Al cierre de cada año la pintora María Vigné le rinde un homenaje a la vida de Samantha, su pequeña hija. Durante las estaciones va confeccionando un archivo fotográfico, lo que le permite elegir una imagen que convierte luego en un retrato en acuarela. La pintura que le hizo a Samantha a finales del año 2022, la presentó en el Primer Concurso Nacional de Oaxaca en Acuarela, obteniendo el primer lugar.
Este premio es el segundo que ha obtenido durante 2023 toda vez que casi al concluir septiembre participó en el Primer Festival Internacional de Acuarela “Ríos de Color”, encuentro que promueve la International Watercolor Society y Endorphine Art School en la Ciudad de México. Y el resultado fue que se trajo a Torreón el primer lugar en la categoría de retrato realizado al momento.
Vigné estudió justo en Oaxaca y fue en ese contexto que quedó cautivada por la acuarela, probando gran destreza en una técnica compleja que no deja mucho margen para el error dentro de la producción de una obra.
En entrevista para MIENIO, que se realizó el pasado 24 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día Mundial de la Acuarela, ella habló sobre su participación en el Primer Concurso Nacional de Oaxaca.
“A este concurso no fui. Yo viví y estudié en Oaxaca, entonces un amigo de allá, José Herrera Gallegos, que está metido en la acuarela desde hace mucho tiempo y que lo conocí porque tenía una galería, que es muy bueno y viaja por todo México y el mundo dando talleres, se aventó un festival independiente, porque hay asociaciones que organizan concursos o festivales pero él se aventó un festival independiente que fue muy grande y organizó dos concursos, uno nacional, que fue el que yo gané, y uno internacional”.
Dicho festival se realizó del 15 al 18 de noviembre, participando pintores de varios estados de la república mexicana y de otras partes del mundo. Incluso acudieron pintores de renombre con el objetivo de dar talleres, presentar libros y a pintar en vivo, lo que para esta artista implica toda una revolución pues la acuarela comienza a tomar un auge y valor inusitados en México, donde los encuentros son escasos.
“Estuvieron de todas partes del mundo acuarelistas muy famosos dando talleres, pintando. Yo no fui porque me comprometí a exponer en la exposición que ahora tiene la Galería de Arte Contemporáneo del Teatro Isauro Martínez (TIM)".
“Este año ha sido súper pesado porque primero se enfermó mi mamá, luego mi papá, y luego acepté exponer en el TIM, que luego me dio down después de la exposición y pensé: para el otro año lo planeas todo mejor. Y sí, porque para el año que viene ya tengo invitación para ser tallerista como artista oficial, eso me animó mucho”.
Derivado de la exposición en la que participó en Torreón junto a las pintoras Patricia Hernández y Ana Cuevas, María Vigné pudo vender el retrato que realizó con modelo en vivo en la Ciudad de México y otras obras. Pero el retrato de su hija, apuntó, no se vende porque es parte de una herencia que le va generando en vida.
“Para el concurso en Oaxaca mandé una tercia y me escogieron dos obras. Y una ganó. Gané con una obra sobre mi hija, es que le hago un retrato cada año, le tengo como luego dicen su egoteca y su herencia en vida. Lo metí y me dije que está hermoso pero como obviamente no lo voy a vender, pues mejor lo metí al concurso, porque te lo premian, no es de adquisición, y ese fue el que ganó”.
La obra es una acuarela en medio pliego, de 38 x 56 centímetros, es decir, media hoja. María Vigné recuerda que esa foto la generó un día que estuvo en casa con su hija disfrutando del ocio de compartir juegos y risas.
“Estábamos baboseando en la cama y le dije: Te ves bien bonita con el pelo así, despeinado, y le tomé una foto y la convertí en acuarela, y entonces está bien padre porque me da chance de darle otra mirada a su infancia, de imaginarla, y eso es muy divertido para las dos”.
EGO