El estreno de la obra teatral "Charenton", basada en "Marat/Sade" de Peter Weisse, se llevó acabo la noche de ayer en punto de las 20:16 horas en el Teatro Alberto M. Alvarado de Gómez Palacio, ante un casi lleno total, en el marco de la celebración del noveno aniversario de la compañía Hoja en Blanco.
Bajo la dirección de Juan Carlos Martínez y la producción de Cecy Guerrero, la puesta en escena explora el yo, a los otros y la construcción social sin ningún tipo de fronteras, por lo que el público amante del teatro volvió a disfrutar del espectáculo en vivo y regresó a sus hogares para conversar sobre temas filosóficos y a repensar la existencia.
Sin duda alguna el espectador se dio cuenta de que estuvo ante una ficción para adoptar una posición crítica, para transformar su realidad.
¿De qué trata la obra?
El escenario se ubica en los baños de un manicomio, la historia transcurre en 1808 y recrea el asesinato de Jean-Paul Marat por Carlota Corday, a través de la escenificación que para los internados en el manicomio de Charenton realiza el marqués de Sade, también recluido allí durante los últimos años de su vida.
Tanto Sade como Marat fueron contemporáneos, así que lo que se establece en esta puesta (una tragedia cuyos parlamentos van acompañados de coro y música), es un debate imaginario entre los dos hombres que fueron testigos y víctimas de la Revolución Francesa y que instalan en escena una serie de ideas que trascienden el mero hecho histórico para tratar temas universales. Vale destacar la escena en que Sade le da la palabra a Marat.
El grupo de actores muestra una serie de movimientos en todo el escenario. Sade convence a Charlotte de hacerse de un puñal para asesinar a Marat.
Lo demás está en los gestos de unos personajes delirantes que merecen que el espectador se detenga en cada uno de ellos para poder disfrutar de este trabajo.
La gravedad del rostro de Sade, con su profunda mirada oscura; el semblante de un exaltado Marat, que se confunde en la pasión política y el dolor corporal; la melancólica y somnolienta Carlota Corday, que entona una melodía; un furibundo Roux, sujetado por una camisa de fuerza, lograron atrapar la atención del público.
Los escasos elementos del ambiente y los recursos gestuales de los actores son aprovechados funcionalmente para ilustrar, por ejemplo, la imagen de Carlota, a través de las líneas que recita Sade, en contraposición con la imagen que ofrece la chica adormecida, que no logra mantenerse en pie y no puede estar más lejos del ideal descrito por el marqués.
Frases como "El dolor del pueblo retumba en mi cuerpo", "El principio de toda vida es la muerte", "Soy el verdugo o el ejecutado", "Es un pasado diferente, hoy vivimos con temor a Dios", "El humano es un animal diferente", "Los esclavos sólo cambian de dueño", "Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, rebeldes con sus padres, traidores, soberbios", "Para el pueblo siempre hambre, enfermedad y muerte", son de las muchas que se quedaron grabadas entre los espectadores, frases que expresaban algunos de los 16 actores en escena.
El duelo verbal entre el marqués y el revolucionario toca temas como la religión, el futuro de la revolución o la finalidad de la vida y la muerte. Allí, Sade hace gala de su escepticismo, cuando habla de una naturaleza totalmente indiferente ante la muerte de los hombres.
Sin duda alguna la puesta logró atrapar la atención de los espectadores, quienes emocionados y deseosos de presenciar este arte teatral, mostraron un agrado de principio a fin durante las dos horas de entretenimiento, que sin duda lograron llevarse a sus hogares, un agradable sabor de boca.
CALE