Una de las grandes sorpresas en la entrega del Grammy Latino en 2022, fue que Horacio Salgán Piano Transcriptions, disco independiente grabado por Pablo Estigarribia, ganó el premio en la categoría de Mejor Álbum de Tango. Un gran logro, sobre todo cuando entre los nominados también se encontraban Ricardo Montaner con Tangos y Spinettango, un homenaje tanguero al rockero Luis Alberto Spinetta.
El pianista argentino, quien se presentará en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes el 25 de mayo a las 20:00 horas, comenta en entrevista que “Salgán fue un músico que vivió cien años y tuvo aproximadamente 80 de carrera. Es uno de los tesoros de la música argentina que, por alguna razón que escapa a mi conocimiento, no trascendió internacionalmente como Piazzolla, aunque éste tuvo un profundo respeto por él e incluso hizo arreglos de algunas de sus piezas. Estamos ante un icono de todos los pianistas de tango, no creo que vaya a encontrar a un pianista de tango en el mundo que no pueda ensalzarlo”.
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Con 37 años de edad, Estigarribia creció escuchando rock y otro tipo de música en la radio, por lo que no estaba cerca del tango, aunque tenía conocimiento del género. “Desde muy temprano comencé a estudiar música clásica, a la que me dediqué varios años, y luego tuve una incursión en el jazz, muy enamorado de Herbie Hancock, Chick Corea y todas esas hermosas músicas que tiene Estados Unidos. Si bien el tango estaba en el background de mi vida, no tenía un papel preponderante, nunca había abundado en él”.
Cuando escuchó a Horacio Salgán se sintió cautivado, al grado que se decidió a cambiar su carrera de músico académico por el tango. “Más allá de ser un indiscutible tradicionalista del tango, porque siempre respetó las formas y el repertorio, e hizo arreglos de los grandes maestros de la guardia vieja, Salgán también fue un evolucionista —dice en entrevista—. Tocaba jazz y música clásica, así que abordaba el tango con muchas herramientas que enriquecieron su interpretación. Su propuesta de tango, si bien está muy enraizada en lo tradicional, en su forma también ofrece colores de otras músicas que a las generaciones como la mía les resultan más familiares”.
—¿Qué implica para usted que se le haya dado un premio a un disco independiente frente a propuestas más comerciales?
Para empezar ha sido un sorpresa tremenda para mí, porque este disco es prácticamente historicista, pues rescata lo que ha sido, al menos para mi conocimiento, las obras del único concierto en piano solo de Horacio Salgán. Al llegar a mis manos una grabación no oficial del concierto, pensé que algún día transcribiría toda esta música y la grabaría para divulgarla. El disco, una recreación de ese concierto histórico, no es comercial: solo soy yo tocando el piano.
—Y vino el premio.
Ya la nominación para el Grammy Latino era un honor tremendo y un hito, porque pensé: esto le va a dar visibilidad al disco y va a cumplir un poco mi sueño de que esta música se conozca más. Sin embargo, no pensaba que fuera a ganar, ni siquiera fui a la entrega de los premios porque pensaba que era imposible que se reconociera a un disco de estas características, menos siendo independiente. Así que imagína cuando supe que había ganado y llegó a mi casa un premio de semejante envergadura. Un reconocimiento así tiene varios impactos en la vida de un artista. Si bien es cierto que abre puertas comerciales, lo más importante es que el entusiasmo que genera también le da mucho ánimo a uno.
—En 2014 grabó el disco Tangos para Piano, que ganó el Premio Gardel para Mejor Disco de Tango, otra experiencia a piano solo.
El formato de piano solo para tango no es para nada común. Pero como yo vengo de la música clásica y disfrutaba mucho los recitales de piano solo —lo que también ha ocurrido en el jazz—, se me ocurrió llevar este formato al tango. Ese fue mi primer experimento. Yo era mucho más joven y empecé a juntar plata y grababa un tema o luego dos. Me llevó como un año completar diez temas y en ese momento me decidí a sacar el disco que fue editado por un sello argentino y, para sorpresa de todos, ganó el Premio Gardel. Ahí empecé a pensar que el tango en piano solo también puede funcionar.
—¿Cómo fue hacer dueto con un trombonista, como ocurrió en el disco Tango & Milonga, en el que participa Achilles Liarmakopoulos?
Ese disco es una rareza: es un single, porque son dos temas nada más. En 2017 me fui a vivir a Nueva York con ganas de colaborar con gente de otras músicas y ver cómo podía enriquecer el tango con la influencia de los grandes músicos que había allá. Uno de los primeros mensajes que recibí fue de Achilles, a quien yo no conocía, donde me decía que era músico de tango y había escuchado mi música y le había encantado. Me preguntó si componía y que sería bueno que escribiera algo para piano y trombón. Yo le dije que por supuesto, que a eso había venido a Estados Unidos. Cuando supe que tocaba el trombón me dije: ¿y ahora qué hago? Le pedí que me mandara unas grabaciones de él tocando y a ver qué podíamos hacer. Cuando me las mandó me di cuenta de que era un virtuoso total del trombón, con un lirismo que yo no había escuchado nunca. Resultó que es el trombonista de Canadian Brass y que había tocado con la Filarmónica de Nueva York y la de Los Ángeles, un músico ultra reconocido, sobre todo en el mundo del trombón.
—¿Y qué hizo?
Pues pensé: compondré una milonga y un tango para trombón y piano, y que sea lo que Dios quiera. Esos temas los grabamos en Nueva York y fue una experiencia hermosa. Es una persona muy sencilla a pesar de la carrera que ha llevado y el domino del instrumento que tiene. Fue uno de mis primeros experimentos en Nueva York.
—¿Este tipo de experimentos serán una constante en el futuro?
Bueno, ya empecé a hacer más experimentos. Amo con el corazón el tango tradicional, pero tengo la necesidad de buscar nuevos formatos. Me gusta experimentar con distintos soportes. Y tan es así, que en noviembre del año pasado estrené mi primer concierto sinfónico: Tres tangos concertantes para piano y orquesta. Nuevamente para mi sorpresa generó cierto interés y en junio me voy al Conservatorio de San Francisco para tocarlo con una orquesta de esa ciudad y, en octubre, tenemos una función en el Kennedy Center de Washington.
—¿Cuál cree que es la situación del tango actualmente?
Es un género que claramente corresponde a otra generación no es la mía y está muy ligado a la tradición, a lo que es la herencia cultural argentina. No es que uno prenda la radio y escuche tango todo el día, eso no es así, pero hay muchos experimentos, como el tango electrónico o la mezcla con distintas músicas, que yo creo que al final es lo que devuelve un poco el tango a la música popular. Eso es algo que me interesa mucho investigar.
—¿En México interpretará solo piezas del disco?
Sí, pero también voy a tocar algunas composiciones mías que he hecho a lo largo de los años, algunos arreglos medio jazzeros de tangos tradicionales y algunas piezas del género compuestas para piano. Va a ser un poco un resumen de los últimos veinte años que le he dedicado al tango.
PCL