Esta imagen la hice hace mucho tiempo, y sin embargo, por razones distintas no la publiqué, aunque sí lo hice con otra imagen de la misma zona que también la incluía.
A unos mil 500 años luz de distancia desde la Tierra encontramos a nebulosa Cabeza de Caballo, que está catalogada científicamente bajo la designación B33.
Es una gran nube de gas y polvo fríos, al sur del extremo izquierdo del Cinturón de Orión; concretamente, la estrella brillante que se observa en la foto, abajo a la izquierda, es Alnitak, una de las famosas estrellas del cinturón, conocidas también como Los Tres Reyes Magos o en el centro de la República como Las Tres Marías. Mide aproximadamente 3.5 años luz de ancho.
La forma inusual de Cabeza de Caballo fue descubierta por primera vez en una placa fotográfica a finales del siglo XIX por Williamina Fleming, en el Observatorio del Harvard College. El primero en incluir en un catálogo a la nebulosa Cabeza de Caballo fue Edward Emerson Barnard, en 1919.
Esta nebulosa es visible por contraste, ya que está por delante de la nebulosa de emisión IC434. Por su forma, que parece dibujar con buena exactitud la cabeza de un caballo, es la más popular de las nebulosas de absorción.
En la imagen también se aprecia la nebulosa NGC 2023, debajo de IC 434; es una nebulosa de reflexión, de ahí su característico color azulado. Por otra parte, aparece justo a la izquierda la nebulosa NGC 2024 o Nebulosa de la Flama, la cual está aquí en toda su extensión.
La Vía Láctea es un lugar increíble. Pletórica de estrellas hasta donde alcanza la vista. También tiene estas regiones misteriosas, nubes de gas y polvo. Algunos de estos lugares se forman cuando las estrellas mueren, pero muchos otros están llenos de gases fríos y partículas de polvo, que son los bloques de construcción de estrellas. Estas regiones se denominan nebulosas oscuras. El proceso de nacimiento de estrellas comienza en ellos y crea hermosas visiones de luz y oscuridad.
A medida que nacen, las estrellas calientan los restos de sus creaciones y las hacen brillar, formando lo que los astrónomos llaman nebulosas de emisión.
La nebulosa Cabeza de Caballo siempre será uno de los lugares más familiares y fascinantes para practicar la astrofotografía.
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