Tras el derrumbe de la fachada en Las Cureñas en Cerralvo, que ocasionó la muerte de dos personas, las autoridades buscan a los propietarios para la restauración del inmueble histórico.
Especialistas del centro INAH Nuevo León de Monumentos Históricos y Jurídico acordaron con las autoridades municipales trabajar en la consolidación de la construcción, así como la elaboración de un dictamen para un rescate del inmueble.
Además, se ordenó el acordonamiento del área, así como el retiro de dos puestos de comida, instalados dentro de la construcción histórica, a más tardar una semana.
Martha Ávalos Salazar, directora del centro INAH Nuevo León, comentó que se buscará a los dueños del predio donde se ubica Las Cureñas para determinar la responsabilidad del inmueble, que data de 1630 y perteneció al ex gobernador Martín de Zavala.
“Vamos a buscar al o los propietarios para que se hagan cargo del inmueble, se les va a pedir que consoliden la pared de atrás, que también está frágil, así como reponer la pared que se cayó”, indicó Martha Ávalos.
La casa Las Cureñas es la propiedad más antigua en Cerralvo, conocida como la “Cuna de Nuevo León” por ser el primer establecimiento social para la entidad.
Funcionó como casa del ex gobernador Martín de Zavala, además de tener otras funciones como presidio, cárcel y Convento de Nuestra Señora de la Concepción.
El INAH informó que en agosto del 2020 se emitió un oficio al municipio de Cerralvo para la conservación del inmueble histórico, así como para que fueran desalojados los vendedores al interior. La notificación no fue respondida por las autoridades, se dijo.
Además, se determinó que los restos de la casa Las Cureñas no serán demolidos por tratarse de un inmueble protegido por la Ley de Monumentos debido a su relevancia histórica.
“Se le aclaró (a alcalde) que no puede ser demolido porque es un inmueble histórico muy importante para el estado, y de Cerralvo”, agregó la directora del centro INAH Nuevo León.
Será el Ministerio Público determinarán a los responsables por la muerte del matrimonio entre Conrado García y Blanca Rodríguez, residentes en Estados Unidos y quienes perdieron la vida al caerles los bloques de sillar sobre su automóvil.