El museo Hermitage de San Petersburgo expondrá más de 90 obras del artista chileno Roberto Matta, uno de los últimos grandes representantes del surrealismo, según informó el recinto en un comunicado.
La exposición Roberto Matta y la cuarta dimensión, comisariada conjuntamente por Dmitry Ozerkov, jefe del Departamento de Arte Contemporáneo del Museo Hermitage, y por Oksana Salamatina, de Estados Unidos, se enmarca en el proyecto “Hermitage 20/21”, cuyo objetivo es recopilar, exhibir y estudiar el arte de los siglos XX y XXI.
En su conjunto, las piezas procedentes de 23 colecciones —la mayoría de Estados Unidos— muestran la comprensión única de Matta del espacio y la evolución del artista, quien pudo encontrar su propia visión del mundo a través de la “cuarta dimensión” y supo proyectarla sobre lienzo.
Con importantes vínculos con España, la figura de Matta destaca por su coraje, sed de conocimiento, apertura a nuevas tendencias en el arte, una visión psicológica profunda y un gran interés en el progreso técnico.
El artista rechazó los límites formales de los estilos, nunca se unió de manera decisiva a ninguna tendencia en pintura y la fama que alcanzó era exclusivamente personal.
Influenciado por las ideas de la geometría no euclidiana, Matta trató de dar forma a las estructuras construidas en su mente para crear un espacio más allá de la perspectiva visible y convencional.
Espacio, movimiento y tiempo
Profundizó en lo que denominó morfologías psicológicas, que compartió con Peter D. Ouspensky, filósofo ruso y teórico de la “cuarta dimensión”.
La idea era que la cuarta dimensión agrega a la tercera dimensión la sensación de espacio, de movimiento y de tiempo, esencial para realizar el proceso constante e irreversible de cambio, donde cada momento es diferente al anterior.
Nacido en Chile en 1911, la relación de Matta con España fue siempre muy destacada; además de pertenecer a una familia de origen mixto español, vasco y francés, en 1935 residió temporalmente en Madrid, lo que le permitió entrar en contacto con el mundo artístico español, llegando a conocer a Federico García Lorca y a Salvador Dalí.
También colaboró con Josep Lluís y Luis Lacasa en la concepción del Pabellón de la República Española en la Exposition Internationale de París, donde el Guernica de Picasso le produjo gran impacto.
Reconocimiento
A lo largo de su trayectoria recibió numerosos reconocimientos, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, en 1985.
Aportación
En virtud de su aportación a la cultura y el arte iberoamericanos, en 2001 se le otorgó la nacionalidad española.