Los directores de orquesta tuvieron que adaptar sus repertorios y conciertos a las condiciones sanitarias que impuso la pandemia por covid-19 desde hace dos años para las artes escénicas, comenta el maestro Ludwig Carrasco, quien ha aprovechado esas circunstancias para programar a compositores poco escuchados en México, pero sobre todo compositoras, en su objetivo personal de difundir a creadoras.
“Llevo años tratando de poner el dedo en el renglón de que es necesario que se busque y difunda la producción de compositoras. En mis trabajos como director titular de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA) siempre estoy tratando de integrar de una manera más orgánica el repertorio de las compositoras en las programaciones”, expone el artista, quien ha llevado su política a la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam) para los conciertos del sábado 26 y domingo 27 de marzo, en el que incluyó obras de dos compositoras prácticamente desconocidas: Elfrida Andrée y Grażyna Bacewicz.
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Para él, se ha tardado mucho en visibilizar las creaciones de las compositoras mexicanas y extranjeras.
La orquesta universitaria dedicó su temporada 2022 a las artistas, en el contexto de la conmemoración en marzo del Día internacional de las Mujer, invitando a directoras como la afroamericana Jeri-Lynne Johnson y la inglesa Catherine Larsen-Maguire; además programó obras de la genial compositora finlandesa Kaija Saariaho, de la estadunidense Jessi Montgomery y de la británica Sally Beamish.
Invitado como director huésped, el maestro Carrasco se sumó a la iniciativa y programó, en un repertorio casi inédito, no a una, sino a dos compositoras, para un concierto muy atractivo que también incluye piezas de otros dos artistas muy poco interpretados en el país, a pesar de su importante carrera.
Los conciertos del 26 y 27 de marzo, que cierran el mes dedicado a las mujeres en el mundo, incluye las obras Andante quasi recitativo para orquesta de cuerdas, de la sueca Elfrida Andrée (1841-1929); la Sinfonía marina, del francés Jacques Inbert (1890-1962), el Concierto para orquesta de cuerdas, de la polaca Grażyna Bacewicz (1909-1969) y la Suite de Much about Nothing, opus 11, del checo-austriaco Erich Wolfgang Korngold (1897-1957), inspirada en la comedia homónima de William Shakespeare.
La historiadora Mariana Híjar destaca en las notas del programa el papel de activistas por los derechos de las mujeres que también tuvieron Andrée y Bacewicz para que las compositoras fueran aceptadas en el mundo machista y excluyente de entonces (y aún hoy) de la música clásica y también la trascendencia que tuvieron Ibert y Korngold en el desarrollo de las bandas sonoras de la primera época del cine, el primero como autor de la música de películas como Macbeth (1940), de Orson Welles, La Comedie du Bonheur (1940), de Marcel L’Herbier, y el Don Quichotte (1933), de Georg Wilhelm Pabst.
Y el segundo, como ganador de sendos Oscares por sus obras para Anthony Adverse (1936), de Mervyn LeRoy, y The Adventures of Robin Hood (1938), de Michel Curtiz y William Keighley, protagonizadas por Olivia de Havilland, amén de sus partituras para adaptaciones de piezas de Shakespeare, como A Midsummer Night’s Dream (1935), de Max Reinhardt y William Dieterle, o incluso Juárez (1939), el filme sobre el Benemérito de las Américas de Dieterle protagonizado por Paul Muni y Betty Davis, con guion de John Huston basado en el drama homónimo de Franz Werfel y la novela de Bertita Harding.
Respecto a la inclusión de Andrée y Bacewicz, el maestro Carrasco dijo estar agradecido porque la Ofunam y la UNAM “se estén sumando a estos esfuerzos porque las cosas vayan cambiando en México, rápidamente, no de poco a poco, porque ya nos hemos tardado mucho tiempo para que la visibilidad llegue a la creación de las compositoras mexicanas y extranjeras”.
Sobre su elección del programa, indicó que la pandemia obligó a los directores a adaptar sus repertorios a orquestas pequeñas en el escenario, lo que redituó en encontrar música atractiva, poco interpretada
Expuso que la obra de Andrée apenas dura unos cinco minutos, pero es una gran joya de expresividad y lirismo; sobre la hermosa pieza de Ibert, destacó que tiene la peculiaridad de haber sido la primera partitura orquestal para una película hablada (el corto de Jean Arroy S.O.S Foch, de 1931), que luego se convirtió en una pieza ya de concierto (se estrenó en París el 6 de octubre de 1963 con Charles Münch al frente de la Orchestre des Concerts Lamoureux). Respecto al concierto de Bracewicz, agregó que es una obra muy virtuosa, con un alto nivel técnico que exige mucho a los músicos y muy agradable para el público por sus influencias barrocas y clásicas, pero con lenguaje contemporáneo.
De la suite final y de Korngold, señaló que sorprendentemente su obra orquestal no es muy conocida.
“Pero todos seguramente estamos muy familizarizados con su legado porque él fue, por allá de la mitad del siglo XX, el compositor preferido de Hollywood. Su tipo de escritura, de sonoridad, ha influenciado a decenas o cientos de compositores de películas hasta nuestros días, como John Williams o Hanz Zimmer. Esta suite es una obra muy virtuosa también, con unas sonoridades muy atractivas y muy amplias; a pesar de ser con una orquesta de dimensiones reducidas, su tipo escritural hace que suene como una orquesta de cien instrumentistas, cuando estamos a lo mejor la mitad en el escenario”, indicó.
Carrasco subrayó que aunque él ya ha dirigido estas obras con la OCBA y que la Ofunam interpretará apenas con unos 25 músicos en menos de 50 minutos, no tienen la presencia que merecen en los programas de las orquestas en México. “Ojalá a partir de ahora se vuelvan recurrentes”, añadió.
“El público notará que tenemos una sección de cuerdas algo limitada; por la distancia de los protocolos de seguridad, no pueden estar los 60 músicos que normalmente estarían en una sala de concierto sentados, tendremos bastante menos, alrededor de 25 músicos, tendremos cuatro o cinco seis de aliento, dependiendo de la pieza, y algunas percusiones. Sin embargo, tanto Ibert como Korngold eran tan maravillosos compositores y orquestadores que hacen que uno se olvide que está ante una instrumentación reducida o pequeña porque la paleta de colores que emplean, mezclando los instrumentos disponibles, es fantástica; hay sonoridades que uno piensa que es una orquesta de 60 u ochenta músicos, cuando en realidad pues somos bastante menos”, expuso el maestro Ludwig Carrasco.
Los conciertos de la Ofunam se llevarán a cabo en la Sala Nezahualcóyotl el sábado 26 de marzo, a las 20 horas, y el domingo 27, a las 12 horas, este último será transmitido en vivo por TvUNAM.
PCL