Toda campaña autoritaria de lectura fracasa: Paco Ignacio Taibo II

MILENIO A FONDO

El director general del FCE habla de las dificultades de esta empresa, derivadas de la pandemia de covid-19 y afirma que, para la 4T, el libro es el gran vehículo de creación de pensamiento crítico en la población.

Paco Ignacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica. (Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

A dos años de la llegada de Paco Ignacio Taibo II a la Dirección General del Fondo de Cultura Económica (FCE), la polémica por sus decisiones ha sido constante, aunque es innegable que ofrecen una manera distinta de enfrentar los desafíos del libro y el fomento a la lectura, con acciones como bajar el precio de los ejemplares mediante colecciones populares, los tendidos de libros —sacar los acervos de las bodegas— y la distribución gratuita.

Con la pandemia, muchas cosas cambiaron. Taibo II reconoce pérdidas y, sin embargo, lanza la promesa de que, en cuanto se pueda salir a la calle, el FCE está listo para hacerlo.


¿Cómo se entiende al libro y al fomento a la lectura en la actual administración?

El libro siempre ha sido un vehículo. A través del libro se transportan ideas, emociones, sensaciones, imágenes que luego se vuelven referencias para tu vida. Nosotros, desde que empezó nuestro trabajo, tuvimos que enfrentar varias situaciones. Primero, las internas del Fondo, que eran una locura: bodegas llenas, abusos en el estilo de manejar el aparato, un aparato estatal muy deficiente, repleto de burocracia, muy lento.

Perfil...

Paco Ignacio Taibo II

Escritor. Nació en Gijón, Asturias, en 1949, llegó a México a los diez años y se naturalizó en 1984. Fundador del proyecto cultural Para leer en libertad, fue secretario de Arte y Cultura de Morena y en enero de 2019 asumió oficialmente la dirección general del FCE.

Es autor de una extensa obra que incluye alrededor de 70 títulos, entre ellos la saga novelística protagonizada por el detective Héctor Belascoarán y las biografías de Pancho Villa y el Che Guevara.

Cuando lanzamos la consigan “República de lectores”, el problema era el contenido de esta consigna: llegar a mucha más gente que está bloqueada para leer. No es que todos los mexicanos lean, sino que todos los mexicanos puedan leer. Primero los pobres: había que generar una política para incluir, en la perspectiva de la república de los lectores, a los lectores que estaban jalando, pero había que hacer más esfuerzos: había que hacer círculos de lectura en las normales, llegar a los barrios, mandar el Librobús a recorrer el país, llegar a comunidades donde no habían visto un libro en su vida.

¿Qué es el libro para la 4T?  El gran vehículo de creación de pensamiento crítico en la población.


¿Cuál ha sido la realidad del libro en dos años de la actual administración, se han superado los desafíos o están en camino de resolverse?

No están en camino de resolverse. Sería demagógico y utópico decir que estábamos resolviendo grandes desafíos. Lo que sí hemos logrado es dar saltos hacia adelante muy fuertes. Hoy, por ejemplo, tenemos en redes, a pesar de la pandemia, conectados a cerca de 10 mil ciudadanos que hacen fomento a la lectura, son multiplicadores, tanto de salas de lectura como de clubes de lectura en escuelas. Se demostró que hay una ruta por ahí.

Claves

El FCE tiene 408 plazas contratadas; en Educal son 439.

La facturación de Educal a través de todos sus canales, ascendió a 172 millones 679 mil 445 pesos, en total, en el 2019, en tanto que la del FCE, fue de 246 millones, 656 mil 326 pesos, con 82 centavos.

El Fondo ha publicado más de 10 mil obras; cerca de 5 mil se mantienen en circulación.

La empresa
cuenta con un catálogo electrónico de más de 2 mil títulos

Los librobuses demostraron un éxito espectacular. Mecanismos de venta al público como las ferias locales, los tendidos. Nuestros números en enero-febrero este año eran excelentes, estábamos vendiendo más libros que nunca. Estábamos regalando más libros que nunca, creando más núcleos de lectura que nunca. Difundiendo y, de repente, llega la pandemia y librerías cerradas, sin capacidad de distribución, porque tenemos las bodegas clausuradas, la mitad del personal del FCE hay que mandarla a su casa y mantenerle su salario. Viene el caos.

Tratamos de organizar el caos, empezamos lentamente el proceso para reabrir librerías, primero desde mostrador; tuvimos que crear condiciones inmejorables de sanitización en todas las librerías: distancia, recorrido en línea. Protección de los libreros. Afortunadamente, tenemos muy pocas bajas. Me reuní con el sindicato y el recuento de enfermedad para unas empresas como estas (FCE y Educal) es muy bajo, pero ahí está y crece. Hoy estamos con más de 90 librerías abiertas, pero el avance de la pandemia en algunos lugares nos va a obligar a cerrarlas e ir hacia librerías de mostrador.

La pandemia golpeó, ¿tardaremos mucho en la recuperación de la industria editorial?

En el momento en que empiece a descender el contagio, que se puedan reabrir librerías, con formatos de salud, de seguridad, de prevención… en el momento en que podamos volver a sacar a la calle los librobuses, los tendidos de libros y las ferias, no nos va a tomar mucho recuperarnos. Calculo que en el momento en que descienda la pandemia, vamos a estar en acción al 80 por ciento.


¿Qué piensas de las cifras de la Caniem, que hablan de pérdidas de alrededor del 20 por ciento en su facturación?

Creo que se equivocan. Los datos de Caniem no sirven: un libro nuestro, en promedio, cuesta 65 pesos, desde los más caros a los más baratos, ese es el promedio. En estas cifras, el libro que está difundiendo la industria editorial es mucho más alto en precio, por lo tanto, las cifras están mal. Pero, además, sus cifras de pérdida están minimizadas: no se perdió el 20 por ciento. Se perdió el 40, el 50 por ciento… la recuperación va a ser peor.

En el camino van a quedar muchas editoriales, un montón de librerías, y (habrá) un descenso de la capacidad de producción editorial notable; pero, además, hay que tener un supuesto: la economía del país va a estar golpeada en el momento en que salgamos de esta pandemia.

Por lo tanto, el libro, que no es un artículo indispensable, como la comida, la casa… va a estar en una condición de desventaja económica. Aun así, si la salida económica de la pandemia va por donde prevemos en la política económica gubernamental, vamos a incorporar nuevos sectores de lectores.


¿En el FCE estamos hablando de estas pérdidas también?

Tenemos un descenso claro del 60 por ciento en los peores momentos de la pandemia. En recuperación a razón de un cuatro o cinco por ciento mensual, para estos momentos debemos estar en un 40 por ciento de descenso. Lo sabremos a fin de año.


El discurso de la importancia del libro no parece haber permeado en el grueso de la sociedad…

Cuando voy al programa Desde El Fondo y veo a 10 mil personas que nos siguieron, sería un indicador de que el mensaje llega: tenemos una librería activa en Mazatlán y cuántos de los lectores, ya no digamos de los no lectores, saben que existe: el 10 por ciento. No es posible que los lectores no sepan que tenemos una buena librería: la vi, la revisé, mejoré condiciones materiales.

Está todo por hacerse, pero donde tocamos, el discurso funciona. Hemos contemplado cosas maravillosas: en varias zonas del país, las salas de lectura han pasado de ser espacios para niños a tener la presencia de los padres, el fenómeno es reversivo: no solo son niños que leen, sino niños que leen y llevan a lectura a su casa. Entonces les mandamos el mensaje “dile a tu mamá y a tu papá qué les interesaría leer”.

Estos son fenómenos masivos que ayudarán a una reconstrucción de república de lectores de grandes dimensiones.

La pandemia ha cambiado los objetivos a futuro, ¿Qué cambiarías de las políticas en torno al libro y a la lectura?

Lo que hemos aprendido es que toda campaña autoritaria fracasa. Lee un libro, porque si no eres un burro. No funciona. Adolescente que escucha esto sale corriendo y no lee un carajo.

Frases

“A través del libro se transportan ideas, emociones, sensaciones, imágenes que luego se vuelven referencias para tu vida”

“En tiempos de covid-19 pedirle a la gente que renueve una librería y que lleguemos al público es difícil” 

“En la autocrítica me daría resultados optimistas: el descenso en el precio de los libros, las ofertas, los tendidos, todo ha funcionado”.

El futuro pospandemia puede ser brillante, porque la fuerza de trabajo es enorme. Tenemos que salir del covid-19 para armar cualquier campaña: en algunas comunidades no hay libros y pensamos hacer campañas en ciudades, donde nos regalen enciclopedias que ya no usen, la clase media deshabilitó la enciclopedia, usa el internet, pero para comunidades donde no hay (internet), las enciclopedias puede ser un gran regalo. Y si en cada librería recibimos donaciones de enciclopedias, de repente reúnes mil enciclopedias que puedes distribuir en la misma zona, para evadir los costos de transporte, que es otro problema endiablado.


En un ejercicio de autocrítica, ¿Qué han fallado en la construcción de la república de lectores?

Yo creo que no hemos fallado. El descenso en el precio de los libros funcionó, incluso, arrastramos a cadenas de librerías, a algunas editoriales a acompañarnos en el descenso. Esa batalla la ganamos. La batalla de las ofertas funcionó muy bien, pero una cosa es hacerlas en enero y febrero de este año, sin covid-19 —los resultados de los tendidos de libro en Monterrey o en Morelia fueron maravillosos— y otra cosa es hacerlos en tiempos de covid.

En este terreno haría muy poca autocrítica. En otros, haría mucha: nos ha faltado una política clara… pero también es que en tiempos de covid pedirle a la gente que renueve una librería y que lleguemos al público es difícil. El equipo de comunicación del FCE no para, pero son siete personas, de las cuales cuatro están trabajando en su casa, porque no podemos mantener la oficina abierta. En la autocrítica me daría resultados optimistas.

JLMR

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