¿Por qué se celebra el Jueves de Corpus con mulas?

En México, el jueves de Corpus —o de Corpus Christi— los católicos conmemoran la fecha con figuritas de mulas y niños vestidos "de inditos", ¿por qué?

Las tradición de las 'mulitas' en el Jueves de Corpus.
Francisco Masse
Ciudad de México /

Desde hace muchos años, en el Jueves de Corpus —cuando se venera el Cuerpo de Cristo o Corpus Christi, en latín— tradicionalmente los católicos acuden a la iglesia con los niños vestidos de "inditos" y se utiliza la figura de la mula para conmemorarlo. ¿Cuál es el origen y la historia de esta celebración, y por qué se usan mulas para representarlo?

Para los católicos, el Jueves de Corpus es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Se celebra dos meses después del Domingo de Resurrección y conmemora la institución de la Eucaristía: según la tradición, durante la cena del Jueves Santo, el propio Jesús compartió el pan y el vino con sus apóstoles, y mediante la consagración los convirtió en su cuerpo y su sangre.


Esta fiesta religiosa tiene origen medieval: fue la religiosa Juliana de Cornillon, una monja agustina que tenía una gran veneración por el Santísimo Sacramento, quien promovió la idea de una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo ante el obispo de Lieja (Bélgica), Roberto de Thorete.


[Imagen de Juliana de Cornillon (Especial)]

El obispo Roberto convocó a un sínodo en 1246 y ordenó que la fiesta de Corpus Christi se celebrara a partir del año siguiente; por desdicha, el obispo murió antes de ver cumplido su mandato.

Unos años después, en el año 1263, un sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad de Bolsena en su peregrinación a Roma. Y mientras celebraba una misa junto a la tumba de Santa Cristina, al romper la hostia consagrada, de ésta brotó sangre. El sacerdote acudió a la ciudad de Oriveto, donde se encontraba el papa Urbano IV, quien dio fe del milagro y colocó la hostia en el altar.

A consecuencia de este hecho, al año siguiente —el 8 de septiembre de 1264— el papa Urbano IV publicó la bula Transiturus, en la cual ordenó que se celebrara la solemnidad de Corpus Christi.

Por otro lado, en nuestro país la tradición de que en esta fiesta se acuda a la iglesia con los niños vestidos "de inditos" y con figuras de mulas —tradición que, al menos en núcleos urbanos, parece que tiende a la desaparición— tiene su origen en la época del Virreinato.


Según el sitio catholic.net, las crónicas refieren que, en el año 1526, en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México empezó a rendirse culto al Santísimo Sacramento, y esta festividad incluía una imponente procesión que partía del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército, clero y pueblo.

Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento. Esto dio origen a una gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del país, que traían mercancías a lomo de mula.


También se cuenta que un hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un Jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: "Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían" y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio.

Así fue como surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños guacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños. Y para los creyentes, ponerse una mulita en la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual que la mula de Ignacio, uno se arrodilla ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.


FM

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