En sus 39 versiones anteriores, a la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería han acudido alrededor de 4 millones de visitantes, y se han desarrollado alrededor de 25 mil actividades. ¿Qué autores han participado? Se podría pensar que todos los mexicanos, ya sea de forma física o a través de los homenajes que se desarrollan en su programa.
Quizá de ahí el reconocimiento de que representa un activo muy importante no solo para la industria editorial, sino para la misma Ciudad de México; incluso, al ser considerada “la madre de muchas de las ferias del libro”.
Durante la apertura de la FIL, a desarrollarse hasta el 4 de marzo, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, aseguró que la cultura es un derecho, no un privilegio: “Es la que nos forma, la que nos hace, y el derecho de acceso a la cultura es fundamental”, por lo mismo el libro se convierte en un bien cultural alrededor del cual se deben generar “todos los espacios para tener acceso a él”.
En la ceremonia, el rector de la UNAM, Enrique Graue, reconoció que “en el país nos hace falta leer más, pues de acuerdo con una encuesta del Inegi de 2018, solo 45 de cada 100 mexicanos mayores de 18 años leyeron un libro en el último año.
“Desde hace centurias hemos trabajado de la mano con impresores y compañías editoriales, en un esfuerzo permanente para poner a disposición de nuestros estudiantes y de la sociedad la palabra escrita. Porque se lee no solo para aprender: un libro es un cómplice que nos invita a explorar sentimientos e inquietudes”, destacó en la apertura del encuentro.
CIUDAD LECTORA
Para esta edición se han programado más de mil 300 actividades, incluidas 792 presentaciones de libros y 13 ciclos de divulgación literaria y poesía. Se recordará a Alfonso Reyes por los 130 años de su nacimiento y a Amado Nervo en el centenario de su aniversario luctuoso.
Durante el acto de inauguración, la jefa de Gobierno de CdMx, Claudia Sheinbaum, se comprometió a convertir a Ciudad de México en un sitio de lectores a través de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes, que serán abiertos en toda la ciudad.
“La Feria Internacional del Libro de Minería representa un activo importantísimo para Ciudad de México, y hoy queremos inscribirla dentro de un programa cultural ambicioso, donde un elemento central sea convertirla en una ciudad lectora”.
Para Carlos Anaya Rosique, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), más allá de la importancia que tienen las ferias del libro, las bibliotecas y las librerías son los espacios donde “la promoción de la lectura se concreta.
“Es urgente incentivar el mercado tradicional del libro; hay regiones del país donde no hay una sola librería. Poner en operación políticas públicas que rescaten a las librerías tradicionales, de barrio, detonará una reacción en cadena que beneficiará a todos los integrantes de la red del libro, entre las que se encuentra la FIL de Minería”.
Como estado invitado, Nuevo León tiene preparado un programa con alrededor de 143 actividades y unos 300 participantes, donde uno de los aspectos más importantes, en palabras de Ricardo Marcos González, presidente del Consejo para la Cultura y las Artes de la región, es dejar atrás, de una vez por todas, “la noción de un espacio semidesértico, reconocido por el trabajo arduo, pero no por sus ideas”.
CLAVES
HISTORIA DE ÉXITO
A lo largo de su historia, la FIL de Minería ha recibido a poco más de 4 millones de personas, con más de 25 mil actividades.
FIGURA NEOLEONESA
Se anunciará el primer Premio Nuevo León Alfonso Reyes, que busca reconocer la importancia del humanista en los tiempos actuales.
SITIO PARA TODOS
El costo de entrada a la FIL de Minería es de 15 pesos de lunes a viernes y 20 pesos los sábados y domingos. Se ubica en Tacuba 5, Centro Histórico.