La influyente revista musical estadunidense Rolling Stone le apostó a Hassan Emilio Kabande Laija, mejor conocido como Peso Pluma, desde que éste se dio a conocer musicalmente a nivel internacional el año pasado. El suyo fue un meteórico ascenso en el cual en el lapso de unas cuantas semanas colocó siete temas dentro de los treinta más importantes de la lista global de Billboard, una hazaña musical verdaderamente difícil de lograr. La punta de lanza fue Ella baila sola, el éxito que Doble P tuvo con el grupo mexicoamericano Eslabón Armado, y que Rolling Stone eventualmente nombraría la mejor canción del año 2023, tras haber permanecido en el primer lugar global por varias semanas.
Ahora la revista no solo le dedica en su edición de abril una merecida portada, sino que lo presenta como el futuro de la música mundial. Sobre esto ahondo más adelante. Por ahora quiero decir que este juicio, hay que decirlo, no es compartido por otros muy importantes entes de la música a nivel mundial. Tengo muchos años haciendo investigación sobre la música mexicana, especialmente sobre la historia y actualidad del corrido; con frecuencia los medios de comunicación me piden opinión para sus notas, otorgándome el papel del académico “experto” en el tema de marras.
En ese contexto, en febrero de este año fui contactado por una periodista de la agencia de noticias mundial más antigua del mundo, la agencia francesa de noticias. La reportera me contactó para conocer mi opinión sobre lo que ella consideraba una verdadera anomalía: la falta de representación de la música latina en los Grammy estadunidenses. Le comenté que hay una premiación exclusiva para la música latina, los Grammy Latinos, desde al menos el 2010. Por supuesto que estaba enterada, pero aun así consideraba que se estaba cometiendo una injusticia al dejar fuera de casi todas las nominaciones de los Grammy estadunidenses a la música y los músicos latinos.
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En la charla por teléfono la corresponsal musical se refirió específicamente a la falta de representación sobre todo en los campos generales donde – decía- hubieran hecho mucho sentido varias nominaciones a la música regional mexicana.
De entre los representantes de esta categoría la reportera se enfocó en la falta de nominaciones para Peso Pluma, quien solamente estaba nominado para el Mejor disco de música mexicana (incluyendo música tejana), cuyo premio efectivamente recibió, si bien no recogió personalmente. Hay que recordar que una parte de la premiación no es televisada y se lleva a cabo de una manera casi clandestina. Algunos músicos consideran humillante este segmento al no ser considerado digno de prime time y simplemente no acuden a recoger sus preseas.
Debo aclarar que la corresponsal de la agencia francesa no usó en ningún momento el término ninguneo, que es muy mexicano. Ese lo uso yo. Lo que hizo la organización de los Grammy al no nominar a Peso Pluma en más categorías es realmente sorprendente visto su gran éxito y popularidad en el 2023, año en el que el cantautor fue el artista más visto en YouTube, dejando atrás a figuras como Taylor Swift, The Weeknd y el mismo Bad Bunny.
Ahora, Rolling Stone lo ha anunciado como su portada del mes de abril. Como es costumbre, le dedica una extensa entrevista y perfil con motivo de la publicación de Éxodo, el próximo álbum del artista Como suelen ser los artículos de investigación y entrevistas de Rolling Stone, el proceso llevó varios meses y se dio en varias geografías.
La reportera, Julissa López, se trasladó en más de una ocasión a la Florida, donde se lleva a cabo la grabación y parte del proceso creativo del disco, así como al sur de California, lugar de residencia del músico mexicano. Más allá del ninguneo de parte de los miembros de la Academia de los Grammy estadunidenses, considero que todo esto es indicativo de que Peso Pluma es ya una verdadera estrella a nivel global. Al respecto, he estado leyendo reacciones en la prensa mexicana y me doy cuenta que esto a veces no es fácil de entender (o de aceptar) desde México, donde el músico jalisciense tiene a algunos de sus muchos detractores que se enfocan en su voz y en algunos de sus tópicos musicales.
Es verdad que el ascenso musical de Peso Pluma fue realmente vertiginoso. Hace un año y medio platicábamos en Culiacán, en el marco de un congreso sobre violencia organizado por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Elijah Wald, José Manuel Valenzuela y el de la voz, fundadores del campo de estudio del narcocorrido; hablábamos del panorama del género sin imaginar que éste iba a cambiar tan drásticamente en muy poco tiempo.
La charla se llevó a cabo en noviembre del 2022 y poco después, a finales de abril e inicios de mayo del 2023, explotó el fenómeno de Peso Pluma; es decir, que unos pocos meses después, en realidad unos pocos duetos después, era el artista más escuchado a nivel mundial.
El interés mediático por el corrido – o lo que se entiende por este concepto- llegó a alturas que yo no había percibido antes nunca. Lo de ahora es un fenómeno que está cambiando el panorama de la música mexicana en particular y de la música global en general. Esta misma semana, al momento de redactar estas líneas, fui entrevistado sobre el tema por un periódico catalán, La Vanguardia de Barcelona, y por The New York Post. Los reporteros de ambos diarios mostraban curiosidad por saber qué está pasando con la música mexicana.
Todo esto y más explica la atención de parte de Rolling Stone de la entrevista y el perfil de Peso Pluma. Hasta ahí nada realmente sorprende demasiado. Lo que sigue al menos a mí si me sorprende: el papel que le prefigura la revista a Peso Pluma. Lo presenta nada menos que como el futuro de la música, junto con poco más de una docena de artistas que el mismo Peso ayudó a seleccionar (co-curador es el crédito que le da la revista); es decir que Peso Pluma, para Rolling Stone, no solo personifica de manera emblemática ese futuro de la música (su imagen es la que está en la portada), sino que también es quien escoge a aquellos músicos que lo acompañarán en este venturoso porvenir musical.
En la selección de ese futuro musical predominan los estadunidenses y, dentro de estos, los raperos afroamericanos. Pero en la lista también hay un español, un grupo femenil surcoreano, una DJ de esa misma nacionalidad, una cantante y compositora puertorriqueña, una rapera dominicana y un rapero ghanés.
De lo que se entiende como regional mexicano solo hubo un boleto de entrada al futuro. Fue para Jasiel Núñez, cantautor de Guadalajara y compositor de Rosa Pastel y de Lagunas, incluidos en Genesis, el anterior álbum de Peso.
Con la música mexicana está sucediendo algo extraordinario a nivel global, algo que va mucho más allá de su relación temática y de otros tipos, con el crimen organizado mexicano, con la narcocultura; considero que es un grave error sobredimensionar esta relación en el discurso público para tratar de entender, de explicar, el éxito de esta música.
El aferrarse a esa visión reduccionista solo nubla el entendimiento de un fenómeno musical de repercusión global, que está recalibrando las identidades culturales mexicanas de maneras nunca antes vistas.