Pablo Neruda: “Un poeta extraordinariamente vivo”

El escritor chileno murió el 23 de septiembre de 1973 con 69 años de edad; a 50 años de su fallecimiento se investiga si fue asesinado

Se cumplen 50 años del fallecimiento de Pablo Neruda | Especial
Ciudad de México /

“El funeral de Pablo Neruda (1904-1973) fue la primera protesta oficial contra el régimen y Augusto Pinochet no la pudo detener a pesar de que todos los actos públicos estaban prohibidos por la Dictadura en Chile”, así recuerda al escritor la Fundación Pablo Neruda, en la conmemoración de los 50 años de la muerte del chileno.

Para Rafael Vargas, periodista y poeta, el funeral de Neruda es un hecho memorable y heroico.

“No se planteó como un acto de protesta. Algo impensable en las circunstancias que se vivían. El desafío fue espontáneo, y los participantes fueron temerarios. La cantidad de gente que se sumó al cortejo, su fervor, la presencia de la prensa extranjera y de los embajadores de México y Suecia impidió que aquello se convirtiera en una matanza. Fue un acto heroico. Y, a la vez, uno de los más grandes homenajes que se le pueden rendir a un poeta”.

El especialista aseguró que la política no persiguió a Neruda: “Él decidió con toda conciencia y claridad llevar una vida política muy activa con una clara militancia y asumió siempre el costo que ello implicaba. Por un lado, la época en que vivió lo llevó a eso. No hay que olvidar que se encontraba en España cuando Franco traicionó al gobierno republicano y desató la guerra civil; en seguida padeció el ascenso del fascismo en Europa y la Segunda Guerra Mundial, la carrera armamentista, la Guerra Fría, y pese al anticomunismo luchó porque su país tuviera un gobierno socialista. Tuvo la satisfacción de ver en la presidencia de Chile a Salvador Allende. Su último libro es un conjunto de poemas escrito completamente desde una perspectiva política: Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena”.

La Fundación Pablo Neruda dio a conocer en el marco de estas fechas, que “el 24 de septiembre de 1973, tras la muerte de Neruda, Nemesio Antúnez, la familia de Pablo y Matilde Urrutia, viuda del poeta, intentaron velar y ordenar un poco La Chascona en medio de una fuerte vigilancia militar que saqueó y destruyó casi todo, sin embargo, en medio del desastre, sobrevivió un cuadro que ha vuelto a casa y lo mostramos en estas páginas.

Pablo Neruda

No ha muerto

Rafael Vargas comenta en entrevista con MILENIO que aunque se cumplan 50 años de la muerte del poeta,la realidad es que no se puede extrañar a alguien que siempre nos acompaña.

“Neruda está presente en sus libros, para escucharlo basta con abrir cualquiera de ellos. Si algo podría extrañar el mundo sería un nuevo libro suyo, o su participación en la reconstrucción de Chile. Para nuestra fortuna, en el vasto y profundo océano que es la obra de Neruda podemos zambullirnos a cualquier hora”.

Por su parte, Diego del Pozo, escritor y cineasta chileno asegura que “una figura como Neruda siempre acompañará la memoria de los que luchan y buscan la libertad e igualdad de los pueblos, a los amantes de la poesía y la vida. Su recuerdo y su poesía permiten que él mismo sobreviva a la muerte en ese sentido”.

El escritor José Emilio Pacheco (1939- 2014) fue un lector devoto de la obra del poeta chileno y en algún momento dijo: "Neruda renace todos los días porque siempre hay alguien que lo lee por primera vez, y hay otro que lo relee con nuevos ojos. No hacerlo empobrecería nuestra vida".

“Cincuenta años después de haber muerto, Pablo Neruda es un poeta extraordinariamente vivo. Hay quien lo ama y quien lo detesta. Igual le ocurrió en su tiempo. Por lo general, quienes dicen detestarlo no lo han leído y se conforman con repetir consignas, como la juanramoniana bobería de que era ‘un gran mal poeta’, o lo tildan de estalinista y creen que con eso pueden justificar el no leerlo. Dejemos que su ignorancia los empobrezca. Tarde o temprano se darán cuenta de que tienen un agujero en el bolsillo”, afirma el periodista Rafael Vargas.

En el ciclo “Ni pena ni miedo. Presencia de la literatura chilena”, el escritor Juan Villoro comentó: “Si pensamos en Neruda, un poeta que fue Premio Nobel, embajador en París, que llenaba estadios en sus lecturas, y lo contrastamos con los poetas que evoca Roberto Bolaño, que entiende al detective salvaje como un investigador rebelde de la realidad,un poeta cuya obra es, principalmente, su propia vida, esa transformación que nos recuerda a muchos gestos de otros poetas”.

El autor chileno, Alejandro Zambra, explica que “para el poeta Pablo Neruda, las cosas cobraban vida como parte de magia: las casas que fundó en Santiago, Valparaíso e Isla Negra fueron, y son, espacios consagrados. Los juguetes y las colecciones de Neruda cobran nueva vida en nuestros ojos, para los militares eso nada significaba, había que extirpar el mal y para ello había que arrasar lo que lo provocaba. Para ellos, Neruda era un poeta comunista, el pueblo chileno lo considera un adalid de los que luchan”.

Se relata que Pablo Neruda tuvo que viajar a México un día antes de su muerte, el avión llegó al aeropuerto de Santiago el sábado 22, pero se negó a irse, quería viajar hasta el lunes 24 o, tal vez, el poeta sencillamente no quiso abandonar lo que más amaba: su patria.

La muerte del poeta

Desde hace 10 años, cuando se exhumaron por primera vez los restos de Neruda, se abrió una investigación en curso sobre el tema.

“A veces topa con pared y parece que va a detenerse, pero continúa; hace poco se ha llegado a un punto en que la cantidad de exámenes y pruebas científicas permiten presumir que el poeta fue asesinado”, opina Rafael Vargas, especialista en el tema.

“Hoy, la derecha chilena, tan poderosa en el plano económico que todavía gobierna el país, quiere que la gente crea lo que los militares adujeron cuando Neruda murió: que el poeta era un hombre viejo y muy enfermo que murió porque padecía cáncer de próstata. Y quieren esconder que en las primeras horas del golpe los soldados asaltaron la casa de Neruda en Santiago y destrozaron lo que pudieron e incendiaron papeles y libros. La noche en que velaron a Neruda, en su casa, el féretro se alzaba sobre una alfombra quemada. De milagro no destruyeron el hermoso retrato de Matilde Urrutia que Diego Rivera pintó para ellos cuando viajó a Chile en 1953. Si el día del golpe la pareja hubiese estado en Santiago y no en Isla Negra tal vez habría sido ametrallada. Hoy, la idea de que Neruda fue asesinado es algo más que una hipótesis”.

Para Diego del Pozo, todo en torno a la muerte de Neruda está lleno de misterio: “Las extrañas condiciones de su deceso mientras se encontraba en la Clínica Santa María de Santiago, esperando para tomar un avión y partir al exilio a México, a pocos días del golpe, fueron el inicio de la investigación. Al poco tiempo se logró comprobar que el certificado de defunción que decía que Neruda había muerto de caquexia cancerosa era falso, luego la investigación encontró que efectivamente el poeta había recibido una inyección horas antes de su muerte. Será la justicia chilena la que dictamine un veredicto, pero con todas estas pruebas creo que la duda o rumor de si fue asesinado, independiente de lo que diga la justicia, está más que justificada”

Cantalao, el sueño que no pudo ser

Diego del Pozo filmó hace unos años el documental Cantalao con la historia de uno de los grandes sueños de Neruda.

“El último gran proyecto de Neruda, la Fundación Cantalao –un lugar que sería destinado para acoger artistas y científicos de todo el mundo–, tuvo su fin trágico, así como la democracia chilena, con el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y la posterior dictadura. Lamentablemente nada ha pasado con ese proyecto y las personas a cargo del legado de Neruda no tienen interés ni capacidad para realizarlo”.

Para el entrevistado, de alguna manera, la Fundación Neruda secuestró la imagen del poeta.

“Se ha desvirtuado el perfil de Neruda, intensificando su imagen más superficial, alejada de la poesía, se ha puesto más énfasis en las casas y la visita a estas que en la defensa y difusión de la obra y del personaje mismo. Pero también hay que ser justos y decir que en las condiciones en que estuvo el país durante los 17 años de dictadura, si no fuera por la Fundación Neruda, quizás no habría nada, y eso sería aún peor. Hay mucho que hacer y la administración del legado de Neruda deja mucho que desear, pero al menos algo se hace”.

Neruda en México, atacado por nazis

El escritor, periodista e historiador Mario Casasús (1980-2022) escribió Pablo Neruda en Morelos, en el que cuenta la relación del poeta con México y el ataque nazi.

“Neruda sufrió un atentado por parte de un grupo de nazis en el Hotel Parque Amatlán (1941), las fotografías del cónsul Neruda herido de la cabeza circularon por el mundo, los intelectuales mexicanos firmaron desplegados en la prensa para denunciar el ataque. Y uno de los exiliados españoles en México, José Herrera Petere, escribió la novela Profunda retaguardia, sobre la célula nazi en Cuernavaca”.

Finalmente, el poeta y periodista Rafael Vargas detalló que la relación del poeta con México fue “tan amplia e importante que todavía no terminamos de conocerla. Y muy significativa no sólo para su vida y la vida de Chile, sino también para la nuestra. Es una relación que no se reduce a los tres años que vivió en México, de agosto de 1940 a agosto de 1943. Necesitamos explorar lo mismo aquí que en su tierra. Adentrarnos en archivos y hemerotecas”.


  • Vicente Gutiérrez
  • vicente.gutierrez@milenio.com
  • Periodista desde hace 25 años y especialista en temas culturales, la industria del entretenimiento y cinematográfica. Por su experiencia y conocimiento, también ha participado en temas de política y de negocios. Es reportero de cultura en Milenio y locutor en “La Taquilla”, programa de Radio Fórmula 104.1 FM.

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