El enorme tapiz de El Guernica, obra célebre de Pablo Picasso, que estuvo en la entrada de la sede del Consejo de Seguridad de la ONU durante más de 30 años para hacer conciencia en los diplomáticos sobre los riesgos de la guerra, fue reclamado por su propietario, Nelson Rockefeller Junior, por lo que dejará un hueco en la emblemática sala, según informó Naciones Unidas.
Encargado en 1955 por Nelson Rockefeller y tejido por Jacqueline de La Baume-Dürrbach, este tapiz fue cedido a la ONU en 1984.
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Presidentes, ministros, embajadores que asistían a las reuniones del Consejo de Seguridad pasaron por delante del tapiz camino a la sala de reuniones del organismo más importante de las Naciones Unidas responsable de la paz en el mundo.
La ONU no explicó por qué la familia Rockefeller quería recuperar el tapiz. Tampoco pudo recabarse comentario alguno inmediato de la Fundación Rockefeller.
El jueves, la enorme pared en la que colgaba el tapiz, que representaba el bombardeo de la ciudad de Gernika el 26 de abril de 1937 por parte de la Alemania nazi y la Italia fascista, estaba vacía.
nerc