¿Te has preguntado cómo nacieron las groserías que usas cuando estás molesto? Un lingüista sí y te lo explica de una manera entretenida. David Bowles se toma la tarea de rastrear el origen de las palabras más comunes del español mexicano, entre ellas una de las máximas ofensas: “pendejo”.
"Mi esposa tiene tres apodos para mí: 'Güero, 'Amor' y 'Pendejo'. Diría que este último es su favorito, dada la frecuencia con la que lo usa", cuenta David Bowles en su blog.
¿De dónde viene esta palabra y cómo se volvió la grosería que hoy en día censurado es por muchas personas? Aquí va la historia de “pendejo”. Y un spoiler: hay quienes afirman que tiene un origen misógino.
Mexican X-Plainer
Bowles es un escritor estadunidense que prefiere definirse como "chicano". Su origen mexicano, su amor por contar historias y su pasión por las palabras lo llevó a hacer una serie de hilos en Twitter que tituló Mexican X-plainer.
"Soy amante de los idiomas, de las palabras. Cada lengua, cada vocablo, tiene una historia fascinante", dijo en entrevista para M2.
Aunque empezó a rastrear el origen náhuatl de las palabras con x, su interés se fue acercando a otro tipo de palabras y frases comunes como "gringo", "güey o "chingón".
¡Peine…¿pendejo?!
"Pendejo" es una de las ofensas más fuertes del español mexicano y, según el académico, viene del latín, en específico de la palabra "pectiniculus" (diminutivo de "pecten"), es decir…peine pequeño.
¿Qué tienen que ver “peine” y “pendejo”? Para llegar a esta respuesta, hay que explicar cómo evolucionaron ciertos sonidos de esta antigua lengua.
El latín vulgar —que es el que utilizaba la gente que no tenía acceso a la educación ni pertenecía a las clases altas— empezó a crecer en la Penísnula Ibérica durante la época del Imperio romano. Uno de sus cambios fue que en las palabras con el sonido /kt/, /k/ se fue sustituyendo por /i/ y /t/ empezó a tener el sonido /ch/.
Este fenómeno da cuenta de la evolución de ciertas palabras del latín clásico al vulgar y finalmente a nuestro español moderno, por ejemplo:
noctem > nocte >noite > noche
pectus > pectu >peitu > pecho
tēctum > tectu > techo
Ahora, el sustantivo “pecten” viene del idioma protoindoeuropeo —la lengua madre de donde se cree vienen todas las demás— y significa "peine". En el latin vulgar también se volvió verbo: “pectere” ("peinar").
Con el tiempo, los hablantes empezaron a asociar "pecten" con el tejido de hilo y con la lana. ¿Y qué otra cosa se parece a esta fibra? Bueno, los latinos también hacían uso del albur y fue así como “pecten” era un sinónimo del… vello púbico.
¿Se te lengua la traba?
Esta palabra fue evolucionando hasta llegar a "peine" en nuestro español moderno.
pectine > pectne > peitne > peine
En el latín, se usaba el sufijo "culus" para crear los diminutivos De esta forma, de "pecten" se empezó a popularizar "pectiniculus" para referirse tanto a los peines pequeños, como al vello púbico corto.
¿Y cómo llegó eso a convertirse en la palabra "pendejo"? Para esto, explica Bowles, hay que entender otro fenómeno lingüístico conocido como metátesis
"La metátasis es cuando una consonante cambia de lugar de una sílaba a otra", explica el escritor.
Por ejemplo
estómago > estógamo
dénle > delen
prejuicios > perjuicios
Esto ocurrió en bastantes palabras del latín vulgar. Incluso hubo cambios de consonantes a sílabas que estaban muy lejos de las palabras. Así es como "periculum" derivó en "peligro". Lo mismo ocurrió con "pectiniculus". Estos fueron sus cambios:
- Se perdió el sonido /c/ e /i/
Se perdió la primera /u/
La /t/ se movió mediante un proceso de metátesis a estar después de la /n/
El /cl/ derivó en un sonido /j/
La /t/ empezó a sonar como /d/
Debido al cambio anterior, la posición de la lengua hacía más fácil que la /i/ se pronunciara por /e/
pectiniculus > petniculu > penticlu > pendejo
Pendejo: hombre cobarde
Para el siglo XVI, "pendejo" se utilizaba para referirse al vello púbico, como lo dice este poema de Sebastián de Horozco: "dime si te ha crecido el pendejo a ti y a Montemayor".
De acuerdo con el filólogo ruso Yakov Malkiel, la palabra empezó a usar como burla en los jóvenes cuando aún no les crecía el vello púbico: "¿No te ha crecido todavía el pendejo?".
De esta manera, la palabra se empezó a asociar con la inexperiencia y la cobardía, como explica el Diccionario nuevo de las lenguas española y francesas de 1705, que traduce "pendejo" como "cobarde". También dice que "pendejería" significa "cobardía".
Para el siglo XIX se seguía manteniendo esa definición de "hombre cobarde", como explica este diccionario español-catalán.
¿Un origen misógino?
Ahora, según Bowles, hay otra teoría de cómo se empezó a asociar el "pendejo" con la "cobardía". Según el Primer diccionario general etimológico de la lengua española, publicado en cuatro volúmenes entre 1880 y 1883, "pendejo" es:
"Vocabulario obsceno y torpe, que empieza el vulgo con aplicación a las partes púbicas de la mujer".
Es decir, en tanto el sexo de la mujer es algo inferior u opuesto a la hombría, era utilizado como una ofensa a los hombres que consideraban cobardes —como se utiliza pussy en inglés—.
Otra acepción del término es para referirse a la experiencia. Para 1910, el Diccionario enclicloédico hispano-americano de literatura, ciencias y artes explica que "pendejo" es un "chico joven que trata de actuar como si fuese más grande". En Argentina y Uruguay, pendejo es un sinónimo de niño o punk.
Esto explicaría la frase "hacerse el pendejo", que se empezó a popularizar en la literatura de las décadas de 1930 y 1940.
Un insulto censurado
Con el paso del tiempo, la palabra se empezó a asociar con ser ingenuo, ser engañado y por tener poca hombría, por lo que se volvió un insulto.
Por ejemplo, el Refranero parameño: constribución a la paremiología hispanoamericana recoge una serie de canciones con insultos que utilizan esta palabra.
"El que es más pendejo
al cielo no va,
porque lo joden aquí
y lo joden allá".
Queda la reflexión de por qué a lo largo de nuestra historia —que se puede ver en la evolución de nuestras palabras—, se le ha exigido a los hombres valores como la valentía. O también por qué el sexo se asocia con la debilidad y por lo tanto se considera una ofensa.
La palabra "pendejo" tiene, desde el latin, un uso popular por las clase popular. Ello explica por qué hoy esta palabra, y no otras que también se utilizan como ofensa, se considera una grosería que hay que censurar: no se trata sólo de su carga negativa sino de qué tipo de hablantes las utilizan.
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