Hace casi 100 años, el 20 de julio de 1923, el caudillo de la Revolución Mexicana, Doroteo Arango, mejor conocido como Francisco Villa, fue emboscado y asesinado en Parral, Chihuahua. Años después, su tumba fue profanada y su cabeza desapareció.
Aunque hasta la fecha nadie sabe dónde quedó, resulta interesante conocer algunas de las muchas teorías y leyendas que generó este hecho.
Antes de hablar propiamente de la cabeza de Pancho Villa, vale la pena recordar algunos hechos de su vida.
En plena Revolución Mexicana, Villa fue nombrado general en jefe de la División del Norte en 1913.
Al año siguiente, tras la Convención de Aguascalientes, fortaleció su posición y rompió con Venustiano Carranza y el general Álvaro Obregón.
El 3 de julio de 1915, durante la famosa Batalla de Celaya, varios hombres atacaron con granadas a Obregón, quien, en el acto, perdió su brazo derecho.
Al final de la batalla, Villa y su División del Norte fueron derrotados por los obregonistas.
Por otro lado, el 9 de marzo de 1916, las fuerzas de Villa atacaron el pueblo de Columbus, Nuevo México, en represalia al reconocimiento oficial por parte de los Estados Unidos al gobierno de Venustiano Carranza.
Lo anterior generó que el presidente estadunidense Woodrow Wilson enviara una expedición punitiva dirigida por el general John. J. Pershing, la cual penetró infructuosamente el territorio nacional, ya que jamás dieron con Villa.
La muerte de Villa
El 25 de junio de 1920, Villa firmó los Acuerdos de Sabinas, accediendo a deponer las armas y retirarse a la Hacienda de Canutillo, en Durango, que le fue otorgada por el gobierno en agradecimiento a los servicios prestados a la Patria.
No se sabe con precisión la causa —algunos especulan que mucho tuvo que ver una entrevista que concedió al periodista Regino Hernández Llergo en 1922, en la que afirmó que "podía movilizar a 40 mil hombres en 40 minutos, lo que incomodó a Obregón y a Plutarco Elías Calles—, pero el 20 de julio de 1923 Villa fue emboscado y asesinado cuando se dirigía a una fiesta familiar.
Villa fue enterrado en el panteón de Parral, Chihuahua. Y, según se refiere en crónicas, la mañana del 6 de febrero de 1926 el velador del camposanto descubrió que la tumba del Centauro del Norte había sido profanada y que a su cadáver le faltaba la cabeza.
A 98 años de la muerte de Villa, éstas son algunas de las teorías sobre la autoría del degollamiento de su cadáver y del posible paradero de su histórica cabeza.
En la página de investigación histórica Código Diez, el periodista y profesor universitario Alfonso Diez enlista algunas de las teorías sobre la desaparición de la cabeza de Villa:
Hombres de Francisco Durazo
Los investigadores Friedrich Katz, Paco Ignacio Taibo II y Víctor Ceja Reyes coinciden en que los autores del hecho atroz fueron un puñado de hombres al mando del general Francisco Durazo Ruiz.
El magnate William Randolph Hearst
Sobre la autoría intelectual del degollamiento, existen versiones contradictorias que entremezclan la aversión que sentían por Villa personajes de nuestro país y de los Estados Unidos como el magnate de la prensa William Randolph Hearst, que habría desembolsado 5 mil dólares por la cabeza de Villa.
Álvaro Obregón, responsable de decapitación
Según los investigadores todo parece indicar que el responsable habría sido Álvaro Obregón, quien seguiría resentido y habría ordenado el acto como venganza por la pérdida de su brazo "a causa de Francisco Villa".
¿Exhibido por un circo?
A finales de la década de 1920, circuló en la prensa que el cráneo de Villa era exhibido por el circo Ringling Brothers, en los Estados Unidos, y que se cobraba 25 centavos de dólar por verlo.
En museo de Nueva York
Otro rumor afirmaba que éste se exhibía en el Museo de Historia Natural de Nueva York, el cual lo había adquirido por 60 mil dólares.
¿Anticuario tiene cabeza de Villa?
Un hijo adoptivo de Villa aseguraba que la cabeza había sido pasada subrepticiamente a los Estados Unidos en un doble tanque de gasolina. Además, un anticuario del poblado de Nichols, Iowa, afirmaba que el famoso cráneo estaba en su poder.
Arnulfo R. Gómez ordenó robar la cabeza
Otra versión era que quien ordenó robar la cabeza había sido el general Arnulfo R. Gómez, porque admiraba a Villa y quería que le hicieran estudios a su cerebro
Cabeza de Villa enterrada en Salaíces
Taibo afirma que, en una entrevista a Francisco Durazo, el periodista Juan Ibarrola descubrió una caja con un cráneo con agujeros de bala sobre la chimenea; cuando le preguntó a Durazo al respecto, éste dio por terminada la entrevista. El autor cree que la cabeza está enterrada en una caja de balas de Mauser de 7mm, en las cercanías de Salaíces, un pueblo de Chihuahua cercano a Parral.
Mercenario vendió cabeza
Friedrich Katz, por su parte, sospecha de un mercenario llamado Emil Holmdahl, que habría vendido la cabeza a una sociedad secreta de la Universidad de Yale llamada Skull and Bones Society, a la que pertenecía el ex presidente George W. Bush.
Chofer de Durazo la enterró en un rancho
Finalmente, también se dice que el chofer de Durazo, Ernesto Weisel, le llevó la cabeza a Holmdahl, pero como éste quería darle sólo 10 mil dólares, Weisel regresó con ella y la enterró en el camino de Parral a Jiménez, en el rancho El Cairo, que está muy cerca de Salaíces.
Finalmente, también se dice que el chofer de Durazo, Ernesto Weisel, le llevó la cabeza a Holmdahl, pero como éste quería darle sólo 10 mil dólares, Weisel regresó con ella y la enterró en el camino de Parral a Jiménez, en el rancho El Cairo, que está muy cerca de Salaíces.
bgpa