de 1909 es recordada como la más mortífera que ha tenido Nuevo León. Sus estragos siguen estremeciendo hoy en día gracias a las crónicas de la época que se conservan en documentos, fotografías y libros.
- Te recomendamos Quiero salir y empezar una vida: Diego Santoy Comunidad
Uno de los principales testimonios se conservan en el libro El río fiera, bramaba. 1909, una crónica de los periodistas Oswaldo Sánchez y Alfonso Zaragoza, donde se narran los estragos de la tormenta.
Según indican documentos en el Archivo Histórico de Monterrey, en su sección de Actas, las primeras lluvias de agosto dejaron afectaciones en Villaldama y Bustamante, tras meses calurosos y de sequía.
Después llegaría otra tormenta el 10 de agosto, que afectaría diversos puntos del primer cuadro de la capital.
Sin embargo, sería la tormenta vespertina del 27 de agosto la que marcaría la historia de los regiomontanos. El relato escrito en El río fiera, bramaba. 1909 describe una intensa lluvia que se prolongó hasta la madrugada del día siguiente.
Así, en penumbras, el río Santa Catarina se desbordaría llevándose consigo el Puente San Luisito y, al menos, cinco manzanas de lo que hoy conocemos como la colonia Independencia.
El centro de Monterrey se vio anegado y se interrumpió el incipiente sistema eléctrico. El transporte de tranvía también dejó de funcionar, por lo que la ciudad se vio incomunicada.
Los afectados permanecieron en las azoteas de sus casas hasta por dos días, donde además decenas de casas se vinieron abajo.
- Te recomendamos Apodaca y San Pedro son mejores para PyMEs Política
Se estima que en Monterrey fallecieron tres mil personas, además de un millar más en distintos poblados de Nuevo León.
Los interesados en conocer más sobre este acontecimiento, pueden descargar el libro El río fiera, bramaba. 1909, edición del Archivo General del Estado marzo 1989, en la página aecmnl.org dentro de la sección de Publicaciones.