Obra de Mercedes Aqui no es arte, es un acto vandálico: Avelina Lésper

La crítica de arte calificó el performance como algo violento y alejado del respeto de lo que una artista debe ofrecer a una pieza milenaria.

La crítica de arte Avelina Lesper, rechazó el performance que la artista Merces Aquí realizó, donde orinó una pieza arqueológica. (Especial)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

En el arte todo tiene que ser talento, conocimiento y desarrollo de virtudes específicas, sea en la música, la literatura, la danza o la plástica, así lo expresa Avelina Lésper quien en entrevista para Milenio acotó que ninguno de estos valores aparece en la obra “Ancla” de Mercedes Aqui, donde se exhibe la misma autora manchando con pintura y orines una pieza arqueológica en Coahuila.

Para la crítica de arte lo medular en el tema es establecer que lo que se presentó en el Museo de Artes Gráficas en Saltillo como un producto artístico no lo es y se suscribe a un acto violento, vandálico, alejado del respeto que un artista debe ofrecer a una pieza milenaria.

“Lo que ella hizo no es arte. Al margen de lo que diga, porque ya se está justificando de que no es orina, ya sea para orinar o para pintarse una nalga y sentarse en una pieza antiquísima y de gran valor, para hacer eso exactamente no se necesita ningún tipo de talento.

“Lo que estamos presenciando es un simple acto vandálico y un acto de exhibicionismo. Esta persona no es artista, es una simple vándala exhibicionista que está utilizando el arte para hacer promoción de su trasero. Si alguien debiera saber el valor de estas obras es justamente un artista”.

A pesar de que Mercedes Aqui utilizó sus redes sociales para decir que imprimió además de pintura y fluidos en el petroglifo, conceptos de identidad, cuerpo y memoria, Lesper acotó que si se suprime esta justificación, lo que queda es un acto vandálico que pudo haber cometido cualquier persona con nula cultura y con deseos de dañar el patrimonio cultural.

“Lo único que está demostrando además, es lo que pasa siempre con estos artistas, que con una enorme arrogancia y un enorme despotismo se dan el derecho de cometer actos vandálicos y disfrazarlos como arte a través de sus explicaciones. Con muchísimo cinismo te dice que ella está motivando una reflexión, pero ante un acto vandálico no tienes que reflexionar, lo que tienes que hacer es actuar en consecuencia y castigar a la persona que lo hizo”.

Lésper fue enfática. Para esta intervención no se requirió desarrollar talento y en la obra de Aqui presentada con el aval de la Universidad Autónoma de Coahuila y la Alianza Francesa de Saltillo, lo que se observa son un cúmulo de limitaciones, carencias, mediocridad y hasta patología pues aunque se expresen deseos exhibicionistas, ello no convertirá el performance en un producto artístico.

“Tú no necesitas ni un talento ni desarrollar una virtud específica, como el saber dibujar, escribir música, saber bailar, es decir, no necesitas nada de eso para poner tu nalga en un sitio donde no la debes de poner.

“Que ella diga que son performáticas sus acciones, le puede llamar de mil maneras, puede adjetivarlo en la forma en que ella quiera, pero al final será un acto violento y con él consiguió lo que quería, que la gente tomara atención sobre ella, que es justamente lo que hacen muchísimos criminales; muchísima gente mata solamente para estar en el periódico.

Como ejemplo refirió el caso de un instagramer de Polonia que rompió con un martillo una escultura de 200 años porque dijo que así llamaría la atención. La única diferencia es que él no etiquetó la acción como un performance artístico.

“Ella se justifica de manera bobalicona diciendo que hasta ahora se dio cuenta de que debió pedir permiso. Esta mujer que se hace llamar artista, ¿no sabe que debe pedir permiso para acceder a una zona arqueológica? Esta mujer que se llama artista, ¿no sabe que un objeto arqueológico tiene un valor incalculable y que no puede agredirlo de ninguna manera y no puede intervenirlo de ninguna forma? ¿Entonces qué clase de artista es que desconoce las obras de arte de otro tiempo?”.

El cuestionamiento de la crítica de arte fue más lejos con incógnitas por despejar: ¿Ser artista te otorga inmunidad ante la ley? ¿Otorga inmunidad ante la sociedad? ¿Eres inmune de un crimen ante el arte mismo? ¿Ser artista te otorga un permiso para cometer delitos?

En suma dijo que las zonas arqueológicas deben estar protegidas por la cultura personal, comunitaria y el sentido común. Lo otro es que al no estar protegidos se deba conseguir un guardia para evitar que “una performancera imbécil” llegue a un espacio y lo violente.

“Aquí por lo menos el delegado del INAH protestó de forma enérgica pero de esto debe reaccionar la Secretaría de Cultura. Con el arte VIP las autoridades se muestran rebasadas y deberían imponer límites y hacer análisis estético de lo que se presenta para descartar lo que no tiene un valor artístico o impedir la utilización de un espacio público dedicado a preservar el conocimiento, en la presentación de trabajos que carecen de valor.

“No saber controlar tus esfínteres no es ningún acto de rebeldía, aprendemos a controlarlos a los dos años, o a los tres años cuando te tardas. No hay ningún acto subversivo o de rebeldía en el agredir el patrimonio arqueológico, ni en agredir la obra de otro artista, hay un acto vandálico porque si alguien llega y en el mismo petroglifo pone su nombre a él lo detienen. Pero si el vándalo dice que es artista entonces ya nadie lo puede detener”.​

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