Hoy el escritor torreonense Óscar Bonilla, recibirá en la Ciudad de México el Premio Internacional de Cuento Juana Santacruz, otorgado por el Ateneo Español de México, asociación civil creada por los exiliados de la guerra civil española.
Con 21 años de edad, Bonilla compitió con cientos de trabajos realizados incluso por autores más experimentados, toda vez que la convocatoria de este certamen literario es abierta para escritores de cualquier edad y de cualquier país de habla hispana.
"El cuento se trata de una sola cuartilla, esa es la particularidad del cuento, con tema absolutamente libre. Mi cuento se llama 'Las vías del tren', es un texto, digamos un poco fantástico pero que trata sobre las personas que desaparecieron durante la época de la violencia en la región", detalló.[OBJECT]
Aunque establece que los integrantes de su familia no resultaron afectados de manera directa, dentro de la crisis de inseguridad pública que se dejó sentir con violencia extrema a partir del año 2007 y que tuvo un receso a finales del año 2013, observó situaciones críticas a través de amigos y conocidos.
"Yo personalmente, afortunadamente, no tuve familiares cercanos que desaparecieran ni nos vimos afectados por la crisis de inseguridad, no de forma directa, pero muchos conocidos sí y además lo estuve leyendo en los periódicos, viendo en internet sobre todo el cómo se vivía, había una especie de pánico en toda la región y eso creo que fue lo que me influyó".
Dijo que en el cuento que desarrolló el aspecto fantástico es un personaje que se encarga de quitarle el dolor a las personas de forma temporal, así busca alejarlos de la incertidumbre que genera el no saber dónde se encuentra un ser amado.
"Más que las personas que sí encontraron a sus familiares, muertos o vivos, le quita el dolor a las personas que no saben qué fue de sus desaparecidos, este personaje les quita el dolor de forma temporal y el cuento se llama Las vías del tren porque este individuo se sienta a un lado de las vías del tren".
La formación de este joven en términos literarios, fundamentalmente es de casa y asegura que fueron sus padres quienes lo apoyaron de niño y adolescente, impulsándolo a la comprensión de la lectura.
Recuerda que cuando era muy pequeño su madre le leía cuentos de los hermanos Grimm y le compraba libros porque comprendió que a su hijo le llamaban la atención los ejemplares como objeto en si mismo.
"Más allá de la lectura me gustaban los libros. Después llegaron maestros en la primaria, la secundaria y tuve una formación más seria, digamos, cuando entro al CESLI, al Centro de Estudios Literarios con Gerardo Monroy".
En este momento Óscar Bonilla mantiene en construcción varios cuentos que considera, podría interesarle a los editores de algunas revistas para su publicación, pero acotó, se concentra primordialmente en terminar unas novelas breves.
Ante el escenario planteado donde la peculiaridad es que en La Laguna existen buenos escritores pero no instituciones educativas públicas que impulsen el desarrollo creativo de los escritores, Óscar Bonilla dijo que los espacios dentro de la academia y en las universidades se desarrollarán cuando se manifieste el interés de la sociedad.
dcr