Pierre Lemaitre: "En los géneros menores hay grandes obras y grandes autores”

El escritor francés devela en etrevista las claves que alimentan al género policiaco y sus deudas con la gran literatura universal

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Ciudad de México /

Entrevista

Frente a la avalancha incontenible de ficción policiaca, es común escuchar a lectores profesionales y algunos críticos sostener que es un género menor. No es algo nuevo; esta percepción tiene una cauda de casi un siglo. Se debe, entre otras cosas, al hecho irrefutable de que, en términos generales, la novela policiaca es entretenida, no requiere un esfuerzo lector por desencumbrar los misterios del lenguaje y, cuando mucho, exige cierta atención que, si el libro es bueno, siempre será insuficiente, toda vez que el lector será incapaz de dar con el culpable de la historia. Sin embargo, el género policiaco no solo trata de un crimen, la investigación en torno y el señalamiento de los criminales. A veces, en esas ocasiones que valen mucho la pena, el esquema anterior es solo un pretexto para profundizar en el objeto mismo de la literatura, el comportamiento humano y, cierto, también en el sufrimiento.

Pierre Lemaitre (París, 1951) ha conseguido la proeza de ser, al mismo tiempo, un exitoso autor de novelas policiacas y el ganador de uno de los premios literarios más importantes del mundo (el Goncourt, en 2013). Esta capacidad de estar en los dos lados de la discusión al mismo tiempo es el punto de partida de una charla que pude sostener con él hace unas semanas.

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“En todos los géneros menores hay grandes obras y grandes autores. Tengo ganas de decirles que no se dejen impresionar por aquellos que dicen que la novela policiaca no produce verdaderos escritores. Ustedes (quienes escriben) no se dejen impresionar por la gente que quiere sacarlos del ámbito literario: ustedes tienen un lugar legítimo ahí”, dice Lemaitre al comenzar la entrevista.

[OBJECT]Al preguntarle ¿qué te permite hacer el género policiaco que no puedes hacer en otro tipo de novelas?, responde: “No tengo la impresión de que el género policiaco me autorice una mayor libertad que si escribiera novelas históricas. Simplemente parece que la forma de contar historias en este género me queda bien. Es una cuestión de método, sobre todo, no de temas. Lo que sí da la novela negra es la manera de contar las cosas, con más peripecias se establece una relación diferente con el lector, se juega más con esta relación. Por eso prefiero este género, porque me parece más juguetón. Puedo abordar con este género los mismos temas que podría abordar con otro tipo de novela”.

Hablando de la tetralogía protagonizada por Camille Verhoeven, llama la atención la forma en que presenta cada uno de los libros. En la novela policiaca suele haber una preponderancia de la trama sobre la forma. Es común que el lector se encuentre con las mismas estrategias narrativas cuando uno se acerca a las diferentes entregas de una saga. La repetición de ciertas fórmulas es parte del atractivo porque genera una clara complicidad entre el lector y la obra. Sin embargo, Lemaitre diseña diferentes maneras de presentar cada una de las novelas. No solo eso, se da el lujo de plantear juegos metaliterarios de altos vuelos.

“Durante mucho tiempo —comenta— tuve la oportunidad de enseñar literatura y eso me permitió estudiar muchas formas literarias: pasé de Joyce a Proust, de García Márquez a Mishima. Esto me permitió tener un panorama muy amplio. Cuando comencé a escribir novela negra, en el fondo ya había sido influido por formas literarias que no eran, en estricto sentido, formas que pertenecieran a la novela negra. Por eso traje a la novela negra préstamos, enfoques y formas de narrar que me permiten ofrecer novelas negras un poco diferentes. Quisiera decirte que, en el fondo, hago un poco lo contrario de lo que normalmente sucede, porque lo común es que la literatura general venga a tomar prestadas de la literatura policiaca ciertas recetas para el suspenso. Es algo que me parece muy sano y muy bueno, pero yo hago lo contrario: traigo a la literatura policiaca cosas que le son externas. En el fondo, todo esto es un gran movimiento de vasos comunicantes entre las dos literaturas que, según veo, se trata de una sola”.

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Le pregunto: ¿cómo eliges, entonces, las estrategias narrativas que utilizarás en cada una de tus novelas? ¿Por qué te arriesgas a cambiarlas de una novela a otra?

“Es un riesgo medido. Creo que lo que es común es más importante que lo que difiere de un libro al otro. Creo que, por ejemplo, el estilo, la manufactura, se conserva. De esa forma quien lea mis libros puede decir: “Esto es Pierre Lemaitre”. Me parece que no se trata de estar buscando hacer cada libro de manera distinta; no es eso lo que busco. Pero sí busco entre las formas disponibles la que va a ser mejor para la historia que estoy contando. Te voy a dar un ejemplo. Creo que solo tengo una novela que escribí por completo en presente, Recursos inhumanos. Todas las demás las escribí en pasado. Eso no significa que en todas las novelas no me haya hecho la pregunta pero me pareció que solo en esa novela contar en presente era lo mejor. Entonces, no es que me ponga a pensar, con cada libro, en cómo voy a variar mi método. Al contrario, para cada historia busco identificar qué método va a ser el más eficaz para contarla”.

No debemos engañarnos, este juego literario basado en estrategias complejas no vuelve menos policiacas a las novelas de Lemaitre. Por el contrario, suele ser devastador. Los asesinos son sádicos, perversos y oscuros. Para ejemplo, el final de Iréne, uno de los más perturbadores de la novela policiaca contemporánea.

[OBJECT]“Es cierto que tengo fama de ser malo con mis personajes —dice Lemaitre—. Pero fíjate bien, en Iréne, ¿qué podía yo escoger?, ¿qué opciones tenía? Podría haber triunfado Camille para llegar al happy end, pero ese final no era lógico para este libro. En realidad, escribí muy soft la muerte de Iréne, habría podido escribir doce páginas alrededor de ese hecho”.

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Lemaitre no considera que la saga de Camille sea una tetralogía (una de las entregas es un ejercicio de novela por entregas). Sin embargo, no cabe duda de que, con ella, consigue explorar lo que le ocupa a la literatura: el comportamiento humano. Ya sea que lo haga a partir del esquema entretenido que le ofrece el género policiaco, ya que opte por adentrarse a otros géneros, lo cierto es que Pierre Lemaitre consigue escribir una literatura intensa en varios niveles. Por una parte, los personajes sufren desde su interioridad y esto nos permite conocerlos. Por la otra, sus tramas bien amarradas justifican cada uno de los elementos que utilizó para construirlas. Además, se da el lujo de llevar a cabo experimentaciones formales. Por último, tiene la solvencia necesaria para hacernos partícipes de los acontecimientos narrativos. En otras palabras, genera la empatía necesaria para contar cosas que nos descubren algo sobre nosotros mismos. Entonces ya da igual el género. El policiaco puede ser reivindicado por quienes lo escriben pero son los lectores quienes deciden cuándo el género es lo de menos pues lo importante es la novela.

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