Cinco poemas para recordar a Pita Amor en su aniversario

La poeta Guadalupe Amor nació el 30 de mayo de 1918. Su primer libro se titula 'Yo soy mi casa' y fue elogiado por autores como Juan Rulfo y Alfonso Reyes.

Pita Amor nació el 30 de mayo de 1918 (Especial).
Ciudad de México /

Pita Amor nació un día como hoy de 1918. La extrovertida poeta comenzó su carrera literaria a los 27 años, cuando en una servilleta escribió sus primeros versos, que culminaría dos años después en la obra Yo soy mi casa.

Autores como Alfonso Reyes, Juan Rulfo y Xavier Villaurrutia aplaudieron su obra. A partir de ahí, la artista tendría una serie de éxitos en la escena literaria, donde también destacaría por sus imponente personalidad y sus exóticos atuendos.

Guadalupe Amor es considerada una precursora de la liberación sexual femenina en México. Durante su época, la poeta generaba polémicas por no someterse a los estándares pensados para las mujeres. 

En honor a su 101 aniversario, te presentamos cinco poemas de Pita Amor.


A mí me ha dado…

A mí me ha dado en escribir sonetos

como a otros les da en hacer sonatas

lo mismo que si fueran corcholatas

etiquetas, botones o boletos


A mí me ha dado en descubrir secretos

A mí me ha dado por volar veletas

A mí me ha dado en recortar siluetas

y en medir bien la luz de los abetos


A mí me ha dado en alumbrar la rosa

y medir el listón de la violeta

la rosa que se vuela en mariposa


la rosa desmayada tan secreta

la rosa de la flor maravillosa,

y en quebrar el fulgor de la ruleta


¿Por qué me desprendí?

¿Por qué me desprendí de la corriente

misteriosa y eterna en la que estaba

fundida, para ser siempre la esclava

de este cuerpo tenaz e independiente?


¿Por qué me convertí en un ser viviente

que soporta una sangre que es de lava

y la angustiosa oscuridad excava

sabiendo que su audacia es impotente?


¡Cuántas veces pensando en mi materia

consideréme absurda y sin sentido,

farsa de soledad y de miseria,

ridícula criatura del olvido,

máscara sin valor de inútil feria

y eco que no proviene de sonido!


Dedicatoria

Al dueño del desierto americano,

del llano desolado y devastado,

a Rulfo, que del llano enamorado,

arrasó el Continente Americano


A Arreola, el florentino mexicano

que a Salaino su gorra le ha bordado

con alamares de festón plateado

que dibujó con tinta de su mano


A la grave y contrita Emma Godoy

que practica la misa ayer y hoy

A Guadalupe Dueñas, la infernal


y a su pluma celeste y terrenal

A Guadalupe Amor, la mexicana

que es dueña de la tinta americana.


Shakespeare

Shakespeare me llamó genial

Lope de Vega, infinita

Calderón, bruja maldita

y Fray Luis la episcopal


Quevedo, grande inmortal

y Góngora la contrita

Sor Juana, monja inaudita

y Bécquer la mayoral


Rubén Darío, la hemorragia;

la hechicera de la magia

Machado, la alucinante


Villaurrutia, enajenante

García Lorca, la grandiosa

y yo me llamé la Diosa


He escrito dos mil sonetos

He escrito dos mil sonetos

y mil novecientas liras,

tengo un vestido de tiras

bordadas, y seis cuartetos


que escribí entre los abetos

En mis luminosos giros

hablé ya de odios y de iras

hablé de amores secretos


hablé de mapas y océanos,

de las palmas de mis manos

de los astros y los ríos


de mis cien mil extravíos

Pero es más lo que he callado

que lo que ya he publicado


lar

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