La Orquesta de las Américas cumple un objetivo social, no sólo musical, y es ejemplo de cómo si se antepone la música y la cultura, el trabajo mancomunado entre iniciativa privada y pública resulta fructífero y puede lograr grandes cosas, afirma Carlos Miguel Prieto, su director y fundador junto con su colega, el venezolano Gustavo Dudamel.
La agrupación arrancó la semana pasada su México Crescendo Tour, que incluye 14 conciertos en julio y agosto en Puebla, Tlaxcala, Boca del Río, Orizaba, León, Guadalajara, Morelia, Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí y Monterrey.
En Ciudad de México, la Orquesta de las Américas, que reúne a casi un centenar de jóvenes menores de 30 años de 26 países del continente, ofrecerá dos conciertos, el primero el martes 16 en la sala Nezahualcóyotl, con el pianista Jorge Federico Osorio como solista para interpretar Noches en los jardines de España, de Manuel de Falla.
Y dos días después será el segundo en el Palacio de Bellas Artes, con el célebre violinista israelí-estadounidense Gil Shaham, uno de los más destacados de su generación junto con Joshua Bell, Maxim Vengerov, Julia Fischer, Vadim Repin o Hillary Hahn, como solista para interpretar el Concierto para violín y orquesta de Ludwig van Beethoven.
Prieto señala en entrevista que las presentaciones de la Orquesta de las Américas le ha permitido recorrer toda América Latina, además de Europa, con músicos de 26 países.
Sobre los conciertos ya celebrados en esta gira de la agrupación ganadora del Grammy Latino en 2015, Prieto refiere que han sido memorables, porque siempre producen gran emoción entre el público por la calidad de la orquesta y su entrega absoluta.
“Siempre las temporadas son en verano con programas brillantes y logros absolutamente impactantes”, dice Prieto, que paralelamente está dirigiendo también a la Orquesta Sinfónica de Minería en su nueva temporada 2019 y apenas finalizó la de la Sinfónica Nacional, de la que también es titular.
“Desde 2003 comencé a dirigir a la Orquesta de las Américas, yo y Dudamel, con solistas en sus primeros años como Plácido Domingo y Yo Yo Ma, gente así. Ahora tendremos para el concierto en Bellas Artes al gran violinista Gil Shaham y en la Nezahualcóyotl a Jorge Federico Osorio.
“Desde aquel año para mí ha sido una gran experiencia, pues gracias a esta orquesta he conocido todo el continente latinoamericano, realmente todo, y mucho de Europa. Es un proyecto artístico, pero tiene un contenido social muy grande, porque para gran parte de los jóvenes que participan es la primera vez que salen de sus países o encuentran una manera de conseguir un maestro, porque todos los maestros de las primeras sesiones es gente de primer nivel internacional de diferentes orquestas del mundo”, expone Prieto.
Además, subraya que, al dejar el ensamble panamericano, los jóvenes músicos logran colocarse en grandes orquestas de Europa y América.
“Hay músicos ahora en una docena en las orquestas de Europa, como la Filarmónica de Berlín, la de las óperas de Zurich y de Viena, o de la Metropolitan Opera House de Nueva York, o en las orquestas de Filadelfia y Los Ángeles. Y en nuestro país hay una docena en la Sinfónica Nacional, y en cada una de las orquestas de México”, enumera.
Carlos Miguel Prieto también subraya que los egresados forman parte de un subgrupo de “líderes globales” que van a diferentes partes de Latinoamérica, a impartir cursos, como recién lo hicieron en Puebla y Tlaxcala. “Se la pasan dando clases y trabajando, y eso es muy muy interesante, porque tiene un indudable contenido social”, expone.
El director refirió que el programa español con obras de De Falla y Granados para la sala Nezahualcóyotl se debe a que en Tlaxcala le pidieron un concierto conmemorativo a los 500 años del encuentro entre los conquistadores españoles y esa región, que ocurrió el 23 de septiembre de 1519. Pero también grabarán en el foro universitario El sombrero de tres picos y Noches en los jardines de España, esta obra con Osorio.
En ambos conciertos en la capital también habrá música de compositores mexicanos: Hominum, de Gabriela Ortiz; Salmos primarios, de María Granillo, y Tres cuartos de cien, obra del jovencísimo Cristóbal Maryán.
“La filosofía de la Orquesta de las Américas es que siempre haga también música de compositores locales y estrenos. Así que es muy relevante que este mismo verano haya tres obras de compositores mexicanos: Ortiz, Granillo y Maryán. Pero la idea también es que siempre se tenga un compositor en residencia que va migrando entre compositora y compositor, y hacer una obra coral, la obra de Granillo es coral”, explica.
En la segunda parte del concierto en Bellas Artes, con Cuadros de una exposición, de Modesto Mussorgsky, y las obra coral de Granillo, habrá unos 200 músicos en escena, porque se juntarán las Orquestas de las Américas y el coro de Esperanza Azteca, que cumple una década y que comparte con la primera su labor por formar jóvenes músicos.
Prieto expone que la Orquesta de las Américas opera con un patronato de 30 personas de diferentes países del continente, dos de ellas de México, que se dedican a buscar patrocinios y recaudar fondos. En el caso de esta temporada, la gira se hizo en coproducción con Esperanza Azteca, que facilitó a los músicos latinoamericanos sus instalaciones en La Constancia, en Puebla, para la residencia de dos semanas.
“Creo que la Orquesta de las Américas es un ejemplo de trabajo entre público y privado; es decir, un patronato privado pero siempre buscando apoyo gubernamental. En general, cada país apoya a dos o tres de los músicos, por ejemplo, el gobierno brasileño o alguna institución cultural brasileña patrocina a dos o tres músicos locales. Para nuestro país es un ejemplo de que cuando se antepone la música, primero se pueden lograr cosas haciendo a un lado las cuestiones políticas; y segundo que el trabajo mancomunado entre iniciativa privada y pública es fructífero”, concluye el director mexicano.
lar