Antes de la saga de Mujeres alteradas, Maitena debía trabajar hasta altas horas de la madrugada para ganarse los pesos y, por ello mismo, le entraba a todas las peticiones que le hicieran o a lo que ella misma ofrecía con tal de publicar: llegó a hacer hasta 14 páginas por mes, lo que para un dibujante, según sus propios términos, es "una barbaridad".
"Me quedaba en las noches dibujando y decía 'a las tres me voy a dormir' y eran las cinco de la mañana y yo seguía dibujando; a las seis me iba a dormir, porque no quería que mis hijos me vieran despierta tomando whisky, poniendo los pinceles en el vaso de whisky en vez del agua. Ahora no me pasa eso, no hay ningún trabajo que me dé tantas ganas de hacerlo como para quedarme toda la noche", contó la artista durante la presentación del libro Lo peor de Maitena, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA).
Se trata de un volumen que, de alguna manera, se mantuvo escondido a lo largo de dos décadas, hasta que tuvo los deseos para compilarlo, y cuando empezó a hacerlo se dio cuanto que nunca antes había trabajado tanto, al grado de que en el volumen se alcanzan a reflejar los diferentes estilos que desarrolló en ese tiempo, "tenía el estilo que cada revista necesitaba", dijo Maitena, quien estaba acompañada por Juan Sasturain, escritor y guionista de historietas.
"Todo el mundo hizo historieta de sexo, pero por la misma razón que yo: por el deseo de publicar más páginas, no era que el sexo nos interesara tanto. Creo que lo que nos interesaba a todos era trabajar; a mí me costó hacer historietas sobre sexo, animarme a mostrarlas, aunque semana a semana me animaba más, porque de alguna manera le daban respuesta a tus fantasías", dijo.
En Lo peor de Maitena se reúnen historietas dibujadas a finales de los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado, en donde el sexo y el erotismo se convierten en los protagonistas, lo que no dejó de ser complejo para la dibujante, más allá de que el sexo, como tema, siempre le haya interesado.
"Cuando empiezo a hacer historietas sobre sexo o eróticas me costó, no me salió naturalmente. Era muy joven además, en un tiempo en que el clima en la redacción era el de 20 tipos tomando mate, fumando, puteando... no era para una chica, pero bueno, era donde yo quería publicar, porque para mí la Editorial La Urraca fue la escuela, la universidad, donde estaban todos los dibujantes que yo admiraba y te daban consejos gratis", afirmó.
Después del éxito con Mujeres alteradas, recordó Maitena, se dio cuenta que en realidad ya había comenzado a hablar desde antes acerca de las mujeres, de lo que les pasaba y sentían: "lo vino era facilísimo al lado de lo que viene en Lo peor de Maitena", concluyó.