Cora Flores, icono de la danza en México, no se dice creyente mas que de la danza. Con una carrera que empezó en el Ballet Concierto de México (hoy Compañía Nacional de Danza), dirigido por Sergio Unger y Felipe Segura, la bailarina dice en entrevista que la danza la ha salvado de todo en la vida.
“La danza para mí es todo, me han sucedido cosas increíbles. Llegué a ella porque nadaba en la YMCA; en ese momento había YMCA para hombres y para mujeres y ahí se hacían festivales acuáticos infantiles. Teníamos como maestra de ballet a Socorro Bastida. Yo no conocía absolutamente nada de danza, pero imagino que Socorro le dijo a mi mamá que porque no me llevaba a tomar clases de danza más seguido”.
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Fue así como Cora Flores inicio una larga trayectoria como bailarina, coreógrafa, docente e investigadora en la danza pasando por el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, el Taller Coreográfico de la UNAM o la Escuela Nacional de Danza Clásica, entre otras instituciones dedicadas a esta disciplina.
La bailarina, originaria de San Luis Potosí, recuerda que el edificio del Ballet Concierto de México se encontraba en avenida Hidalgo, número 41, en un edificio que era de cuatro pisos: “en el primer piso estaba una fábrica de suéteres, en el segundo piso estaba danza folclórica, en el tercer piso danza moderna y en el cuarto ballet. No existían ni la Academia de la Danza ni nada de eso, entonces cualquier persona que quisiera tomar danza tenía que ir a ese edificio”.
“Ahí, muy rápido —a los 14 años— ya estaba bailando El lago de los cisnes con Felipe Segura, que era el director de Ballet Concierto y a quien le debo absolutamente toda mi carrera. Fue alguien que significó todo el principio para que yo bailara”, cuenta Cora Flores.
A lo largo de su carrera, la artista ha interpretado piezas emblemáticas dentro del repertorio nacional como Zapata, de Guillermo Arriaga y con quien compartió el escenario: “Guillermo ya se había retirado, ya no bailaba. Le llamó a muchos varones para que interpretaran Zapata y ninguno quiso bailar porque decían que era una coreografía ya muy vieja. Guillermo tuvo que volver porque ya tenía el compromiso de bailarla en Bellas Artes y entonces volvió y bailó conmigo”, recuerda la bailarina.
Así como la pieza de Guillermo Arriaga también interpretó La balada del venado y la luna, de Ana Mérida y La Coronela, de Waldeen von Falkenstein Brooke, entre otras obras de la época.
De esta última, cuenta, “la bailé cuando Waldeen ya no vivía en Ciudad de México porque estaba enferma del corazón y se fue a Cuernavaca. Yo fui a verla y ella me explicó la coreografía. De regresó al programa —un especial para Canal 11 de danzas de la época de oro en México— fue horrible porque el vestido y los zapatos no me quedaban, pero así lo hice", dice entre risas. "Fue una programación que hizo Ana Mérida en recuerdo de la época de oro y se bailaron muchísimas obras de Farnesio de Bernal, Ana Mérida y muchos coreógrafos de esa época”.
Para Cora Flores la danza no debe ser vista como una imposición de algo importante. “Todos debemos de hacer lo que más nos guste en la vida. A mí me gustó, me enamoré, me apasioné y ya nunca salí de la danza. El problema es que la gente tiene que empezar a trabajar o a hacer cosas que no le gustan y nunca disfruta de lo que sí le puede gustar, desde barrer, coser, hasta, no sé… si tú disfrutas lo que haces la vida tiene otro color y las cosas terribles que te pasan las puedes sufrir o vivir de una manera diferente”.
“También puedo decir que todo el arte es indispensable en todos los países, pero si el gobierno o la televisión le dieran la misma importancia al arte que al deporte, la gente también tendría más oportunidad de ver si le gusta el arte y si quiere dedicarse al arte, no sólo a la danza, a la pintura, la música, tantas cosas maravillosas que te dan una vida muy distinta”.
Cora Flores trabajó con otras mujeres, figuras reconocidas en la danza, como Gloria Contreras, a quien conoció en el Ballet Concierto de México y gracias a quien más tarde, en el Taller Coreográfico de la UNAM, tendría la oportunidad de hacer su primera coreografía. O como Colombia Moya, directora de la Dirección de Danza de la UNAM, de quien recuerda, que “inventó los talleres de danza para cualquier persona”, en donde sin importar la edad o el físico podían tomar talleres de especialidades referentes a danza como folclor, yoga o danza árabe.
Es entonces, dice, cuando “la gente descubre que no se había dado cuenta que le gustaba bailar. Muchos alumnos que han estado conmigo se han ido dedicando a la danza y son profesionales ahora, pero también mucha gente que estuvo conmigo no se dedicó a la danza, tienen otras profesiones que les encantan, pero siguen yendo a ver danza”.
Como un reconocimiento a su carrera y en apoyo a la bailarina, quien todavía el año antepasado seguía bailando, se llevará a cabo el espectáculo Celebrando a Cora Flores. Gala a beneficio de la maestra Cora Flores en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, hoy, a las 20:30 horas a cargo de La Infinita Compañía y La Infinita Compañía Estudio.
PCL