Como parte de los objetivos que tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que cumple 80 años de existencia, es lograr que los pobladores de las regiones estén enterados de las funciones que realiza el instituto en sus comunidades.
Es por ello que, en la inauguración del Altar de Dolores, que se llevará a cabo en el Ex Convento de San Andrés Apóstol, en Epazoyucan, los pobladores se han organizado, junto con personal del INAH, para levantar este altar que estará abierto al público del 12 al 28 de abril, de 9:00 de la mañana a 17:00 horas, informó Saraí Arellano Herrera, asesora educativa del INAH.
"En el Instituto queremos vincular a la sociedad en el rescate de tradiciones y en la labor que hace el INAH en estos lugares, como es el Ex Convento de San Andrés Apóstol, porque ellos participarán de forma directa en este montaje".
"La gente que vive en la comunidad nos apoyará trayendo plantas aromáticas, ollas de barro y manteles, mientras que pobladores de la comunidad de San Juan Tizahuapan nos prestarán la imagen de la Virgen, como cada año lo hacen. El padre de la parroquia donará naranjas, floreros y candeleros, mientras que la presidencia municipal, las flores", indicó Arellano Herrera.
Agregó que personal del INAH estará repartiendo agua de limón con chía, helados y naranjas, "porque deseamos que la gente se la pase bien y venga a conocer este Ex Convento, que tiene una gran riqueza para la comunidad y la entidad en sí", agregó.
Y sí, el Altar de Dolores es una tradición que data del siglo XVI que recuerda el sufrimiento de la Virgen María por la pasión y muerte de su hijo.
"Las naranjas agrias con siete banderitas de papel picado en color morado, doradas o plateadas, recuerdan la amargura producida por el dolor, pero también evocan la felicidad por haber quedado vencido el pecado", expuso.
Este espacio es vigilado por cinco custodios del INAH, para evitar que sean deterioradas las pinturas o maltratado el inmueble, por lo que Esteban Estrada, María Eugenia Sánchez, Óscar Ortiz Pérez y Juan Pontaza Samperio y Saraí, se mantienen resguardando este sitio, que fue acentuado sobre un centro ceremonial prehispánico.
Este convento funcionó como un espacio para la evangelización de los indios y al mismo tiempo propició la integración de la sociedad indígena a la hegemonía de la corona hispana.
El simbolismo cristiano del convento, su propia arquitectura, así como las imágenes religiosas pusieron en contacto a los indígenas con la nueva religión cristiana.
Se espera que este viernes 12 de abril, a medio día, acuda el delegado del INAH en Hidalgo, Héctor Álvarez Santiago, a la inauguración del Altar Dolores, así como la gente de la comunidad de Epazoyucan que espera este día para continuar con la tradición religiosa.