Salvador Novo murió el 13 de enero de 1974 y para recordarlo, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) rindió un homenaje al cronista, poeta, dramaturgo y ensayista a 50 años de su fallecimiento.
Gonzalo Celorio, Jesús Silva-Herzog Márquez, Alejandro Higashi, Fernando Fernández y Flavio González Mello hablaron sobre la vida y obra del autor.
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“Novo mostró las mutaciones de la ciudad y logró mostrar una imagen puntual y completa de la vida en México a mediados del siglo pasado. Las páginas de ‘Nueva grandeza mexicana’ es inevitable que no nos arranque un suspiro de nostalgia”, señaló Gonzalo Celorio, quien recordó al cronista.
“Novo todavía describe una ciudad integrada, sí, con marcadas diferencias sociales, pero comprensible, transitable, dispuesta a dejarse conocer y vivir a plenitud… ¿qué pensaría ahora Salvador Novo de ella?”.
En septiembre de 1952, Salvador Novo dedicó a las aves en la poesía castellana su discurso de ingreso a la AML.
“Novo fue una de las figuras más ricas, complejas y generosas de la cultura en México, Un poeta variado, culto, punzante, novedoso, satírico, sofisticado y perdurable y en algún momento, Novo dijo que ‘Elegía’ era su poema preferido, donde el rechazo, el amor, la muerte, se traducen en un texto de alcance universal”, opinó Fernando Fernández, quien aprovechó para leer parte del poema: “Los que tenemos unas manos que no nos pertenecen. Grotescas para la caricia, inútiles para el taller o la azada. Largas y fláccidas como una flor privada de simiente. O como un reptil que entrega su veneno porque no tiene nada más que ofrecer”
Mientras que Jesús Silva-Herzog Márquez dijo que el análisis de la obra de Novo se ha concentrado en su crónica, en su poesía, en su genio satírico, en su actividad memorialista.
“Pero Novo también es uno de los grandes ensayistas de México, él se dedicó al ensayo personal y podía escribir de la calvicie o de los anteojos, de la calle y la ciencia; de los policías, de los libros, son ensayos de observación y sin moraleja alguna”.
Por su parte, el académico Alejandro Higashi decidió hablar de uno de los poemas de Novo: “Never ever” “que es catalogado como vanguardista y un experimento surrealista que fue algo muy novedoso y sin duda se adelantó varios años”.
Higashi decidió leer un fragmento del poema que en su momento fue incomprendido: “Never ever clever lever sever ah la rima imagina plombagina borra roba imposiblemente treinta no más hola papá hola mamá el divorcio extemporáneo muchísimamente duradero duradero duradero invernadero pudridero delantero esmero espero espuro espurio murió lejos nunca más lo vimos sólo un telegrama”.
El dramaturgo Flavio González Mello, nuevo integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, dedicó su intervención para platicar de la dramaturgia del autor de la obra La guerra de las gordas y de su espíritu rebelde.
“En sus obras breves encontramos su espíritu lúdico y satírico, parecido a sus poemas. Pero Novo fue mucho más que un dramaturgo, fue un hombre de teatro que dirigió, produjo y actuó”.
González Mello se refirió a Salvador Novo como un “personaje teatral".
“Y no me refiero solo al tratamiento que le hemos dado otros dramaturgos, sino el personaje que con excentricidades, desplantes y perlas de ironía, fue creando en el plano de lo cotidiano a lo largo de su vida. Aún en los periodos en los que no hizo teatro, Novo supo caracterizarse asumiendo una cierta extravagancia de personaje teatral, más aún, de actor teatral en esos grandes desplantes o pequeñas acciones para perturbar su contexto, más cercanos al performance que al teatro de la palabra que él escribía, es donde quizás siguió vivo el espíritu rebelde y juguetón que lo caracterizó en su juventud”.
PCL